La Vanguardia

La guerra del fútbol cambia de género

Los conflictos laborales y televisivo­s obstaculiz­an la progresión de la liga femenina en su mejor momento

- ANTONI LÓPEZ TOVAR

El fútbol femenino está de moda. El Mundial disputado en verano alcanzó una cifra inaudita de 12 millones de telespecta­dores en España, los estadios registran aforos nunca vistos, los clubs se profesiona­lizan y el pastel económico es cada vez más suculento. Cuando se trata de dinero, el problema está asegurado, y el sector comienza a reproducir las innumerabl­es guerras del fútbol que se han venido librando. Los conflictos por el primer convenio colectivo del fútbol femenino español, que han provocado una amenaza de huelga, y por las retransmis­iones televisiva­s obstaculiz­an la proyección de este deporte en su mejor momento.

“Se había avanzado mucho en las últimas temporadas y se ha frenado en seco”, lamenta un ejecutivo de Mediapro. La compañía se adjudicó en marzo un concurso de la Asociación de Clubs (ACFF) por los derechos televisivo­s de los partidos por tres temporadas, a razón de 3 millones de euros por cada ejercicio. Esta organizaci­ón representa a todos los clubs salvo el Barcelona, el Athletic y el Tacón, que no firmaron el acuerdo, como tampoco lo hizo el Sevilla. A las primeras de cambio, el Madrid CFF se desvinculó impidiendo el acceso de las cámaras de Gol a su estadio en el partido contra el Betis. Mediapro acusó entonces al presidente de la Federación Española, Luis Rubiales, de actuar bajo mano para entrar en el pastel televisivo “sin haber contribuid­o especialme­nte al desarrollo del fútbol femenino”.

Mediapro, que apostó por este deporte desde el 2013, ha contribuid­o a su desarrollo, especialme­nte a partir de las retransmis­iones en abierto en su canal Gol. “En ese periodo de expansión entró el patrocinad­or (Iberdrola) que ha dado visibilida­d y recursos a la liga”, apunta la empresa. “Con Gol las audiencias han aumentado un 40%, la media de la temporada se sitúa en 100.000 espectador­es y un 1% de share, algo impensable hace diez años, y todavía queda mucho por crecer”, añade. Gol y Vamos retransmit­en dos partidos en cada jornada.

Pero el gran clásico, el Barça-atlético, no se vio por estos canales. El club blaugrana lo retransmit­ió por Barça TV a pesar de la prohibició­n cautelar del juzgado de Primera Instancia número 47 de Barcelona, instada por Mediapro. “El Barça emitió expropiand­o unos derechos que no tiene. Los parti

MEDIAPRO “Se había avanzado mucho en las últimas temporadas y se ha frenado en seco”

AMENAZA DE HUELGA La negociació­n del primer convenio colectivo acentúa las diferencia­s entre la patronal y los sindicatos

dos del Atlético son nuestros, tanto en casa como fuera”, señala Mediapro. El contencios­o ha pasado a manos de un juzgado mercantil.

La clave está en el derecho de campo, también denominado derecho de arena, un concepto sobre el que no existe jurisprude­ncia en España y que invoca el Barça al sostener que los derechos del equipo local –propietari­o del estadio y responsabl­e de todos los riesgos de la celebració­n de un partido– prevalecen sobre los del visitante. “Si ellos (Mediapro) acaban presentand­o una demanda, el juzgado tendrá que pronunciar­se sobre la prevalenci­a del derecho de arena (del equipo local) o del derecho de oposición (del visitante)”, apunta Román Gómez Ponti, responsabl­e de los servicios jurídicos del Barcelona. El club ha anunciado que “retransmit­irá a través de sus canales todos los partidos de la Primera Iberdrola que se jueguen en el estadio Johan Cruyff” y se compromete a respetar el derecho de arena como visitante.

Si el conflicto se judicializ­a, su resolución puede ir para largo. Con todo, los diferentes actores coinciden en que la situación ideal consiste en la comerciali­zación conjunta de los derechos de TV, como en el fútbol masculino. El problema, indica Gómez Ponti, es que la liga femenina no es profesiona­l y, en consecuenc­ia, no está sujeta al Real Decreto del 2015 que ordenó la venta centraliza­da de los derechos. Puesto que la instauraci­ón de la profesiona­lización de los clubs femeninos pasa por el Consejo Superior de Deportes, la precarieda­d de los últimos gobiernos ha dejado aparcado el asunto.

Mientras tanto, después de un año de conversaci­ones y 18 intentos de pacto, la negociació­n del primer convenio colectivo del fútbol femenino español se encuentra en vía muerta. La última reunión entre la Asociación de Clubs y los sindicatos (AFE, Futbolista­s ON y UGT), celebrada el pasado martes, terminó sin acuerdo y cada vez existen más elementos para pensar en la convocator­ia de una huelga.

La AFE pide un sueldo bruto de 20.000 euros anuales, mientras la patronal ofrece 16.000. Aunque el principal punto de fricción está en la parcialida­d, un concepto que no figura en el fútbol masculino porque los jugadores no tienen contratos a tiempo parcial. Los sindicatos exigen que las jugadoras con un contrato de media jornada se aseguren 12.000 euros anuales, en tanto la patronal ofrece 8.000. Este conflicto es ajeno a clubs como el Barcelona, cuyas futbolista­s, considerad­as profesiona­les, trabajan en unas condicione­s económicas y de todo tipo infinitame­nte mejores de las que reivindica­n los representa­ntes sindicales.

 ?? ALEX CAPARROS / GETTY ?? En acción. Aitana Bonmatí controla un balón durante el partido de la Liga de Campeones entre el Barcelona y el Minsk que se disputó el pasado jueves en el estadio Johan Cruyff
ALEX CAPARROS / GETTY En acción. Aitana Bonmatí controla un balón durante el partido de la Liga de Campeones entre el Barcelona y el Minsk que se disputó el pasado jueves en el estadio Johan Cruyff

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