Salvadores de Dalí
La Fundació destina un millón al año a generar conocimiento sobre el artista de Figueres
Si la serie de televisión La casa de papel utiliza unas caretas que recuerdan a Dalí, en la sede de la Fundació GalaSalvador Dalí, en Figueres, se enciende una luz naranja.
Si el radar que la entidad tiene abierto en las redes sociales las 24 horas del día detecta una subasta de una obra de Dalí, su equipo de expertos abre una investigación.
Si un particular dice tener una pieza, el servicio de certificaciones le abre sus puertas y realiza un informe: verdadera o falsa.
A mejorar el conocimiento de Dalí destina la entidad que creó el propio artista alrededor de un millón de euros anuales, según explicó ayer el equipo directivo de la Fundació Dalí –con su presidente, Jordi Mercader, al frente– en una comida en Barcelona en la que expuso sus líneas maestras. “Nuestro objetivo básico es defender la obra de Dalí, esté en manos privadas o públicas”, defendió Mercader.
¿Tiene la fundación un celo excesivo persiguiendo obras que dicen ser un Dalí o que se parecen demasiado a un Dalí, como la máscara de la exitosa serie de Atresmedia? “Nosotros lo que no podemos es no hacer nada. Cada caso tiene una dinámica precisa”, defendió ayer Mercader. “Cada semana –añadiósalen a la venta objetos de Dalí o que se dice que son de Dalí, en ocasiones con certificaciones que a mí me darían mucho respeto. Lo que hay que evitar son las ambigüedades perversas, que pueden llevar al coleccionista a comprar algo que no lo es”. El secretario general, Lluís Peñuelas, recordó que la Fundació Dalí es “una entidad sin ánimo de lucro, cuyo éxito no es hacer dinero, sino preservar el legado” del artista. “Debemos preservar la integridad de la obra”, abundó Montse Aguer, directora de los museos dalinianos. Cada año abren entre dos y ocho litigios judiciales alrededor de la obra de Dalí.
La institución tiene un servicio de certificación de obra única, para coleccionistas o compradores potenciales, por cuyas manos pasan anualmente unas 300 obras. La mayor parte de ellas son dibujos, una minoría es pintura: no es nada fácil falsificar a Dalí. La mayor parte se declaran falsos. El servicio cuesta 500 € para los dibujos y 1.000 para las pinturas. Por todo ello, la obsesión de Mercader y su equipo es la de generar año tras año más conocimiento sobre Dalí.
El 8 de abril presentará la parte del catálogo razonado sobre escultura que va desde sus primeros objetos surrealistas hasta 1936. Trabaja además en una nueva edición de La vida secreta de Salvador Dalí ;el original de esta obra es el francés, y las versiones catalana y castellana se hicieron a partir de la traducción al inglés. Mercader avanzó también que para el año 2020 se prevé exponer en Figueres “una obra icónica”, difícil de contemplar hasta ahora.
Otro de los objetivos de la entidad es mejorar el flujo de visitantes locales: el 80% son extranjeros, frente al 9% de catalanes y el 11% del resto del Estado. Mercader lanzó una alerta sobre la “deuda” que Barcelona tiene con el artista: no tiene calle ni plaza ni espacio público en su memoria.
La primera parte del catálogo razonado sobre escultura daliniana se publicará el 8 de abril