El freno de la economía ya se deja notar en la restauración
La buena racha que acumulaba el sector de la restauración comienza a languidecer. En el 2018 su facturación alcanzó los 36.763 millones de euros, un 2,1% más que el año anterior. Pero por primera vez desde el 2015 ese crecimiento es inferior al del año anterior, en concreto cuatro décimas menos. Una ralentización que se espera que continúe en el 2019. Pese a los buenos datos de los primeros meses del año, la previsión es que el 2019 acabe con un crecimiento del 1,7%, según los datos de The NPD Group, recogidos en el Anuario de la Restauración realizado junto con la consultora KPMG y la asociación Marcas de Restauración, que se representó ayer en Madrid.
La incertidumbre que generan las noticias de guerra comercial, el Brexit y la desaceleración económica son los motivos que hacen que se imponga la prudencia entre los consumidores a la hora de salir a comer o tomar algo en restaurantes, bares o cafeterías. Un freno que se agrava por el efecto calendario, es decir, por el hecho de que en lo que queda del 2019 la mayoría de las fiestas caigan en fin de semana.
En cualquier caso, no todos los establecimientos se ven afectados de las misma manera. Aquellos que pertenecen a cadenas o marcas de restauración renombradas confían en capear la incertidumbre con más alegría. El 57% de estos empresarios confía en incrementar más de un 5% su facturación. De hecho, el subsector de la restauración organizada creció en el 2018 un 13% y hasta junio del 2019 acumulaba un crecimiento del 9,4%.
El optimismo en cambio, sí es generalizado en todo el sector en lo que a creación de empleo se refiere. En total se prevé que se abran algo más de mil nuevos establecimientos en el 2019, lo que supondrá una creación de empleo total de 12.000 nuevos puestos de trabajo directos.