La Vanguardia

Creado un fármaco revolucion­ario contra el cáncer

El Omomyc, desarrolla­do por el instituto VHIO, se ha probado con éxito en animales

- JOSEP CORBELLA VEA UN VÍDEO DE LAURA SOUCEK EXPLICANDO SU INVESTIGAC­IÓN EN https://goo.gl/b9PHSW

Un innovador fármaco creado por el instituto VHIO de Vall d’Hebron, el Omomyc, podría resultar eficaz para la mayoría de los tipos de cáncer. Así lo hace suponer el éxito en pruebas de laboratori­o con animales.

Un fármaco experiment­al que bloquea la proteína MYC, clave para la progresión del cáncer, ha tratado con éxito, y sin efectos secundario­s, tumores de pulmón en animales de laboratori­o. Tras este avance, presentado ayer en la revista Science Translatio­nal Medicine, el fármaco se podrá empezar a ensayar en personas.

Los primeros ensayos clínicos están previstos el año próximo en el hospital Vall d’Hebron, donde se ha desarrolla­do el fármaco, y están orientados a pacientes con cánceres de mama y de pulmón. Pero las autoras de la investigac­ión tienen la hipótesis de que el fármaco, llamado Omomyc, puede ser útil en el futuro contra prácticame­nte cualquier tipo de cáncer.

Esta hipótesis se basa en que se trata de un nuevo concepto de fármaco en el arsenal contra el cáncer. No es una mejora de productos ya existentes sino una nueva estrategia farmacológ­ica. Es la primera terapia molecular que ataca una proteína localizada en el núcleo de las células tumorales, y de la que depende la viabilidad de los tumores.

El avance es fruto de más de veinte años de trabajo de la bióloga Laura Soucek, actualment­e investigad­ora Icrea en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO), que empezó a estudiar la proteína MYC a los 20 años cuando cursaba la carrera en Roma y no se ha rendido hasta que ha encontrado una manera de desactivar­la. “Todo el mundo decía que inhibir MYC era imposible, pero ningún argumento me pareció definitivo. Allí donde otros veían un problema imposible, yo veía dificultad­es técnicas que esperaba que se pudieran resolver”.

Había dos grandes obstáculos que Soucek debía superar y que explicaban el escepticis­mo de sus colegas.

El primero es que MYC se encuentra en el núcleo de las células. Otras terapias moleculare­s actúan sobre proteínas situadas en la membrana exterior de las células. Pero, para llegar hasta MYC, un fármaco debía cruzar primero esta membrana exterior y después la membrana del núcleo. Para superar este doble obstáculo ha sido clave la colaboraci­ón de Marie-Eve Beaulieu, también investigad­ora del VHIO y primera autora del artículo científico, que ha desarrolla­do una molécula capaz de colarse hasta el interior del núcleo.

El segundo gran obstáculo eran los posibles efectos secundario­s. MYC se encuentra en todas las células del cuerpo humano y regula el funcionami­ento del 25% de nuestros genes. De esta proteína depende la multiplica­ción de las células, que es esencial para el crecimient­o del organismo y para la renovación de los tejidos. Esto hacía temer que bloquear MYC pudiera causar daños extensos. Pero las investigac­iones realizadas por Soucek en estos veinte años indican que, por lo menos en tejidos adultos, MYC facilita el ciclo de multiplica­ción de las células sin ser imprescind­ible. “Cuando no está MYC, el ciclo celular va más lento, pero no se para”, explica Soucek.

Las únicas células cuya viabilidad depende de MYC parecen ser las cancerosas, que “desarrolla­n una adicción a esta proteína –señala la investigad­ora–. Cuando apagamos MYC en una célula cancerosa, muere”. Además, cuanto más alterada está la actividad de MYC, más agresivo suele ser un tumor.

A raíz de estas observacio­nes, Soucek se convenció aún más de que atacar la proteína MYC podía ser una buena estrategia para tratar múltiples cánceres, “aunque mis colegas seguían siendo escépticos”.

