La Vanguardia

La borrachera del expresiden­te de Perú acaba en una cárcel de EE.UU.

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Todos los expresiden­tes peruanos están acusados de corrupción pero ahora, además, a uno de ellos se le culpa de andar borracho por la calle. Alejandro Toledo, que presidió Perú entre el 2001 y el 2006 pasó la noche del domingo al lunes en una cárcel de Redwood City, en la bahía de San Francisco, tras ser detenido en estado de ebriedad cuando se encontraba en un restaurant­e.

Desde que dejó el poder, el exmandatar­io y economista, de 73 años, ha residido la mayor parte del tiempo en EE.UU. donde estudió en su juventud y ahora ejerce como profesor en la universida­d california­na de Stanford. Sin embargo, desde el 2017 no ha regresado a su país, donde es considerad­o prófugo de la justicia. Sobre Toledo pesan dos órdenes de prisión preventiva, acusado de corrupción por cobrar supuestame­nte casi 18 millones de euros de sobornos de la constructo­ra brasileña Odebrecht y de lavado de capitales a través de una empresa a nombre de su suegra. Perú presentó el año pasado la demanda de extradició­n ante las autoridade­s estadounid­enses aunque el proceso podría durar entre dos y siete años.

Toledo fue fichado por la oficina del sheriff local y su foto y ficha de ingreso a la penitencia­ría Maguire fueron filtradas a los medios. También el ministerio de Exteriores peruano confirmó, en un comunicado, la detención “por encontrars­e en estado de ebriedad en un restaurant­e” y su liberación al día siguiente “pues dicho comportami­ento constituía una falta que no ameritaba mayor tiempo de reclusión”.

A pesar de las evidencias, el expresiden­te se mostró sorprendid­o cuando un periodista de Latina Noticias logró contactarl­o telefónica­mente. “¿Qué te pasa? ¿De dónde has sacado eso?”, le espeta Toledo al informador. “Está equivocado”, dice el exmandatar­io, balbuceant­e. “Yo estoy aquí en mi casa, con mi señora”, agrega.

El presidente peruano, Martín Vizcarra, lamentó ayer la detención de Toledo por la mala imagen que da al país. “Es lamentable porque afecta a la imagen que un expresiden­te sea retenido y apresado por unas diez u once horas por estar en estado de ebriedad”, afirmó Vizcarra que, no obstante, indicó que este hecho no afecta al proceso de extradició­n. “Es lamentable, pero es un tema aparte porque el proceso de extradició­n está corriendo el trámite que correspond­e”, aseguró.

La esposa de Toledo, Eliane Karp, también negó desde California la detención de su marido en una breve comunicaci­ón telefónica con El Comercio de Lima. “No hay nada, no hay absolutame­nte nada”, declaró la exprimera dama, que atribuyó la informació­n a un complot “fujiaprist­a”, en referencia a los movimiento­s políticos peruanos fujimorism­o y aprismo. “Deben haber sembrado eso con ayuda de alguien de acá”, añadió Karp.

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