Maridaje entre eco, contorsión y postureo electoral
Festival de Josep Antoni Duran Lleida en Preguntes freqüents (TV3). Precedida por una bocanada de odio virtual basada en emociones reales, la entrevista llega en horario golfo. El formato es innovador y podría ser una sección: gente-que-no-tenemos-ganas-de-entrevistar-pero-que-entrevistamos-aunqueellos-tampoco-tengan-ganasde-ser-entrevistados-por-TV3. La antipatía marca el diálogo. No es una cuestión personal entre Duran y Cristina Puig sino entre lo que Puig imagina qué dirá Duran y lo que Duran intuye que pensarán los que no quieren que TV3 lo invite porque lo consideran un traidor del establishment del régimen del 78 putaramonetista.
El contenido del diálogo deja de tener importancia y, como suele ocurrir en los medios, los prejuicios se imponen a los hechos. Lo que dice Duran tiene sustancia, pero destila una prepotencia desagradable y condescendiente con los que no piensan como él y, sobre todo, con los que lo han tirado a la papelera de la historia y se ríen con los chistes sobre Franco de un monologuista que aplica moldes de Club de la comedia al universo del proceso. Son días de grandes contorsiones: la interpretación de la declaración del mayor Trapero o la indiferencia con la que el Madrid del Estado opresor recibió la manifestación del sábado obliga a niveles circenses de contorsión.
Un poco antes, Andrea Levy ha pasado por La Sexta noche y, en nombre del PP, se ha sumergido en la sopa de tópicos según la cual Madrid es una ciudad acogedora mientras que Barcelona vive sometida por la intolerancia populista independentista. La flaccidez de los lugares comunes que exhibe es alarmante y, quizás por eso, se detecta un frenesí general por renovar las listas con unas primarias fake, que se dice ahora. Otro misterio: he escuchado más a Carles Campuzano la última semana que en todo el siglo XXI. En RAC1 lo han juntado con José Manuel García-Margallo, que ya ha asumido su condición de hereje profesional o, dicho con otras palabras, de tertuliano.
Se suele hablar de las puertas giratorias entre política y empresa, pero donde más actividad giratoria hay es entre el postureo electoralista y los medios de comunicación. Más fenómenos insólitos: el eco mediático de un tuit de Santiago Fisas, criticando la fratricida vanidad monolingüística de la candidata Cayetana Álvarez de Toledo, tiene más visibilidad que todas las declaraciones de Fisas de los últimos treinta años. En el programa No pot ser! (TV3), Jordi Basté entrevista a una erudita de la inteligencia artificial que ha creado una aplicación para seguir dialogando con un amigo muerto. Con una constancia autodestructiva, es lo mismo que hacen los franquistas (y algunos antifranquistas) con Franco.
Como suele ocurrir en los medios, los prejuicios se imponen a la realidad