Diputado negacionista
El título contiene el alarmismo propio de la preocupación, pero queda la esperanza de que no se produzca. Aunque, tal como van los tiros en los rincones oscuros de la España inmortal, todo es posible. Y lo posible es ver de diputado a un negacionista que niega las cámaras de gas y considera los juicios de Nuremberg contra los jerarcas nazis “una farsa”.
El engendro viene –of course –dela mano de Vox, ese partido de la extrema derecha blanqueado por tribunales que le han dado cancha, peperos a la desesperada que lo consideran colega y ciudadanos que ven a Abascal como un simpático patriota. Y los tres de la manita, para desbancar a la sultana del sur, que la derecha no hace ascos a falangistas, ultristas, franquistas y el resto de la fauna. Y ahora, negacionistas, el último -ista que faltaba para completar el museo de los horrores. De manera que si los votantes no lo remedian –es decir, lo refrendan–, el Congreso de los Diputados de la democracia española dará su acta a un tal Fernando Paz, habitual de las Intereconomías de sagrada financiación, pseudohistoriador que da conferencias en lugares tan notables como las sedes de
Candidato de Vox: los judíos no murieron en las cámaras, Nuremberg fue una farsa y Gernika, un timo
Falange o de los neonazis de Alianza Nacional y cuyo verbo procaz asegura que los judíos no murieron a millones ni tampoco lo hicieron en las cámaras de gas, sino que murieron muy poquitos y por balazos de los locales de los países del Este, aunque los pobres nazis mataron a algunos pocos... También le negó a un atribulado Pablo Iglesias en un debate televisivo que Gernika hubiera existido y explicó que era un mito inventado por The Times para justificar la militarización británica. Y, por supuesto, Franco fue un hombre bondadoso y gran dirigente que protagonizó la historia más épica de España. Es decir, los judíos no fueron asesinados en las cámaras, Nuremberg fue una farsa, Gernika fue un timo y Franco fue un libertador, y todo sumado, viva el cabeza de lista al Congreso por Albacete, por obra y gracia de los tipos de la reconquista.
Por supuesto, tan notable ilustrado no se queda en el Franco bueno, los nazis amables, los judíos no asesinados y los británicos timadores, porque también tiene para el manual completo de la extrema derecha: ilegalización de los partidos comunistas, aniquilación completa de las políticas de género, homofobia rampante, antifeminismo furioso y la convicción de que Occidente se va al traste por culpa de los gais, las feministas, la anticoncepción y el divorcio. Todo sumado, una perla que da la medida de la maldad que ha significado el blanqueo y la normalización de Vox que han hecho los del PP y Ciudadanos, rompiendo el cordón sanitario de los partidos europeos para con la extrema derecha.
Si un negacionista homófobo y ultra llega al Congreso no será culpa de Vox, será culpa de quienes le han dado la mano, le han puesto el púlpito y lo han bendecido. La mano que mece la cuna...