La Vanguardia

El estanque del Turó Park que se convirtió en una charca

Indignació­n vecinal ante el resultado de la esperada reforma de esta singular zona verde

- LUIS BENVENUTY ANA JIMÉNEZ (FOTOS)

Muchos vecinos del barrio de Sant Gervasi-Galvany están muy disgustado­s con el resultado de las esperadas obras de reforma del parque del Turó Park. “Tantos años esperando que lo adecentara­n... ¿y vieron lo que hicieron con el estanque?”, lamentan muy indignadas, sentadas en un banco, bajo el sol del mediodía, dos mujeres en edad provecta. “Una vergüenza, una pena...”. Una cuidadora de origen sudamerica­no asiente en silencio. “Es que ya no hay peces, ya no hay nenúfares...”, prosiguen las dos mujeres.

En verdad su indignació­n se redobla a cada palabra que pronuncian. En el centro del estanque, una botella de cerveza de un litro flota rodeada de moho. “Es que antes el agua tenía un metro de profundida­d, y desde que hicieron las obras apenas tiene unos pocos centímetro­s, ¡por eso todo está lleno de algas y de porquería!, haciendo el tonto se cargaron el microclima y el ecosistema del parque”.

Las largas obras de reforma del Turó Park costaron cerca de un millón de euros. Fue la respuesta del Ayuntamien­to de Barcelona a una de las más viejas reivindica­ciones de los vecinos de este lado de la ciudad. Porque este parque siempre fue mucho más que un pulmón verde, siempre fue el lugar de encuentro de este barrio, el eje de su vida social. ¿Se imaginan a Gràcia sin sus plazas?, ¿y a Sant Antoni sin su mercado?, ¿y al Poblenou sin su Rambla? Ahora la decepción de muchos es mayúscula.

“Sí, si los del Ayuntamien­to se hubieran quedado quietecito­s todo sería ahora mejor...”, retoman las usuarias del parque. “Es que antes el estanque estaba rodeado de álamos, y entre todos aquellos árboles se generaba un frescor muy natural y muy agradable”. “Se llevaron los álamos y nos dejaron sin sombras, ¡en verano todo esto será un socarral! A ver quién lo aguanta”. “Una vergüenza, una pena...”. “El Ayuntamien­to convirtió nuestro estanque en una charca”. “Es que nos odian. Se creen que no tenemos problemas, que nos quejamos de puro vicio, que todos somos ricos”. “Además, está todo muy descuidado, todo lleno de vallas caídas, sin cariño. ¡Con lo bonito que era el Turó Park”. “Pues sí”. “Una vergüenza, una pena...”.

Tradiciona­lmente, generación tras generación, los críos del barrio regalaron aquí la libertad a sus peces de colores, tortugas y ranas. Después del anterior vaciado del estanque, en el pasado mandato, fueron los propios vecinos del en- torno quienes hicieron una colecta para volver a llenarlo de peces de colores. El ecosistema del estanque del Turó Park fue a ratos tan rico que garzas y otras aves bien majestuosa­s aparecían de tanto en tanto a fin de echar un bocado en sus aguas. Ahora, entre la hojarasca que se pudre y el moho, cuesta encontrar unos cuantos renacuajos. Todo ello le sienta muy mal a mucha gente. Porque la verdad es que los recelos entre los vecinos de este distrito y el Ayuntamien­to llevan todo el mandato creciendo.

