La Vanguardia

La litigadora que amenaza a Trump

Diga lo que diga el informe Mueller, la fiscal general del Estado de Nueva York está dispuesta a utilizar su poder para indagar en los secretos de Trump

- FRANCESC PEIRÓN Nueva York. Correspons­al

A la hora de la victoria, esas campanadas que nunca habían sonado en el reloj de la historia, Letitia James, Tish para los amigos, hizo una promesa. “Seré independie­nte como siempre he sido”, dijo.

Refiriéndo­se a sí misma en tercera persona, figura retórica muy usada por su malquerido Donald Trump, sostuvo: “Nada cambiará sobre Tish, todavía soy aquella niña de Brooklyn”.

Así es. Creció en Brooklyn como una más de ocho hijos. Bien, tampoco una más. Ya desde niña negociaba en nombre de sus hermanas y de sus hermanos, y de otros que se hallaban en problemas. James se recuerda a sí misma de esa manera, en todo momento luchando con sus argumentos, insistiend­o, martillean­do su punto de vista hasta doblar la voluntad de su contendien­te.

En una ocasión, su hermana pequeña, ahora agente de la policía de Nueva York, y una sobrina aún más joven mantenían una disputa entre lágrimas por una muñeca. Tish encontró la solución al conflicto. Fue a la habitación de su hermana, cogió otra muñeca y se acabó la pelea.

Ella misma lo explica cuando habla de si misma. Resultaba obvio que su destino estaba escrito. Sería abogada. O picapleito­s.

Ya no hace justicia con muñecas. Ahora apunta a lo más alto. Tras ganar las elecciones el pasado noviembre, Letitia James se convirtió este uno de enero en la primera mujer afroameric­ana que alcanza el cargo de fiscal general del Estado de Nueva York.

En estos días de máxima actualidad del informe Mueller –los dos años de investigac­ión sobre la posible connivenci­a entre Rusia y la campaña electoral de Donald Trump–, tras la difusión el jueves de una versión redactada por William Barr y su equipo en el Departamen­to de Justicia, entre las suspicacia­s que suscitan esos trazos negros que ocultan el texto original del investigad­or especial, de proclamas exageradas, por inciertas, de “exoneració­n total” que reitera el presidente, detrás de todo eso emerge la sombra de Letitia James, la fiscal general del estado de Nueva York, que amenaza al imperio Trump.

Si una cosa ha dejado clara James, es que removerá cielo y tierra en busca de todas las prácticas ocultas que se le suponen al hoy inquilino de la Casa Blanca y todavía magnate inmobiliar­io con profundas raíces en su tierra natal, en “el estado del imperio”.

James ejerce uno de los cargos de investigac­ión más poderosos del país. Nada más ser elegida, Tish aseguró que echaría mano de “todas las áreas de la ley” para indagar sobre el presidente Trump, su familia, sus asociados y sus negocios”. Puede mantener esa promesa porque, como jefa de la oficina legal del estado, dispone de amplios recursos de investigac­ión y procesales. No importa que el Rusiagate sea un caso cerrado, si es que realmente lo es. Eso no afecta a los sumarios de la fiscal general de Nueva York, que sigue adelante con sus intencione­s.

Recienteme­nte ha solicitado a los bancos que trabajan o trabajaron con Trump –Deutsche Bank e Investors Bank– que le faciliten informació­n sobre esa organizaci­ón empresaria­l y las finanzas del presidente, uno de los grandes misterios, que no hace más que alentar las sospechas. ¿Por qué Trump oculta sus declaracio­nes a Hacienda (el IRS en este país)? Aunque el presidente ha desechado esos esfuerzos de transparen­cia, los ha calificado de “acoso presidenci­al” e incluso tuiteó la queja de que “James hizo campaña de manera abierta bajo la agenda ‘pillar a Trump’”,

“Esta campaña nunca fue realmente acerca de mi o los otros candidatos, sino acerca de la gente, pero sobre todo acerca del hombre que ocupa la Casa Blanca, quien no puede pasar un día sin amenazar nuestros derechos fundamenta­les”, recalcó James al ganar la carrera por la fiscalía general. Otras veces le calificó de “presidente ilegítimo”, proclama que se escuchó en Nueva York los días, semanas y meses posteriore­s a la victoria de Trump.

¿Una vendetta? Tal vez, pero los expertos sostienen que el presidente tiene motivos para estar preocupado y sentir miedo.

“Ella dispone de un extenso poder, de eso no hay duda”, explicó a la cadena NBC uno de sus predecesor­es en el cargo, el demócrata Oliver Koppell

Nacida en octubre de 1958. Letitia James entró a estudiar Derecho en la Howard University School of Law como consecuenc­ia de la influencia que causaron en ella las victorias legales durante el movimiento de los derechos civiles en la década de los sesenta.

Después de ser descartada como fiscal en la ciudad de Nueva York, James se convirtió en abogada defensora. Ganó una serie de asuntos en nombre de mujeres que habían sufrido abusos.

Optó a su cargo actual desde el puesto de defensora del pueblo en la Gran Manzana. Ahí sustituyó en enero del 2014 al actual alcalde de la ciudad, Bill de Blasio.

Tish ya no juega con muñecas

James hizo campaña con Trump en el punto de mira, y los trumpistas creen que sólo busca venganza

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SEAN ZANNI / GETTY Letitia James en la gala de los Héroes Americanos, en el Garage, en junio del 2018

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