Torra mantiene los lazos y trata de ganar tiempo
El president pide un informe al Síndic de Greuges y sopesa alternativas La Delegación del Gobierno informa del incumplimiento a la Junta Electoral
Sin movimiento en el Palau de la Generalitat. Unas decenas de personas se acercaron ayer a la plaza Sant Jaume para comprobar que el lazo amarillo aún estuviera en la fachada de la sede del Govern.
Todo queda en manos de la Junta Electoral Central (JEC). O del Síndic de Greuges, según quien lo mire. Quim Torra decidió ayer mantener los lazos amarillos y la pancarta que reclama la “libertad de los presos políticos y exiliados” que cuelga del balcón del Palau de la Generalitat, pese a las advertencias que efectuó la Junta Electoral el lunes. El president se encomienda a las recomendaciones que le realizará el Síndic, Rafael Ribó, y las considerará vinculantes. Una medida con la que intenta ganar tiempo y que a última hora de ayer sopesaba acompañar con alguna alternativa en la fachada.
Sin embargo, este informe de Ribó –que ayer se encontraba de viaje oficial en Estrasburgo– podría llegar tarde. La JEC rechazó ayer dar más tiempo a Torra y volvió a denegar con suma rapidez las nuevas alegaciones que el president presentó ayer al mediodía, argumentando que le era “imposible” llevar a cabo el requerimiento “por la gran cantidad de edificios que forman parte de la Administración”.
CONSULTA A RIBÓ Torra decidirá en función de lo que le recomiende el Síndic y estudia alternativas
DECISIÓN SALOMÓNICA El Govern da libertad a los altos cargos para hacer lo que estimen oportuno
Previamente, por la mañana, Torra abordó la cuestión de los lazos en la habitual reunión del Consell Executiu de los martes. Allí, el president hizo saber a los consellers que está dispuesto a desoír a los magistrados y que mantendrá la pancarta a la espera de lo que le diga el Síndic. “El presidente, esté o no de acuerdo, seguirá las recomendaciones que le dé”, aseveró más tarde en rueda de prensa la portavoz del Govern, Elsa Artadi. La también consellera de Presidència afirmó que a los altos cargos y funcionarios se les ha dado plena libertad para hacer lo que consideren, mientras que Torra dejó en manos de los consellers su decisión.
Estos, por unanimidad, acordaron dejar los lazos en las sedes de las conselleries a la espera del informe.
Según explicó Artadi, el ultimátum de 24 horas para retirar los símbolos expiraba ayer pocos minutos después de las 14.30 h. En efecto: la Delegación del Gobierno en Catalunya remitió un escrito a la Junta Electoral Central que, conforme a las fotografías realizadas, se confirmaba que a las 15 h en una decena de edificios del Govern seguían exhibiéndose los lazos. Tan sólo en el Departament d’Empresa se retiraron los lazos, aunque se mantuvo una pancarta y se conservan algunos símbolos en algunas ventanas del edificio. Otras conselleries, como la de Ensenyament, confirmaban a este diario que anteriormente a la polémica ya no se mostraban lazos en sus dependencias.
PETICIÓN DE ACLARACIONES La JEC rechaza el escrito y dice que “no ha lugar a suspender el plazo concedido”
CONSECUENCIAS
La Junta puede ordenar a los Mossos que cumplan su resolución y retiren los símbolos
El desafío de Torra a la Junta Electoral Central se convierte así en un culebrón del que todavía quedan algunos capítulos. El primer episodio arrancó con un recurso de Ciudadanos para que la Generalitat retirase los lazos amarillos y las estelades de los edificios públicos de Catalunya. Los jueces resolvieron el lunes de la semana pasada que esos símbolos debían quitarse en periodo electoral, pues, aunque no son ilegales, su presencia no garantiza la necesaria “neutralidad” durante la campaña.
Ya en esa primera resolución, dictada el 11 de marzo, la Junta recordaba a Torra que podía interponer un recurso contencioso-administrativo ante el Tribunal Supremo. Pero el president optó por formular alegaciones. Así que los jueces se reunieron de nuevo este lunes, dieron por bueno ese recurso y lo contestaron más o menos en los mismos términos: Torra debía retirar lazos y estelades en otras 24 horas. Ayer Torra optó por desoír al árbitro electoral, pero hizo otro intento para que los jueces cambiasen de opinión y presentó otro escrito pidiendo aclaraciones y una ampliación del plazo a la espera del informe de Ribó.
Esta vez los jueces fueron menos indulgentes: “No ha lugar a suspender el plazo concedido, que deberá observarse con toda exactitud”, le contestaron.
Llegó la hora señalada y los lazos seguían colgando de Palau y de ocho conselleries, como certificó la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera, a quien la Junta había encomendado la tarea de contrastar si su orden se había cumplido o no. Cunillera aportó fotos que demuestran que no, que la orden no se ha cumplido.
De momento, la Junta Electoral Central no ha convocado una nueva reunión, pero fuentes de la entidad explican que se verán hoy o mañana para desvelar el desenlace de la situación. Hay varios finales posibles. Los jueces pueden llevar a Torra a la Fiscalía para que abra una investigación sobre si existe un posible delito de desobediencia, que conllevaría la pena de inhabilitación para ejercer cargo público.
Ese proceso puede alargarse incluso durante años y es compatible con otro consistente en abrir expediente contra Torra por infracción electoral, que está castigada con multas de entre 300 y 3.000 euros. Además, queda por ver si los jueces ordenan a los Mossos que se encarguen de retirar los lazos y las banderas. Mientras, Torra tendrá que decidir si interpone ese recurso ante el Supremo y pide medidas cautelares, es decir, que se le permita mantener los símbolos hasta que haya sentencia.