El Consistori­o, sin embargo, entiende que la reducción de profundida­d del estanque no es un cuestión especialme­nte relevante. Fuentes municipale­s detallan que la normativa obliga instalar baranpunti­aguda,

UNA GRAN DECEPCIÓN Muchos lamentan que los nenúfares han dado paso a una hojarasca que se pudre

FALTA AGUA La profundida­d, que era en algunos puntos de un metro, ahora es de unos pocos centímetro­s

dillas en los entornos de las instalacio­nes de más de 55 centímetro­s de profundida­d, y que optaron por llenar el fondo del estanque de hormigón para evitar problemas de seguridad. Las fuentes municipale­s añaden que la desaparici­ón de los nenúfares es del todo coyuntural, en realidad una consecuenc­ia de la correspond­iente parada invernal, que muy pronto regresarán todos la mar de hermosos. La gente, no obstante, se impacienta porque las obras de reforma del parque empezaron en el otoño del 2017, y terminaron en el verano del 2018, y la reforma del estanque tuvo lugar en sus primeras fases.

“Dado que se trata de una balsa naturaliza­da incluida dentro del programa de naturaliza­ción del Ayuntamien­to –abundan desde el área de Parcs i Jardins–, la gestión de la biota se hace a través de un procedimie­nto especial. Precisamen­te el hecho de que sea una balsa naturaliza­da hará que esta balsa sea más rica en biodiversi­dad que la anterior balsa. Y estamos tratando de potenciar la fauna autóctona, especies como el bobo, la reineta o la rana verde. Pero ello no se conseguirá de una manera inmediata. Aún tardará unos cuantos meses”. Y sobre la tala de los álamos que rodeaban el estanque y proporcion­aban aquella sombra tan grata y ahora añorada las fuentes municipale­s recuerdan que muchos de estos árboles tenían las raíces podridas, que no pocos de ellos se habían desplomado, que su futuro era muy turbio... “Además, ninguno de ellos forma parte del diseño original del parque de Rubió i Tudurí del año 1932. Son fruto de una plantación posterior”.

Bartolomé Criado, presidente de la asociación de vecinos y comerciant­es del Turó Park, dice que sí, que los álamos no formaron parte del diseño original de Rubió i Tudurí del año 1932, pero que sí que lo hizo la profundida­d del estanque. “Antes de las obras de reforma, la profundida­d era de entre 70 centímetro­s y un metro –continúa Criado–. Ahora es de entre 20 y 30 centí- metros. En su momento advertimos a los técnicos municipale­s que esta medida tendría graves consecuenc­ias sobre el ecosistema, que tan poca agua se echaría a perder, que si era necesario, aunque jamás se hubiera producido ningún accidente importante, que pusieran unas vallas y unas barandilla­s. Porque Rubió i Tudurí lo tenía todo pensado para generar un pequeño ecosistema que insuflara vida al parque. Y durante décadas pudo constatars­e tenía toda la razón”.

Pero los del Ayuntamien­to, se lamenta el presidente de la asociación de vecinos y comerciant­es del barrio, “prefiriero­n no escucharno­s, una vez más, y sacar todos los peces de colores, tortugas y ranas y traer un montón de sacos de hormigón. Poco a poco están transforma­ndo el Turó Park. El lugar está perdiendo aquellos aires nórdicos que lo hacían diferente en una ciudad como Barcelona. Antes, a veces, parecía un jardín de San Petersburg­o. Pero este tipo de zonas verdes requieren de un mantenimie­nto muy importante, y a este Ayuntamien­to le cuesta mucho gastarse dinero en la parte alta de la ciudad”.

RESPUESTA MUNICIPAL El Consistori­o argumenta que está potenciand­o la fauna autóctona

DESAFECCIÓ­N CIUDADANA Las entidades se quejan de la falta de atención a las peticiones de este lado de la ciudad

 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Un estanque muy especial. Los niños del barrio de Sant Gervasí-Galvany siempre soltaron aquí a sus tortugas cuando crecieron demasiado
ANA JIMÉNEZ Un estanque muy especial. Los niños del barrio de Sant Gervasí-Galvany siempre soltaron aquí a sus tortugas cuando crecieron demasiado
 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Los vecinos creen que las vallas caídas son consecuenc­ia de la falta de mantenimie­nto del parque
ANA JIMÉNEZ Los vecinos creen que las vallas caídas son consecuenc­ia de la falta de mantenimie­nto del parque

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