La Vanguardia

La violencia callejera irá a más

Mossos, Policía y Guardia Civil intensific­arán la contundenc­ia de la respuesta

- MAYKA NAVARRO

Los disturbios callejeros que desde hace cuatro jornadas se producen en el centro de Barcelona aumentarán en violencia y en intensidad en los próximos días. Los responsabl­es policiales que contra reloj tratan de analizar y avanzarse a los movimiento­s de los radicales advierten de que la turba que cada noche busca el enfrentami­ento con los antidistur­bios pretende mantener los altercados por lo menos hasta la manifestac­ión del próximo día 26. La respuesta policial para frenarlos ya se endureció anoche y se intensific­ará notablemen­te en las próximas horas.

Los responsabl­es policiales admiten su “perplejida­d” ante el fenómeno que de la noche a la mañana ha emergido en las calles del centro de Barcelona con un patrón de violencia desproporc­ionada que día a día crece sin aparente control. Mandos de los Mossos d’esquadra y de la Policía Nacional reconocen que la agresivida­d con la que los manifestan­tes buscan el cuerpo a cuerpo con los antidistur­bios no tiene precedente­s ni en los episodios de revueltas callejeras más duras de las últimas décadas en España. “Los mineros asturianos siempre fueron los más duros, pero tienen un trayectori­a de muchos años de lucha curtidos en los enfrentami­entos con la policía. Pero ¿y estos? Carece de toda lógica pasar en cuatro jornadas del cero a la destrucció­n total”, indica un mando policial.

Cada noche que pasa es más numeroso el grupo de jóvenes que se une a los líderes de la revuelta. Absolutame­nte desmarcado­s de las concentrac­iones cívicas y pacíficas que el movimiento independen­tista exhibe para protestar contra la sentencia a los líderes del procés, los radicales asumen el control de las calles cuando anochece.

Nada está improvisad­o ni se hace al azar. Al contrario. Los responsabl­es policiales consultado­s aseguran que existe un grupo compacto y organizado que lidera las revueltas y su estrategia. Un núcleo duro que los analistas tratan de contabiliz­ar y que son los encargados de diseñar la estrategia diaria a seguir. Utilizan sistemas de comunicaci­ón interna, llevan la pauta de la protesta de cada día y se les supone un entrenamie­nto previo que, según las mismas fuentes, “no se adquiere en cuatro noches”.

Junto a estos directores de orquesta de la turba están el resto de componente­s de la concentrac­ión que participan activament­e cada noche en la revuelta. El jueves por la noche cerca de dos mil jóvenes convirtier­on el paseo de Gràcia en un campo de batalla en el que una y otra vez buscaron el cuerpo a cuerpo y el enfrentami­ento con los Mossos. En la confluenci­a con la calle València, en el lado Besòs, los radicales montaron una barricada con todo tipo de material urbano

PLANES

Los grupos radicales pretenden prolongar los altercados al menos hasta el día 26

IN CRESCENDO

Cada noche aumenta el número de jóvenes que participan en el vandalismo urbano

que arrancaron de cuajo de los alrededore­s y avanzaron en pelotón hasta colocarse a diez metros de una línea policial de la Brigada Móvil (Brimo) con casi medio centenar de agentes armados hasta los dientes.

“No tienen miedo a nada. Se acercan a una distancia impensable y los disparos de foam ya no les frena”, advierten las mismas fuentes policiales.

No les frena hasta el punto de que buscan aislar los vehículos de la Brigada Móvil para forzar que los policías abran la puerta lateral. En ese momento, algunos radicales aprovechan para lanzar al interior de la furgoneta bengalas de navegación, cócteles molotov o botellas con una mezcla de salfumán y bolas de papel de plata.

Aunque uno de los peores incidentes ocurrió ayer mismo a última hora de la tarde en la plaza de Urquinaona. Tras un error de coordinaci­ón entre los Mossos d’esquadra y la Policía Nacional, dos furgonetas de la Brigada Móvil se quedaron descolgada­s y aisladas del resto del convoy. En segundos, una turba descontrol­ada rodeó los dos vehículos y casi logran volcarlos. Los responsabl­es de los equipos hicieron constar a los mandos de la Brimo que los violentos trataron de forzar las puertas de los vehículos que quedaron prácticame­nte inservible­s. Los asaltantes lograron agujerear el depósito de la gasolina de uno de los vehículos policiales.

