El Banco de España carga contra la escasa reducción del déficit
A pesar de que la economía española está encarando la desaceleración con mayor fortaleza que sus socios de la eurozona, el Banco de España llamó la atención ayer sobre la escasa reducción del déficit público prevista para el 2019. El supervisor advirtió de que la implantación de medidas como la subida de las pensiones y de los salarios de los empleados públicos, la ausencia de nuevos presupuestos, así como los cambios introducidos últimamente en los “viernes sociales” del Gobierno de Pedro Sánchez, llevan el desfase presupuestario de este año al 2,5% del PIB. Son sólo dos décimas menos que en el 2018 y se dobla prácticamente el objetivo oficial del 1,3%.
“Nos deja insatisfechos”, aseguró el director general de economía y estadística, Óscar Arce.
Ayer, la ministra de Hacienda anunció que el déficit del 2018 bajará de la barrera del 2,7%. “Tendremos otro año en barbecho, en términos de consolidación fiscal”, se quejó Arce. El organismo que dirige Pablo Hernández de Cos también advirtió sobre el riesgo de que los salarios suban de forma generalizada –los incrementos por convenio están por encima del 2%–. Y aprovechó para volver a la recomendación de adecuar las alzas salariales a las “circunstancias concretas de cada sector o empresa”. Además, aseguraron que los datos sobre afiliación de enero y febrero están en línea con sus estimaciones de destrucción de empleo (hasta 125.000 puestos de trabajo) por la subida del salario mínimo interprofesional (SMI) a 900 euros.
Al actualizar las previsiones, el supervisor decidió dejar intactas la anterior proyección de crecimiento del IPC del 2019 al 2021 (2,2%, 1,9% y 1,7%, respectivamente). A pesar de la acusada debilidad de la eurozona, la economía en España mantiene una senda de desaceleración suave hasta el 2021, recalcaron. Además avanzaron que entre enero y marzo, la economía creció en España un 0,6%, una décima más de lo inicialmente previsto.
El consumo de las familias continúa apuntalando el crecimiento, destacaron, aunque también opinan que están pisando “demasiado el acelerador” en sus decisiones de gasto. El supervisor argumentó que mantiene las previsiones de diciembre sobre el PIB por la “compensación” entre una reciente mejora en el comportamiento de la actividad económica y un “cierto empeoramiento” del contexto exterior.
La incertidumbre sobre el Brexit, la evolución de la eurozona y las políticas proteccionistas también pesan negativamente a medio plazo, pero se ven mitigados por la revisión a la baja de los precios del petróleo y el previsible mantenimiento de los tipos de interés en niveles muy bajos, señalaron en su nuevo informe.
El organismo supervisor rechaza una subida generalizada de los salarios