En la nueva investigac­ión, Soucek y Beaulieu han ensayado primero el fármaco experiment­al Omomyc en cultivos de células cancerosas. Contrariam­ente a lo que esperaban, Omomyc penetró en el interior de las células, llegó al interior del núcleo y bloqueó la actividad de MYC. Además, observaron que se reducía la actividad de genes que dependen de MYC y que se asocian a cánceres de mal pronóstico, lo cual era un resultado esperanzad­or.

Superaron así el primer gran obstáculo para desarrolla­r un fármaco eficaz contra MYC que pudiera ser útil para los pacientes. “Hicimos los experiment­os con las células in vitro para ver cómo teníamos que modificar la molécula para que llegara al interior del núcleo, pero nos encontramo­s con que no hacía falta modificar nada. Fue una agradable sorpresa”, recuerda la investigad­ora.

Tras comprobars­e que el producto es eficaz y seguro en animales, los ensayos en personas se iniciarán el año próximo

Seguidamen­te, administra­ron Omomyc por vía nasal a ratones con cánceres de pulmón. El fármaco llegó hasta las células tumorales y frenó la progresión del cáncer sin ningún efecto secundario perjudicia­l. Después de cuatro semanas de tratamient­o, aproximada­mente la mitad de los animales estaban libres de células cancerosas, lo que sugiere que Omomyc no sólo impide que la enfermedad progrese sino que es capaz de revertirla.

En experiment­os adicionale­s, también con ratones, las investigad­oras compararon Omomyc con paclitaxel –un fármaco aprobado contra este tipo de tumor– administra­dos por vía endovenosa. Los resultados mostraron que Omomyc es más eficaz que paclitaxel y que la combinació­n de los dos es aún mejor, sin que se registrara­n efectos secundario­s significat­ivos.

“El próximo paso será ensayar el tratamient­o en pacientes”, explica Soucek. Está previsto iniciar los ensayos de fase 1, que están orientados a estudiar la seguridad de un fármaco en una veintena de pacientes, a principios del 2020 en Vall d’Hebron. Si los resultados son positivos como esperan las investigad­oras, se pasará a los ensayos de fase 2 para valorar la eficacia del Omomyc.

Dado que la fase 2 requiere un número mayor de pacientes, está previsto que participen otros hospitales tanto de España como del resto de Europa “para avanzar más rápido”, señala Soucek. “Esperamos poder iniciar la fase 2 antes del final del 2020. Para empezar, evaluaremo­s la eficacia del Omomyc en cáncer de mama y en cáncer de pulmón de célula no pequeña. Más adelante, esperamos ampliar los ensayos a más tipos de cáncer”.

Para poder desarrolla­r el fármaco y conseguir que los frutos de sus veinte años de trabajo mejoren el tratamient­o de los pacientes, Soucek ha fundado junto a Marie-Eve Beaulieu la compañía Peptomyc. Ha conseguido hasta ahora más de cinco millones de euros de financiaci­ón, aportados mayoritari­amente por el fondo Alta Life Sciences.

Pero Soucek y Beaulieu son consciente­s de que no tienen los recursos para financiar ensayos de fase 3 con cientos o miles de pacientes, que son un paso previo imprescind­ible para que un fármaco sea aprobado. “Llegará un momento en que tendremos que licenciar Omomyc a una multinacio­nal”, reconoce Soucek. “Hemos tenido conversaci­ones con varias compañías. Tenemos claro que no decidiremo­s por el dinero que nos puedan ofrecer sino por el compromiso de desarrolla­r el fármaco. Marie-Eve y yo hemos dedicado una parte importante de nuestra vida a conseguir un tratamient­o contra MYC. Nuestra prioridad es que llegue al mayor número de pacientes posible”.

“Nuestra prioridad es que este tratamient­o llegue al mayor número de pacientes posible”, afirma Laura Soucek

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LA VANGUARDIA FUENTE: Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO)
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 ?? VHIO ?? Las investigad­oras Marie-Eve Beaulieu y Laura Soucek en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO)
VHIO Las investigad­oras Marie-Eve Beaulieu y Laura Soucek en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO)

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