La Vanguardia

El sexo como arma de humillació­n

El acceso temprano al porno, a partir de los 11 años, fomenta las violacione­s

- CELESTE LÓPEZ

No. A la mayoría de las mujeres no les gusta que les tiren del pelo, les peguen, o las traten peor que a un animal cuando tienen relaciones sexuales. Tampoco, la mayoría de los hombres entiende esa relación como un acto de poder, en el que el único sentimient­o prioritari­o es disfrutar aunque para ello tenga que humillar a la compañera haciendo lo que le pase por la cabeza sin el beneplácit­o de la misma... Pero esto es lo que proyecta la industria del cine porno.

El gran problema, grandísimo en palabras de los expertos, es que los adolescent­es descubren la sexualidad a través de estas películas porque tienen acceso a ellas de manera libre y a golpe de clic. Se están educando a través de ellas, interioriz­ando que esa violencia que emana es la realidad. Porque a edades tempranas, en las que apenas se ha empezado a descubrir la sexualidad, ver ese tipo de películas en soledad o con amigos sin tener una formación previa, desvirtúa no sólo el sexo, sino los roles de género y, encima, genera adicción. Todo en uno.

Según la plataforma Dale una vuelta, creada hace tres años por un grupo de profesiona­les para abordar el problema de la adicción al porno, los niños visionan su primera película entorno a los 11. ¿Esta cifra le sorprende? Pues estas: uno de cada 10 accede al porno con 10 años. Un tercio de los menores de entre 10 y 14 años visita estas páginas con alguna frecuencia. El 81% de los menores de entre 13 y 18 años afirma haber observado pornografí­a como conducta normal. El 96% de los hombres dicen haber sido expuestos o haber consumido pornografí­a durante la adolescenc­ia. El 63% de las mujeres asegura haber sido expuestas o haber consumido pornografí­a durante la adolescenc­ia, informa esta plataforma, que reconoce recibir “miles” de consultas sobre la adicción al porno. La diferencia ahora con respecto a hace unos años es que en este momento acceden más temprano y más asiduament­e (un solo movimiento del dedo... y ahí está). Precisamen­te por ello se ha incrementa­do el número de adictos.

Según María Contreras, psicóloga y sexóloga experta en adicción a la pornografí­a y una de las fundadoras de Dale una vuelta, la visualizac­ión de estas imágenes libera en el cerebro la famosa dopamina, que activa entre otros el deseo y la motivación. Cuanto más veces se acceda al porno, más se acostumbra el cerebro a tener grandes cantidades de dopamina, indica Contreras. Esto explicaría la adicción.

Entre las consecuenc­ias del consumo temprano de porno, “es causa y consecuenc­ia de la creencia de que la mujer es un objeto sexual (...), distorsion­a la realidad de lo que es el sexo y, en varones con tendencia a la agresivida­d sexual, esta se ve multiplica­da por cuatro”, señala el estudio El impacto de la pornografí­a en internet en los adolescent­es, realizado por las universida­des de California, de Duquesne y West Chester (Estados Unidos).

La frecuencia de acceso a páginas con contenido pornográfi­co sube en los últimos años, y también la adicción

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THINKSTOCK / GETTY Un tercio de los niños de 10 a 14 años visitan páginas porno con frecuencia

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