Esquivar la tragedia
El chófer quería “vengar a los muertos” en el Mediterráneo
Un conductor italiano secuestró y prendió fuego a un autobús escolar en el que transportaba a medio centenar de niños, que por fortuna lograron escapar sin resultar heridos.
“Pensábamos que era el último día de nuestra vida”, contaba Adam, un niño de 12 años, a la televisión italiana. El joven era uno de los 51 estudiantes de secundaria que fueron secuestrados ayer por el conductor de su autobús que les llevaba de su colegio en Crema, en los alrededores de Milán, hasta el gimnasio. Tras una media hora de pesadilla, en que el secuestrador amenazaba con quemarles vivos a todos, los niños consiguieron escapar con la ayuda de la policía. El conductor prendió fuego al vehículo, que terminó completamente destruido, después de que los niños saliesen corriendo por la autopista.
El episodio podría haberse quedado en un milagro si no fuera porque el origen del conductor hizo que rápidamente un suceso se convirtiese en munición política para la ultraderecha italiana. Ousseynou Sy, de 47 años, es senegalés –pero tiene la ciudadanía italiana desde el 2002– y aseguró a los niños aterrorizados que iba a quemarles a todos como venganza ante los muertos en el Mediterráneo. “Continuaba diciendo que las personas en África mueren y la culpa es de Di Maio y de Salvini”, relató una chica.
Sin perder el tiempo, el ministro del Interior, Matteo Salvini, empezó a reaccionar. Fuentes del Ministerio del Interior contaron que han iniciado los procedimientos para retirarle la ciudadanía. “¿Por qué una persona con estos precedentes conducía un autobús para el transporte de niños?”, preguntó Salvini, refiriéndose a que Sy tenía antecedentes penales por conducir en estado de embriaguez y un supuesto abuso sexual. Sus colegas de la Liga fueron más agresivos. “Un inmigrante con antecedentes penales conduce un autobús de niños. ¿Es este el modelo de integración de la izquierda?”, criticó el consejero regional ultraderechista Federico Lena. “El Ayuntamiento de Crema se ha pronunciado públicamente contra el decreto de Seguridad, pero el ímpetu a favor de los clandestinos les ha hecho huir de los problemas reales”, atacaban los subsecretarios del Interior Stefano Candiani y Nicola Molteni.
Según el relato de los presentes, pertenecientes a dos clases distintas de la escuela Vilati di Crema, el conductor en un momento del recorrido comenzó a gritar y les enseñó una lata de gasolina y un mechero, antes de decirles que iba a llevarles al aeropuerto de Linate. “¡De aquí no sale vivo nadie! ¡Vamos a parar las muertes en el mar!”, les chilló. Les ató y les quitó el teléfono, pero uno consiguió coger un móvil de un compañero que había quedado en el suelo para alertar al servicio de emergencias. “Estábamos muy asustados porque ha tirado la gasolina por el suelo, nos ha atado a todos y ha secuestrado todos los teléfonos para que no llamásemos. Pero uno ha caído al suelo, me he quitado las manillas haciéndome un poco de daño y hemos llamado a los carabinieri”, explicó el pequeño héroe. Por fortuna, la policía llegó a tiempo de poner a salvo a los niños, que salieron corriendo por la carretera, y arrestar al conductor, que había comenzado a prender fuego al vehículo. Las llamas se alzaron mientras los últimos estaban saliendo
La Fiscalía de Milán ha abierto una investigación contra Sy por secuestro de personas, matanza, incendio y resistencia a la autoridad, pero tampoco descarta la hipótesis de terrorismo. “Ha sido un milagro, podría haber habido una masacre”, afirmó el fiscal Francesco Greco. La empresa propietaria del autobús informó que Sy estaba en nómina desde el 2004 y nunca habían recibido quejas ni conocían sus antecedentes penales. Ninguno de los jóvenes resultó herido de gravedad, aunque una decena de ellos fueron trasladados al hospital por principios de intoxicación.
La Liga ya ha politizado el suceso: el agresor es de origen senegalés, pero tiene la ciudadanía italiana