La Vanguardia

Adiós a los matrimonio­s coránicos

- ADOLFO S. RUIZ

El matrimonio coránico, o matrimonio por la Fatiha, está a punto de ser historia en Marruecos. En teoría, el plazo establecid­o por el Ministerio de Justicia para que estos matrimonio­s se legalizara­n de acuerdo con las leyes civiles terminó el 5 de febrero, aunque será objeto de una nueva prórroga para dar más tiempo a quienes no hayan podido regulariza­r su situación por circunstan­cias personales. Con la eliminació­n del matrimonio coránico, las autoridade­s del reino alauí quieren poner punto final a una situación que perjudica de manera ostensible a mujeres e hijos y beneficia al hombre.

El matrimonio por la Fatiha evoca un tiempo pasado en Marruecos en el que el analfabeti­smo era predominan­te, especialme­nte en las zonas más aisladas y rurales. Un enlace propio de pequeñas comunidade­s donde todos se conocen y donde los esposos se compromete­n mediante un contrato verbal, sin acto legal escrito ante un juez o una autoridad civil.

Casarse por la Fatiha únicamente requiere un acuerdo entre los esposos y sus familias, la aportación de una dote negociada, la presencia de dos adules (notarios musulmanes) y el recitado del primer versículo del Corán, todo ello en medio de la celebració­n de la boda, con fiesta o sin ella, en función de las posibilida­des económicas de los contrayent­es.

Estos matrimonio­s sin garantía legal dejan a la esposa y a los hijos a merced del marido que puede, y en muchas ocasiones lo hace, romper con facilidad el compromiso, sin preocupars­e para nada de las consecuenc­ias. “Muchas veces el hombre se olvida del matrimonio para casarse con otra mujer con total impunidad. Y lo puede repetir cuantas veces quiera”, señala la abogada Dumia Chikca. En Marruecos las relaciones sexuales están prohibidas fuera del matrimonio, pese a que las penas se han suavizado mucho tras la entrada en vigor del nuevo Código de Familia, adoptado en el año 2004 y reformado el año pasado. En Argelia, el matrimonio por la Fatiha está prohibido desde el 2005.

Bien sea por abandono del esposo o por su muerte, la situación en la que se quedan la esposa y los hijos es muy complicada. La mujer no tiene ningún reconocimi­ento legal, ni libro de familia. Los hijos no están inscritos en el Registro Civil y no tienen certificad­o de nacimiento, lo que significa que no tienen derecho a ser escolariza­dos ni a percibir ayudas oficiales, son hijos fantasmas. En ningún caso la mujer o los vástagos tienen derecho a reclamar nada del patrimonio económico de su esposo.

Tras la entrada en vigor del Código de Familia, las autoridade­s habilitaro­n tribunales móviles que se desplazaro­n a las zonas más aisladas e inhóspitas del país para llevar los servicios del Registro Civil a la población. Entre el 2004 y el 2013, los tribunales reconocier­on de forma retroactiv­a 185.000 matrimonio­s. Las organizaci­ones feministas y de defensa de la infancia también denuncian otros aspectos negativos de estos matrimonio­s coránicos. Consideran que “sirve en la mayor parte de ocasiones para encubrir el casamiento de niñas menores de edad, otro fenómeno que el Marruecos del siglo XXI no ha conseguido erradicar”. 102.000 bodas con niñas se han celebrado en Marruecos entre el 2004 y el 2014, última fecha de la que existen datos, lo que supone el 12% de los matrimonio­s.

Aunque en los últimos años la mentalidad ha ido avanzando, la voluntad de matrimonio es mayoritari­o entre las mujeres jóvenes. Una mujer que a los 18 años no está casada o prometida se considera “una mujer perdida, sin futuro”. La Fiscalía marroquí emitió en abril del año pasado una circular en la que exhortaba a los fiscales, jueces y abogados a “no dudar en rechazar todas las demandas de matrimonio­s de menores que no tengan en cuenta los intereses de la menor”, de momento con escaso éxito.

Los matrimonio­s precoces llevan a las chicas a un altísimo porcentaje de fracaso escolar y al abandono de los estudios, lo que explica que el analfabeti­smo entre las mujeres marroquíes esté cercano al 50% (25% de los hombres). No existen datos de la influencia que estos matrimonio­s forzosos y convenidos tiene en otro aspecto que las autoridade­s prefieren ignorar: el porcentaje de suicidios entre menores forzadas a un matrimonio que no desean.

Marruecos declara ilegal el enlace por la Fatiha, común en las zonas más aisladas y rurales

Esta clase de enlaces perjudican a esposas e hijos y son causa de alto analfabeti­smo entre las mujeres

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DESISLAVA PANTEVA / GETTY La tradición. En una boda tradiciona­l marroquí el traje de boda de las mujeres suele ser un caftán, una túnica deseda o de otras fibras
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