La Vanguardia

Cabify insiste en que cumple la norma y anuncia que quiere entrar en el taxi

- ÓSCAR MUÑOZ

El controvert­ido regreso de Cabify a Barcelona, el pasado 7 de marzo, con un modelo distinto al que tiene en las otras ciudades donde opera –como empresa de transporte y a la vez de intermedia­ria– es transitori­o. La compañía confía volver a actuar como una plataforma, explicó ayer su fundador y consejero delegado, Juan de Antonio. Y, en esta línea, se propone ir incluso más allá y, subrayó, “ser una comunidad de movilidad intermodal, que ayude a mejorar la vida en las ciudades”, lo que incluye entrar en el taxi.

La multinacio­nal española ya opera en muchas ciudades latinoamer­icanas indistinta­mente con coches de alquiler con conductor (VTC) y con taxis mediante la plataforma Easy Taxi, una fórmula que planea exportar a España, también a Barcelona. Pero De Antonio no precisó cuándo. Fuentes de la compañía aseguran que están en conversaci­ones con taxistas aunque reconocen que la relación es difícil. Uber también trabaja con los dos servicios en otros países y prevé ofrecerlos a sus clientes españoles.

“El taxi es un aliado natural de Cabify –expuso De Antonio en una conferenci­a en el Fórum Europa Tribuna Catalunya–; el 50% de los servicios que hacemos son completado­s por taxistas que trabajan con nosotros, trabajamos para que nuestra aplicación también sea utilizada por los taxistas, nuestra vocación es ser una comunidad”.

En presencia del secretario de Infraestru­ctures i Mobilitat de la Generalita­t, Isidre Gavin, De Antonio acusó al Govern de “poner palos a las ruedas” de su empresa. Y a una parte del sector del taxi por alimentar el conflicto. “La convivenci­a es la realidad de la mayoría de países donde operamos; –manifestó– lo que pasa aquí es una excepción”. A juicio, “todos cabemos” ya que la oferta de taxis y VTC actual es “insuficien­te para responder a las necesidade­s de movilidad, que el transporte público masivo es incapaz de cubrir”.

Por el momento, Cabify centra sus esfuerzos en Barcelona a través de su nueva operativa que, según defendió su consejero delegado, “cumple la normativa” aprobada por la Generalita­t en enero y que obliga a que transcurra­n quince minutos desde que se contrata el servicio hasta que se utiliza. La compañía considera que este intervalo sólo debe aplicarse desde que se aceptan las condicione­s, en las que el usuario firma un contrato, y se utiliza por vez primera.

Cien mil usuarios han aceptado las nuevas condicione­s de Cabify, aseguró el máximo responsabl­e de la compañía. Antes de la entrada en vigor de la nueva normativa catalana, la plataforma tenía cerca de millón de clientes registrado­s en Barcelona y su área metropolit­ana.

El modelo empresaria­l de Cabify en Barcelona “es el mismo que tienen las compañías de VTC tradiciona­les que están en las puertas de los hoteles”, aseguró De Antonio, y, advirtió, “si se nos cuestiona a nosotros, también se les está cuestionan­do a ellas”. La Generalita­t le ha abierto un expediente informativ­o porque no lo ve tan claro. “Esto es habitual, en muchas ciudades donde operamos se nos ha hecho este tipo de requerimie­nto”, recordó De Antonio. La firma va a colaborar con la Administra­ción. “Allí donde estamos (130 ciudades de 12 países) lo hacemos”, subrayó.

La compañía asegura que cien mil usuarios ya han aceptado sus nuevas condicione­s de servicio en Barcelona

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ÀLEX GARCIA Juan de Antonio, fundador y consejero delegado de Cabify, ayer

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