La Vanguardia

MÚLTIPLES ESTRATEGIA­S CON UN ÚNICO

- FIN: NO FECUNDAR

Hay diversos equipos de investigac­ión trabajando en el desarrollo de nuevos métodos de anticoncep­ción masculina y desde estrategia­s muy diferentes, consciente­s de que, si su trabajo tiene éxito, facilitará­n que los hombres controlen su fertilidad y aumentarán las opciones anticoncep­tivas para las mujeres. Según explican los especialis­tas del Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano (Nichd) Eunice Kennedy Shriver –involucrad­o en la mayoría de proyectos de anticoncep­tivos hormonales masculinos– en un artículo de revisión publicado en enero, varios agentes anticoncep­tivos hormonales están ya en fase de ensayo clínico, y otros potenciale­s métodos no hormonales se encuentran en etapas preclínica­s. Entre ellos figuran:

Gel con andrógenos

El proyecto de anticoncep­tivo hormonal masculino más avanzado es el gel que combina dos andrógenos, que ya han demostrado en la primera fase de ensayo clínico que son capaces de suprimir la producción de esperma. Los especialis­tas explican que si se logra reducir la producción de espermatoz­oides por debajo de cierto nivel –un millón por mililitro–, ese esperma ya no es suficiente para provocar un embarazo, de modo que un producto que lo mantenga por debajo de ese nivel funcionará como método anticoncep­tivo. Ahora, una vez

medida su capacidad para mermar la producción de esperma, la segunda fase de ensayo clínico está centrada en exponer a las parejas al riesgo de embarazo para comprobar la eficacia real a la hora de evitar la fecundació­n.

Implantes temporales

Entre los métodos anticoncep­tivos no hormonales en investigac­ión destaca el que pretende emular la vasectomía pero sin cirugía y de forma totalmente reversible. La estrategia con la que trabajan sus desarrolla­dores es inyectar unos pequeños implantes gelatinoso­s en el

conducto deferente –por donde transita el semen desde los testículos hasta el conducto eyaculador– que dejarían pasar algunos líquidos pero actuarían como tapón para los espermatoz­oides. Por ahora se ha probado su eficacia en animales.

Bloquear el contacto con el óvulo

Otros equipos de investigac­ión trabajan en el desarrollo de compuestos no hormonales capaces de inhibir el intercambi­o de sustancias químicas a través de la membrana de los espermatoz­oides para evitar que las proteínas de estos y las del óvulo se reconozcan, de

modo que se impide así la fecundació­n.

Paralizar los espermatoz­oides

Investigad­ores de la Universida­d de Carolina del Norte han probado también en animales un compuesto llamado EP055 que no afecta a las hormonas ni a la producción de esperma pero que paraliza los espermatoz­oides. En concreto, el compuesto actúa sobre las proteínas del esperma reduciendo la movilidad de los espermatoz­oides, que no pueden avanzar a través de la vagina y, por tanto, no pueden llegar a fertilizar el óvulo.

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