Ayuntamiento y Sagrada Família negocian sobre la nueva fachada
El nuevo permiso permitirá construir el puente de la calle Mallorca y la fachada de la Glòria
Tras firmar el pasado mes de julio la licencia de obras, la Sagrada Família desea abrir cuanto antes una nueva etapa. La construcción de la basílica avanza según calendario y con la vista puesta en el 2026 para acabar toda la estructura del templo. Más allá de esa fecha quedará por hacer la fachada de la Glòria, para cuyo diseño artístico –con más de 100 elementos decorativos– se convocará un concurso, y la famosa escalinata que nace de esta portada, sobrevuela la calle Mallorca y desemboca en un paseo que llega a la avenida Diagonal. Para poder encarar estos trabajos será necesaria una segunda licencia de obras que empezarán a negociar después de las fiestas de la Mercè los responsables del Ayuntamiento de Barcelona, del templo, los vecinos del entorno y los colegios profesionales.
“Si en dos años y medio de conel versaciones hemos podido sacar adelante el permiso de obras, después de 136 años de trabajos, somos optimistas y creemos que también podemos desencallar el proyecto”, aseguró ayer Esteve Camps, presidente de la Junta de la Sagrada Família. En este sentido, explicó que el actual permiso, por el que el templo deberá abonar cuatro millones de euros, sólo afecta a la estructura de la basílica y la verticalidad de la fachada de la Glòria. Es decir, todos los elementos decorativos que se ubicarán en esta portada a excepción de un voladizo, así como la futura escalinata, estarán sujetos a un nuevo plan.
Este proyecto deberá recibir el visto bueno del Ayuntamiento y de los vecinos que han interpuesto una demanda contra la basílica por el plan especial aprobado hace unos meses y que el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) ha admitido a trámite. “Queremos ser respetuosos y debe ser el juez quien finalmente decida quién tiene razón”, sentenció Camps.
Al margen de las negociaciones, arquitecto del templo, Jordi Faulí, presentó ayer los terminales de las cuatro torres de los evangelistas, que son obra del escultor Xavier Medina Campeny. Unos pináculos que en el 2021 llegarán a su altura máxima, 135 metros, y que estarán culminados por la iconografía cristiana que los representa tradicionalmente: un ángel en el caso de Mateo, un león en el de Marcos, un buey en el de Lucas y un águila en el de Juan. Las seis torres que están en construcción ya han superado los cien metros de altura y se espera que la última de ellas, la de Jesucristo, esté acabada en el 2022. Al margen de estas estructuras también se está instalando el suelo radiante, se están construyendo unos sótanos para servicios y se trabaja en las cubiertas. La Sagrada Família ha aumentado su presupuesto anual, que ha pasado de 80 a 103 millones de euros, de los que 55 se destinan a obras. Las visitas se mantienen en cuatro millones de personas.