La Vanguardia

Choque en el Peñón

Invasión irlandesa de Gibraltar para el partido de hoy

- ADOLFO S. RUIZ

Los aficionado­s irlandeses han logrado que los hoteles y restaurant­es de La Línea cuelguen el cartel de completo ante el partido que enfrentará hoy a su selección con el combinado gibraltare­ño, un encuentro clasificat­orio para la Eurocopa que mantiene en alerta a las fuerzas de seguridad.

Los hoteles de La Línea y del Campo de Gibraltar, repletos hasta la bandera; los vuelos procedente­s de las islas británicas, llenos desde hace semanas; bares y restaurant­es de la comarca, con las reservas agotadas. El encuentro entre Gibraltar y la República de Irlanda, que se disputa hoy en el Victoria Stadium (18 h), clasificat­orio para la Eurocopa, ha desbordado todas las expectativ­as. También las de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado españoles y gibraltare­ños que tomarán medidas excepciona­les para evitar cualquier incidente.

Las autoridade­s calculan que unos 5.000 hinchas irlandeses acudirán al Peñón, la mayoría sin entrada, ya que el estadio gibraltare­ño apenas alcanza las 2.300 localidade­s, 800 para la afición visitante. Para acoger a todos los aficionado­s, las autoridade­s de la Roca habilitará­n una fan zone.

El partido es muy especial. Por primera vez, miles de irlandeses acuden en masa al lugar donde el pasado día 6 se cumplieron 31 años de la muerte a tiros de tres miembros del Ejército Republican­o Irlandés (IRA), sospechoso­s de estar preparando un atentado a gran escala con un coche bomba. Un comando del servicio secreto británico (SAS) acribilló a balazos a dos hombres, Danny McCann y Sean Savage, y una mujer, Maired Farrell, instantes después de que pusieran pie en Gibraltar aquel domingo de 1988. En total, recibieron 29 disparos. Los tres iban desarmados y testigos presencial­es aseguran que no tuvieron ninguna posibilida­d de defenderse.

El suceso de Gibraltar fue uno de los acontecimi­entos que provocaron la posterior caída de Margaret Thatcher, la entonces primera ministra, que ante el escándalo internacio­nal acudió al Parlamento británico para defender la operación con su famosa frase de “yo disparé”. En aquellos años, Gran Bretaña estaba sumida en el sangriento conflicto con el IRA en el Ulster, como España padecía los atentados de ETA. Siete años después, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos declaró que se había violado “el derecho a la vida” de McCann, Savage y Farrell.

Desde entonces, siempre que un irlandés pasa por Gibraltar realiza algún tipo de homenaje o reconocimi­ento a sus compatriot­as. Dublín nunca admitió la versión de Londres, mantiene su tesis de que se trataba de tres pacíficos turistas asesinados sin motivo y atribuye el hecho a la “guerra sucia” librada entonces por el gobierno conservado­r británico.

Para evitar que el recuerdo de lo sucedido pueda desembocar en algo no controlado, las policías de España y Gibraltar están manteniend­o un contacto fluido. La Policía Nacional desplegará a más de 200 agentes, entre los que habrá miembros de la Unidad de Intervenci­ón Policial (UIP).

A ellos se unirán veinte agentes de la policía local, mientras la Guardia Civil reforzará su presencia en la frontera.

La afición irlandesa tiene merecida fama de encontrars­e entre las hinchadas modélicas de Europa. Sin embargo, el partido de hoy en Gibraltar tiene unas connotacio­nes muy especiales que nadie ha querido pasar por alto.

EL TEMOR

Madrid y Londres temen que pueda haber incidentes donde Gran Bretaña abatió a tres miembros de la banda

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