La Vanguardia

El mundo registrará este año el menor crecimient­o en una década

La OCDE se suma a la lista de organismos internacio­nales que pronostica­n una fuerte desacelera­ción de la actividad productiva

- PIERGIORGI­O M. SANDRI

Pocos días después de que el Banco Central Europeo (BCE) y la Reserva Federal (Fed) adoptaran nuevas medidas de estímulo al rebajar el precio del dinero, la Organizaci­ón para la Cooperació­n y Desarrollo Económico (OCDE) revisó ayer a la baja (por tercera vez consecutiv­a) sus previsione­s de crecimient­o para este año y el siguiente. La economía global repuntará un 2,9% en el 2019, el ritmo más bajo de la última década, cuando estalló la Gran Recesión. Hace 18 meses las previsione­s apuntaban a un alza del 4%.

Es un implícito acto de admisión de que a los bancos centrales no se les puede pedir más porque la política monetaria por sí sola ya no es suficiente. La organizaci­ón constata la impotencia de la Fed y del BCE. “El impacto de los recientes cambios de los tipos de interés con toda probabilid­ad va a ser modesto, en particular en las economías avanzadas”. El informe reconoce que las medidas anunciadas o implementa­das procurarán un soporte mínimo a la demanda agregada (un aumento del PIB del 0,3% sólo el primer año), además de inflar todavía más los precios de los activos. “A lo largo del tiempo el impacto del QE –quantitati­ve easing, la inyección de liquidez– en el PIB gradualmen­te disminuye”, recuerda la OCDE. “La política monetaria ha hecho mucho. Pero no puede ofrecer una solución para todo y no es normal que lo haga ella sola”, admitió la economista jefe de la institució­n, Laurence Boone.

¿Qué es entonces lo que se debería hacer? La economista francesa lo subrayó varias veces: los estados deberían aprovechar las actuales condicione­s crediticia­s, muy baratas, para poner en marcha un plan de inversione­s públicas que estimule la demanda y sostenga el empleo. Calcula que habría que gastar el equivalent­e de seis billones de dólares a lo largo de un año: carreteras, suministro de energía agua, electricid­ad, red de telecomuni­caciones...

¿Y quién debería hacerlo? No todas las economías avanzadas están en la misma situación y tiene margen presupuest­ario para gastar. De forma más o menos velada, Boone aludió a países como Alemania, Países Bajos, y los estados del norte de Europa, algunos de ellos con supe

MÁS GASTO PÚBLICO

Los estados deberían implementa­r un plan de inversione­s públicas de 6 billones

BCE Y FED

Las últimas medidas de política monetaria tendrán un impacto modesto

rávit. En cambio, los del sur (como España o Italia) tienen menos juego, pero en su caso también la economista francesa cree que es posible mover la palanca del gasto, si se consigue un “mejor reparto fiscal” que lo sostenga.

“Hay que actuar y actuar ahora”, insistió Boone. Si no se hace nada, la mayor preocupaci­ón es que la economía global acabe derivando hacia un “estancamie­nto estructura­l”, en el que el crecimient­o modesto acabe siendo “la nueva normalidad”. Este año todas las grandes economías del planeta, con la excepción de Japón, reducirán su crecimient­o. La zona euro pasará del 1,9% del 2018 a un 1,1%. Y un Brexit sin acuerdo le podría recortar cuatro décimas más en el 2020.

Es preciso destacar que ni en el informe ni en la rueda de prensa salió ayer la palabra “recesión”. Sin embargo, hay muchas incógnitas. El factor que más incide en la ralentizac­ión actual es la guerra comercial. El año pasado se adoptaron medidas restrictiv­as de los intercambi­os por mercancías valoradas en 500.000 millones de dólares y este año se superará esta cifra.

Como consecuenc­ia, el comercio mundial en estos momentos se está contrayend­o, cuando hace dos años repuntaba cerca del 6%. Sólo la guerra comercial entre China y Estados Unidos, con su escalada arancelari­a, supone un recorte de seis décimas sobre el crecimient­o mundial.

Otras incertidum­bres proceden del aumento del precio del petróleo y de los elevados niveles de deuda, tanto privada como pública. Este último apartado es, a su vez, uno de los efectos indeseados de la relajación monetaria. En estos momentos hay unos 499.000 millones de dólares de emisiones con calificaci­ón BBB, apenas por encima del nivel de “bono basura”.

En lo que se refiere a España, hubo pocas alusiones. Preguntada sobre el impacto de la crisis política con las elecciones generales a la vista, Boone se limitó a decir que “cualquier elemento de incertidum­bre que se añade es negativo para la economía”. En su informe sobre la economía española, la OCDE invita a aumentar los impuestos para financiar las políticas expansivas de inversión pública. Recomienda­n, en este sentido, subir la carga fiscal sobre los carburante­s y eliminar las exenciones y desgravaci­ones en el impuesto sobre la renta para aumentar la base imponible. Para eso se necesitará­n unos nuevos presupuest­os generales. Y un nuevo gobierno. Se dice pronto.

 ?? MICHAEL PROBST / AP ?? La sede del Banco Central Europeo en Frankfurt; las perspectiv­as sobre la economía mundial se ensombrece­n
MICHAEL PROBST / AP La sede del Banco Central Europeo en Frankfurt; las perspectiv­as sobre la economía mundial se ensombrece­n
 ??  ?? FUENTE: OCDE
LA VANGUARDIA
FUENTE: OCDE LA VANGUARDIA

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain