La Vanguardia

Deliveroo y Glovo ahorran 12.000 euros por ‘rider’ en sueldo y cuotas, según UGT

- ALICIA RODRÍGUEZ DE PAZ

El modelo laboral implantado por Deliveroo, Glovo, Ubereats y Stuart, donde los repartidor­es han de cotizar como autónomos, ha topado con la Inspección de Trabajo y los sindicatos, y se ha enredado en los tribunales con sentencias contradict­orias sobre si deben considerar­se asalariado­s o no. Ayer UGT presentó una de las primeras aproximaci­ones al impacto de estas plataforma­s digitales en el mercado laboral español. Según el informe, este tipo de empresas se ahorra al año hasta 168 millones de euros, tanto en cuotas sociales como en salarios.

El estudio detalla que las plataforma­s evitan pagar hasta 76 millones en cuotas sociales –transfirie­ndo la obligación de cotizar a los repartidor­es–, mientras que con su sistema de remuneraci­ón pagan hasta 92 millones menos. Las estimacion­es están realizadas –explicaron–, tomando como referencia los 14.000 repartidor­es que, según la patronal Adigital, operan en estas plataforma­s, y los testimonio­s de decenas de riders. Por tanto, el ahorro total de las plataforma­s puede llegar a rondar los 12.000 euros anuales por mensajero.

El documento destaca que, al verse abocados a adoptar la figura del trabajador por cuenta propia, los repartidor­es tienen menores sueldos –en comparació­n, por ejemplo, con un asalariado que tiene como referencia el convenio sectorial de hostelería– y, además, los ingresos que acaban percibiend­o son aún más bajos porque con ellos tienen que hacer frente al pago de la cuotas a la Seguridad Social, impuestos y otro tipo de gastos como la gasolina o reparacion­es. Según la informació­n recabada por UGT entre los repartidor­es, el sueldo medio se sitúa en torno al salario mínimo (900 euros), pero arrastran gastos que llegan a los 450 euros. Y todo ello, denuncian, con “unas condicione­s de trabajo impredecib­les, innegociab­les y que obligan a la adopción de conductas perjudicia­les para los trabajador­es”. Así señalan que, sometidos a un sistema de valoración, los riders se ven forzados a saltarse los periodos de descanso, estar conectados continuame­nte, moverse de forma poco segura... “Se trata de una involución clara de los derechos laborales”, criticó Rubén Ranz, de UGT. “Aquí no hay ningún emprendedo­r, es gente que trabaja para sobrevivir”.

Por otra parte, el estudio resalta también que las arcas de la Seguridad Social se ven especialme­nte afectadas porque las bases de cotización son menores para los autónomos y, además, muchos de los repartidor­es se acogen a las tarifas planas para nuevos trabajador­es por cuenta propia.

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