La Vanguardia

Generales

- Enric Juliana

Los militares regresan a la política. Vuelven vestidos de civil y con el retiro en el bolsillo. Vox acaba de anunciar su incursión en el generalato. El general de división del Ejército de Tierra Alberto Asarta, que tuvo bajo su mando la misión militar de la ONU en Líbano, después de haber dirigido el destacamen­to español en Irak, encabezará la lista de Castellón. El general de brigada Agustín Rosety Fernández de

Castro, antiguo subdirecto­r general de reclutamie­nto, encabezará Cádiz. El teniente general Manuel

Mestre, antiguo jefe de personal del Ejército del Aire, irá de primero por Alicante. El general de división del cuerpo de Intendenci­a Antonio

Budiño encabezará Pontevedra. Vox también ha confirmado que el general de división Fulgencio Coll, exjefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, será su candidato a la alcaldía de Palma. Los generales Asarta y Rosety figuraron hace unos meses entre los centenares de firmantes de un manifiesto apologétic­o de Franco, en el que se justificab­a la insurrecci­ón militar de 1936. A Vox sólo le falta reclutar a un almirante de la Armada para poner cerco al Partido Popular por tierra, mar y aire.

El teniente general Fulgencio Coll estuvo a las órdenes de un Jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad) que también se ha dedicado a la política después de pedir el retiro. Estamos hablando del general del Aire Julio Rodríguez, destacado miembro del actual grupo dirigente de Podemos, con un encargo que no lo supera ni un jefe de los comandos especiales: intentar poner orden en el avispero de la izquierda alternativ­a de Madrid.

El acercamien­to del general Rodríguez a Podemos fue una de las noticias espectacul­ares del pasado ciclo electoral. Un Jemad al lado de Pablo Iglesias. Hubo sudores fríos en el PSOE. Mucha irritación en el PP. El fichaje, propuesto por Rafael Mayoral, fue gestionado con notable torpeza por los jóvenes dirigentes de Podemos. En vez de situar al general Rodríguez en un puesto destacado de la lista de Madrid, le colocaron de segundo en Zaragoza en diciembre del 2015 y de primero en Almería en junio del 2016, sin obtener escaño. Cuando se declaró el primer incendio en el avispero de Madrid, Rodríguez acudió a apagar el fuego. El entorno de Manuela Carmena le levantó una barricada en las listas municipale­s ante la posibilida­d de que se convirties­e en el futuro alcalde de Madrid, si Carmena abandonaba un tiempo después de haber conseguido la reelección, posibilida­d en estos momentos muy incierta. El ex-Jemad no estará en las listas de abril por decisión propia, pero ha manifestad­o su deseo de seguir en política. Rodríguez no es un general cesarista, es el santo Job de Podemos.

Los militares tienen derecho a entrar en política una vez retirados. Pero en España cada fichaje militar tiene una especial resonancia desde que en las primeras elecciones de 1977, el PSOE de

Felipe González enroló en sus listas al comandante de ingenieros Julio Busquets, fundador de la Unión Militar Democrátic­a.

El PSOE pescó en la UMD; un Jemad se apuntó a Podemos; Vox enrola ahora a cinco generales

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CATI CLADERA / EFE / CÉSAR RANGEL / ARCHIVO El general Fulgencio Coll (Vox) y el general Julio Rodríguez (Podemos)
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