Los temas del día
La ralentización de la economía mundial prevista por la OCDE, y el recorte previsto en los presupuestos del Museu Nacional d’art de Catalunya.
LA economía mundial registrará este año el menor crecimiento desde el inicio de la gran crisis económica y financiera. Es un dato que ha hecho saltar todas las alarmas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Esta institución estima para este año un crecimiento mundial del 2,9%, el mismo que en 2008-2009, después de haber rebajado sus previsiones tres décimas con respecto a las efectuadas el pasado mes de mayo. Con ello se muestra más pesimista que el Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevé un avance del 3,2%.
Desde su cuartel general en París, los economistas de la OCDE advierten del riesgo que supone el debilitamiento económico mundial durante este año y los próximos, especialmente para el empleo, a causa del impacto de las tensiones comerciales y políticas en la confianza y en la inversión. La escalada de represalias comerciales, principalmente entre las dos principales economías del mundo, Estados Unidos y China, y la práctica eventualidad de un Brexit sin acuerdo, son las principales preocupaciones, que han provocado ya un importante descenso del comercio internacional por las incertidumbres generadas. No incluye la OCDE en sus cálculos el impacto de las crecientes tensiones en Oriente Medio, a raíz del ataque con drones contra las instalaciones petrolíferas de Arabia Saudí, que han hecho subir el precio del crudo. El eventual agravamiento de la situación y el aumento de los costes energéticos puede acentuar peligrosamente la debilidad económica internacional.
El gran aumento que registra el endeudamiento privado constituye asimismo para la OCDE un riesgo adicional que podría amplificar la desaceleración económica, en la medida en que la calidad de la deuda se degrade.
Entre las grandes economías del mundo, la alemana es la que registra un peor comportamiento, que impacta en el conjunto de la Unión Europea, ya que apenas crecerá este año un 0,5% y tan sólo una décima más el próximo. Aparte de las tensiones comerciales con Estados Unidos, Alemania sufre también por el retroceso que registra China. El crecimiento del gigante asiático se reducirá al 6,1% este año y al 5,7% el próximo, que es la peor cifra de los últimos decenios, algo que afectará también muy negativamente al conjunto de las economías emergentes al reducir sus compras de materias primas.
En Estados Unidos, la Reserva Federal acaba de bajar nuevamente los tipos de interés para garantizar el mantenimiento de uno de sus ciclos más largos de crecimiento. Pese a ello, la OCDE ha reducido cuatro décimas sus previsiones, hasta el 2,4% este año y el 2% el próximo, ya que la economía estadounidense tampoco es ajena al impacto negativo de las guerras comerciales impulsadas porTrump.
Ante este escenario de progresiva debilidad del crecimiento económico internacional, la OCDE hace un llama miento a los gobiernos para que pongan fin alas guerras comerciales, que perjudican a todos, y para que impulsen planes de re activación basados en una mayor inversión pública, que es una alternativa perfectamente factible en la situación actual de bajos tipos de interés que se mantendrá por bastante tiempo. Alemania, en este sentido, es el país que mayor margen fiscal tiene para hacerlo, pero el llamamiento de la OCDE implica a todos.
La economía española, paradójicamente, es una de las pocas que no inquietan a la OCDE, porque resiste bastante bien, según reconocieron sus economistas, aunque advirtieron que la incertidumbre política no ayuda nada en un marco de debilidad económica global.