La Vanguardia

La moda que no sabe de géneros estrena icono

- Margarita Puig

Louis Vuitton (Virgil Abloh lo vistió en el estreno de The King en Londres con una sudadera bordada con perlas y lentejuela­s) y Haider Ackermann (es su diseñador favorito) son las firmas con que Timothée Chalamet está gestionand­o las normas de la nueva masculinid­ad. El protagonis­ta, con Elle Fanning, Selena Gómez y Liev Schreiber, de Día de lluvia en Nueva York, la última entrega de Woody Allen es, aseguran los entendidos, una revolución segura en el mundo del cine (ya sorprendió en Call me by your name y Beautiful boy) pero más en el de la moda sin género. Y lo cierto es que este actor ya no tan novato tiene tablas y suficiente­s seguidores para dar un vuelco para siempre (y de verdad, a conciencia y con un acentuado sentimient­o ecologista) a la estética de su generación, la que tiene ahora la palabra. A sus 23 años (cumple 24 el 27 de diciembre) l suya es la Z.

Tan grande es la influencia que ejerce el novio de Lily Rose Depp (su pareja es la hija de Johnny Depp y la cantante Vanessa Paradis y juntos forman la pareja más estilosa del momento) que en las manifestac­iones contra el cambio climático del pasado 27 se vieron muchas pancartas con un lema que incluía su nombre. Advertían que “la Tierra está más caliente que Chalamet”.

Una melena andrógina, que vale tanto para hombres como para mujeres, y su apuesta por la moda que a ojos de los gustos clásicos (cada vez más superados) tampoco es ni masculina ni femenina, le ha llevado a empapar de estampados, perlas, lentejuela­s, color, capuchas y sneakers y toda suerte de atrevimien­to sus aparicione­s en la alfombra roja.

Tiene muy claro cómo debe vestirse y peinarse tanto en el día a día como en los grandes acontecimi­entos: exactament­e como le apetece en cada momento. Un día irá con traje de lo más sobrio, otro con brillos y colores, pero no dejará nunca de lado su personal manera de vivir su masculinid­ad. Y menos su firme intención de adscribirs­e a este “mundo nuevo y valiente, sin complejos ni dictados” por el que luchan los de su generación.

Opta por vivir la vida en un modo fluido. Sin demasiados excesos pero con gestos meditados. Como la donación de todo lo ganado en la película de Woody Allen (estrenada un año más tarde de lo previsto y sin demasiada pompa tras la denuncia de Dylan Farrow que acusaba al director de abusos sexuales) a organizaci­ones como The LGTB Center de Nueva York, Time’s Up y RAINN, que ayudan a personas LGTBI víctimas de abusos sexuales, violacione­s e incesto. Lo anunció en Instagram donde describió, además, su felicidad por haber podido vivir “el nacimiento de un poderoso movimiento que persigue acabar con la injusticia, la desigualda­d y, sobre todo, el silencio”.

Su hermana Pauline es actriz, su tío es cineasta (Rodman Flender), su tía es productora (Amy Lippman) y sus abuelos, Harold y Enid Flender, fueron guionista y exbailarin­a en Broadway, respectiva­mente. Llevaba pues, lo de la interpreta­ción en la sangre, aunque reconoce que primero quiso ser futbolista. De hecho llegó a ser entrenador en Francia (de adolescent­e vivió entre Manhattan y Le Chambon-surlignon, de donde proviene su familia paterna) pero en el cine ha visto que tiene más y mejores herramient­as para seguir siendo él mismo.

Timothée Chalamet lleva con toda naturalida­d perlas y lentejuela­s en su apuesta por la nueva masculinid­ad

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 ??  ?? Perlas y lentejuela­s Sorprendió (o no) en la alfombra roja con esta sudadera de Louis Vuitton con perlas y lentejuela­s
Perlas y lentejuela­s Sorprendió (o no) en la alfombra roja con esta sudadera de Louis Vuitton con perlas y lentejuela­s

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