Sánchez rebate al independentismo: “Catalunya no es un solo pueblo”
El presidente exhibe moderación para calmar los ánimos y reconducir la situación
Moderación en la reacción política, para no caer en la trampa del independentismo radical que busca que el Gobierno aplique medidas de excepción. Y contundencia en la actuación policial y judicial: “Que nadie tenga la menor duda, no habrá ningún espacio para la impunidad ante hechos vandálicos”.
En este complejo equilibrio entre la prudencia y la firmeza se mantiene Pedro Sánchez, que ayer desde Bruselas reiteró que el Estado “tiene todos los mecanismos para que prevalezca la legalidad democrática y la convivencia”. Pero, al tiempo, advirtió que “el Estado no puede ceder al impulso de la exaltación”, ante las presiones de Pablo Casado y Albert Rivera. “La fortaleza de un Estado democrático se expresa precisamente en su firmeza y también en su proporcionalidad en la respuesta y, en consecuencia, en la moderación”, replicó. “La proporcionalidad es un signo de fortaleza del Estado democrático, y ahí es donde siempre nos vamos a situar. Es la mejor manera de hacer frente con eficacia a esta crisis”, aseguró.
Hasta Felipe González, la víspera, advirtió que “si hay que llegar, se llegará al 155, pero ahora no es el momento”. “No se da la circunstancia”, zanjó, y defendió que el presidente, frente a las urgencias que demandan los líderes del PP y Cs, “está en la posición que debe estar”.
Ante la inmensa manifestación que ayer desbordó Barcelona, Sánchez defendió el “uso legítimo del derecho constitucional” que asistió a los participantes. “Justamente el ejercicio del derecho de manifestación es la expresión y la prueba viva de la fortaleza de nuestra democracia”, justificó. “Quienes la ponen en duda pueden comprobar que en España son respetadas todas las libertades, derechos y opiniones, y nadie es sancionado por sus ideas”. Ahora bien, el presidente advirtió que este derecho debe ser ejercido “de modo absolutamente pacífico”. Y subrayó que “los culpables de actos violentos serán identificados y conducidos ante la justicia para que reciban la sanción que les corresponde”.
Ante los disturbios que se suceden cada noche, y ante una eventual escalada de violencia, Sánchez insistió en que “cualquier decisión que se vaya a tomar está prevista”. Para cada escenario que se plantee habrá una respuesta, pero siempre proporcional. “Sin duda contamos con la legitimidad democrática para hacerlo, las leyes nos amparan”, aseguró. Incluso el Tribunal Constitucional (TC) ya “determinó claramente cuándo se pueden aplicar medidas extraordinarias”. Qué se puede hacer y qué no. “Pero es importante también que haya una legitimidad social, que la ciudadanía entienda cuándo se aplican esas medidas extraordinarias”. Pero la moderación ayudará “a calmar los ánimos y reconducir la situación”.
El Consejo de Ministros, entre tanto, acordó ayer un nuevo recurso ante el TC. En esta ocasión, para suspender del plan de acción exterior de la Generalitat que la portavoz del Gobierno en funciones, Isabel Celaá, vinculó a “un proceso independentista que pretende el desprestigio de la imagen internacional de España”.
Sánchez también lamentó que Quim Torra, desde la tribuna del Parlament, vuelva a esgrimir la autodeterminación. “Después de la sentencia, convivencia”, replicó. “Ya se ha cerrado después de la sentencia del Tribunal Supremo la judicialización de una crisis política”, aseguró. Dicha sentencia, además, “dice claramente cuáles son los límites” a las propuestas de Torra. “No se puede repetir un camino que ha llenado de frustración, fracaso y fractura a la sociedad catalana”, advirtió. Sánchez instó a “abrir una nueva etapa”, en la que ofreció diálogo, siempre dentro de la ley.
Pero demandó que Torra y el independentismo entiendan y reconozcan que “Catalunya no es un solo pueblo”. “Es una sociedad diversa y plural, por tanto no se puede homogenizar aquello que es diverso”. Y reiteró que el independentismo tiene ahora una mayoría parlamentaria, debido a la ley electoral, pero sigue sin tener la mayoría social. “Torra tiene que aspirar a gobernar
El Gobierno pide al TC que suspenda el plan de acción exterior catalán, que “pretende el desprestigio de España”
al conjunto de la ciudadanía catalana, no a una parte cada vez más radical”. Y criticó que, en estos días, hizo “una banalización y frivolización de la violencia”, al “minusvalorar los efectos graves, no solamente sobre la economía, sino sobre la convivencia en Catalunya, de esa violencia”.
Sánchez aseguró que durante su estancia en la capital comunitaria no habló con el primer ministro belga, Charles Michel, de la reactivación de la euroorden contra Carles Puigdemont, al ser un tema estrictamente judicial. “Pero el Gobierno está trabajando en que se cumplan las decisiones basadas en la legalidad democrática por parte del poder judicial dentro y fuera de nuestras fronteras”, reconoció.