Postureo ante el horror
Hacer equilibrios en los raíles es “irrespetuoso” con las víctimas del Holocausto
El museo de Auschwitz invita a sus visitantes a tomar conciencia del horror vivido en el campo polaco ante el incremento de instantáneas frívolas.
La frivolidad y la inconsciencia colonizan periódicamente las redes sociales con nuevos desatinos, que mueven a la reflexión. El museo del antiguo campo de exterminio nazi de Auschwitz ha pedido a sus visitantes que no se hagan fotos haciendo equilibrios en los raíles del tren, después de que en las redes sociales hayan aparecido cada vez más instantáneas de jóvenes en esa pose.
“Cuando vienes al @AuschwitzMuseum, recuerda que estás en un lugar en el que más de un millón de personas fueron asesinadas; respeta su memoria”, escribió el miércoles la dirección del museo en su cuenta de Twitter. El tuit proseguía así: “Hay mejores sitios donde aprender a caminar sobre una barra de equilibrio que el lugar que simboliza la deportación de cientos de miles hacia su muerte”.
En este campo de exterminio de la Alemania nazi en la Polonia ocupada durante la Segunda Guerra Mundial, perecieron en torno a 1,1 millón de seres humanos –la mayoría judíos– en las cámaras de gas, o tras sufrir malos tratos, hambre y enfermedad. En realidad, eran dos campos contiguos, Auschwitz y Birkenau, un recinto de horror que ahora es patrimonio de la humanidad de la Unesco y contiene un memorial y un museo de 200 hectáreas, creado en julio de 1947 por el Parlamento de Polonia. El año pasado recibió la cifra récord de 2,1 millones de visitantes.
Las víctimas del Holocausto llegaban a Auschwitz por tren, y el museo considera inaceptable que las vías se conviertan ahora en escenario de fotos de turismo mundano. En el tuit de denuncia el museo incluyó cuatro fotos de jóvenes andando sobre los raíles que ellos mismos habían hecho circular por las redes sociales. Hacer equilibrios sobre los raíles es “irrespetuoso”, insistió el museo en un tuit posterior.
No es la primera vez que se dan casos así. En los últimos años, ha habido ya críticas a visitantes por tomarse selfies en actitud jovial en antiguos campos de concentración nazis y en memoriales dedicados al Holocausto. En Auschwitz se hacían selfies con el infiarse fame letrero de entrada de Arbeit macht frei (el trabajo libera).
En Berlín, algunos turistas inconscientes se hacían autofotos divertidas en el monumento a los Judíos Asesinados de Europa, obra del arquitecto neoyorquino Peter Eisenman. El memorial es una explanada con 2.711 bloques de cemento de diversa altura, y algunos se sacaban fotos saltando, patinando o haciendo posturas. Para denunciarlo, en el 2017 el artista israelí afincado en Berlín Shahak Shapira superpuso esas fotos frívolas en color que halló en las redes sobre imágenes reales de víctimas del Holocausto en blanco y negro, con impactante resultado. La fea tendencia de fotogra- así en el memorial berlinés decayó desde entonces.
Estos días, tras los comentarios sobre el tuit inicial del Museo de Auschwitz, en los que algún internauta decía que los responsables del centro no deberían exigir su “versión del respeto” ni tenían que haber colgado las fotos de los jóvenes para “avergonzarles”, el museo replicó con las reglas oficiales. “En los terrenos del museo, los visitantes deben comportarse con la debida solemnidad y respeto”, reza el reglamento. El museo puntualizó que en absoluto se trata de prohibir sacar fotos en Auschwitz, sino que se pide a los visitantes que “se comporten con respeto, también cuando toman fotografías”.
Las reglas del recinto del antiguo campo nazi llaman a “comportarse con la debida solemnidad y respeto”