La hora del Rusiagate.
El fiscal especial Robert Mueller ha entregado, tras 22 de meses de trabajo, el informe sobre la posible ayuda rusa a la campaña de Donald Trump, un documento que podría abrir la puerta al impeachment.
Se acerca la hora de la verdad. El fiscal especial encargado de investigar las sospechas de concertación entre la campaña electoral de Donald Trump y el Kremlin, Robert Mueller, entregó ayer su informe final al Departamento de Justicia a las cinco en punto de la tarde, hora local de Washington.
La ciudad estaba en guardia. Es la noticia que todo Washington y en especial la Casa Blanca, lleva esperando desde que hace 22 meses y cinco días el propio Donald Trump accedió a encargar una investigación que despejara las dudas de la opinión pública sobre esos supuestos contactos y si él mismo había podido incurrir en un delito de obstrucción de la justicia para ocultarlos, como dio que pensar la forma en que despidió al exdirector del FBI, James Comey.
Las conclusiones de la investigación, por ahora, se desconocen.
El fiscal general, William Barr, escribió ayer a las comisiones de Asuntos Judiciales del Senado y la Cámara de Representantes del Congreso para informarles de que el informe obra en su poder. “Podría estar en posición de informarles sobre las principales conclusiones del fiscal especial tan pronto como este fin de semana”, afirma Barr en la carta.
Será el fiscal general quien decida si hace pública la totalidad del informe o si, por el contrario, opta por hacer un resumen de sus principales averiguaciones o recomendaciones. Legalmente, podría decidirse por la segunda opción pero Barr aseguró ayer al Congreso que está “comprometido con la máxima transparencia”. Los líderes demócratas Nancy Pelosi (speaker de la Cámara Baja) y Chuck Schumer (Senado) exigieron al fiscal general que publique no sólo el informe final sino toda la documentación recabada por Mueller y no permita a la Casa Blanca ver antes el documento.
La sombra de la sospecha ha planeado sobre Trump durante los dos años que lleva en la Casa Blanca, en parte también por sus agresivos ataques al trabajo de Mueller, que ha tildado de “caza de brujas” en 170 tuits. La única pista sobre el contenido del informe es que Barr dice que no ha encontrado en él ninguna recomendación “inapropiada o injustificada”. El Departamento de Justicia ha hecho saber que no habrá nuevas inculpaciones, lo que despeja la situación de Donald Trump Jr o Jared Kushner. Sus directrices internas indican que no puede procesar a un presidente en ejercicio pero por el momento se desconoce el meollo de la cuestión, si Mueller ha detectado o no indicios de delito. Por el momento, sus pesquisas han llevado a inculpar a 34 personas y se han traducido en condenas de cárcel contra varios exasesores de Trump.
El fiscal general informará al Congreso sobre las conclusiones de Mueller