Aeropuerto cada vez más internacional
EL aeropuerto de Barcelona gana posiciones en su apuesta por consolidar conexiones internacionales. Las diferentes aerolíneas, fundamentalmente de bajo coste, cubren ya las rutas con Buenos Aires, Santiago de Chile, São Paulo y Bogotá. Y está previsto que próximamente se establezcan las de Ciudad de México y Lima. Todos ellos son mercados para los que hay demanda desde la capital catalana. El aeropuerto de Madrid-Barajas ha dejado de ser la única puerta española hacia Latinoamérica, aunque es la más importante.
Las nuevas rutas se suman a las que ya existen con diversas grandes ciudades de Estados Unidos y, con ello, el aeropuerto barcelonés se acerca a su gran objetivo de convertirse en un centro internacional de conexiones de largo recorrido (hub). Esto es posible gracias a la opción que se tomó en su día por las compañías de bajo coste, como única alternativa para poder competir con Madrid-Barajas. El gran aumento de pasajeros logrado gracias a estas aerolíneas permite que en el aeropuerto de Barcelona se genere demanda para las líneas de larga distancia. Estas nuevas rutas, a su vez, pueden ser operadas también por las propias compañías de bajo coste gracias a los nuevos aviones y a los nuevos sistemas de vuelo que ahorran combustible y abaratan gastos. El nuevo gran reto, una vez consolidadas las conexiones con América, tanto del Norte como del Sur,
es establecer más conexiones con Asia y poder actuar de puente entre ambos continentes.
El aeropuerto de Barcelona no sólo crece por sí mismo, debido a sus crecientes conexiones, sino que, fundamentalmente, presta servicio a una ciudad que es líder en turismo, en celebración de congresos y ferias de primer nivel, que ha consolidado su puerto como el cuarto del mundo en salida y entrada de cruceros y que se afianza como sede de empresas cada vez más internacionalizadas.
El problema del intenso crecimiento del aeropuerto de Barcelona, que ya es el séptimo de Europa, es que está cerca del colapso. Tiene una capacidad límite para atender 55 millones de pasajeros anuales, pero el año pasado llegó ya a los 50 millones y este año puede rozar los 53 millones. Es importante, por tanto, garantizar que los planes de ampliación acordados con el anterior gobierno del Partido Popular sean asumidos por el nuevo ejecutivo que salga de las urnas y se cumplan a rajatabla. En este sentido, es fundamental construir lo más pronto posible la llamada terminal satélite, para elevar la capacidad hasta los setenta millones de pasajeros anuales, y hacer del aeropuerto de GironaCosta Brava la cuarta pista que se necesita, con la integración y conexión de los dos aeropuertos a través de un tren lanzadera de alta velocidad. El reto, pues, es doble: seguir con el incremento de conexiones y aumentar la capacidad.