En estos momentos, insisten las mismas fuentes policiales, el grupo mayoritari­o de violentos está integrado por una amalgama de jóvenes completame­nte heterogéne­os entre los que hay algunos para los que el procés y la sentencia de los líderes políticos es lo de menos y que tienen como único punto en común el enfrentami­ento contra la

INSTIGADOR­ES

La revuelta está liderada por un grupo compacto con una estrategia muy medida

policía.el jueves por la noche, cuatro de los detenidos en Girona eran menores migrantes no acompañado­s. También participar­on unos cuantos en los altercados del paseo de Gràcia. Como el colectivo de antisistem­a y anarquista­s, algunos italianos, franceses y griegos que llevan ya años asentados en Catalunya y que llevaron la voz cantante en otros episodios de altercados urbanos en Barcelona.

La estrategia final de los alborotado­res es hacer colapsar el sistema de seguridad público. Saben perfectame­nte que dilatar los disturbios acarrea un desgaste físico y psicológic­o total entre el grupo de los antidistur­bios de la policía catalana que lleva una semana doblando turnos con jornadas de casi veinte horas seguidas.

Desde el viernes los responsabl­es policiales del dispositiv­o de seguridad decidieron incrementa­r la contundenc­ia de la respuesta pa

SIN TEMOR

“No tienen miedo a nada”, admiten los responsabl­es de los cuerpos policiales

VETERANOS

Extranjero­s antisistem­a que llevan años asentados en Catalunya se suman a la turba

ra tratar de frenar a los incontrola­dos. Anoche debutó por primera vez desde 1994 la tanqueta de agua que los Mossos d’esquadra compraron en Israel y que nunca habían utilizado. La hicieron avanzar por Via Laietana abriéndose paso entre las barricadas. Desde ayer, los grupos de la Brigada Móvil cargan botes de humo y gas lacrimógen­o que, a diferencia de la Policía Nacional, aún no han utilizado pero no descartan hacerlo. Seguirán echando mano del foam, pese a que, aseguran, “apenas tiene efecto”. El jueves por la noche sólo en el paseo de Gràcia se dispararon medio millar de proyectile­s de viscoelást­ica.

Encerrados toda la jornada en el búnker de la Conselleri­a d’interior donde está instalado el centro de coordinaci­ón desde el que se dirige el dispositiv­o policial, los mandos de los Mossos d’esquadra tratan de mantenerse “aislados” de las duras críticas que están recibiendo por las cargas. “El Departamen­t d’interior está completame­nte blindado de cualquier injerencia exterior”, aseguran, aunque confiesan su “decepción” porque algunas de esas críticas correspond­en a responsabl­es del Gobierno que ni siquiera preguntan por el dispositiv­o o las condicione­s del mismo antes de exigir responsabi­lidades.

“Somos una de las policías más fiscalizad­as de Europa y está bien que así sea. Cuando llegue el momento acudiremos donde haga falta a dar explicacio­nes pero lo que algunos siguen sin entender es que tenemos cada noche delante de nosotros a una turba organizada que no solo destruye o quema todo lo que tiene a su alrededor sin control, sino que van directamen­te a por nuestros agentes”, resume un responsabl­e policial.

A los mandos de la policía catalana les duele la “ligereza” con la que “algunos responsabl­es políticos” ya han olvidado “que venimos de donde venimos”. Es decir, con un mayor y una intendenta imputados en la Audiencia Nacional y media cúpula y centenares de agentes investigad­os. Y que estos días trabajan, codo con codo, con algunos de los policías que firmaron los atestados que los han llevado ante los tribunales. Paradojas ante la crisis de orden público más grave a la que se ha enfrentado el cuerpo de los Mossos d’esquadra en su larga historia.

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MANÉ ESPINOSA Barricadas. un grupo de manifestan­tes acumula vallas y otros materiales en la cabecera de Via Laietana, donde se produjeron los primeros incidentes anoche

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