CÁNCER DE MAMA: INVESTIGACIÓN QUE CRECE Y SE AFIANZA
Ayudar a avanzar en el tratamiento del cáncer de mama y, sobre todo, en su diagnóstico precoz, básico para mejorar su pronóstico.
Cada año, el 19 de octubre nos recuerda el compromiso de la sociedad en la lucha contra el que es ya el tumor más frecuente en las mujeres occidentales. Pero el Día Mundial contra el Cáncer de Mama nos recuerda, especialmente, la importancia de la investigación y del diagnóstico precoz de esta enfermedad que, según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), padecerá una de cada ocho mujeres a lo largo de su vida. El cáncer de mama se sitúa en segundo lugar en incidencia en España, por encima del cáncer de próstata, con 32.825 casos nuevos en 2018. En el 2012, la cifra de nuevos casos se situaba en 25.215, lo que supone que, entre ese año y el 2018, ha habido un incremento del 30%. No obstante, como se remarca desde la Asociación Española Contra el Cáncer, “esta enfermedad tiene en nuestro país una tasa de supervivencia a cinco años superior al 90%”, lo que significa que 90 de cada 100 personas que padecen cáncer de mama continúan vivas cinco años después del diagnóstico. “Una tendencia que refleja el avance, gracias a la investigación, de nuevos tratamientos disponibles para las pacientes”, se enfatiza desde el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM).
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El cáncer de mama, un proceso oncológico en el que células sanas de la glándula mamaria degeneran y se transforman en tumorales, proliferando y multiplicándose posteriormente hasta constituir el tumor, tiene su mejor baza en el diagnóstico precoz, fundamental para mejorar el pronóstico de la patología. Y es que, si se detecta en su etapa inicial, las posibilidades de curación de este cáncer es casi del 100%.
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Desde la American Cancer Society se especifica que, “en ocasiones, el cáncer de seno se detecta debido a la aparición de síntomas, pero muchas mujeres que lo padecen no los presentan. Por esta razón, son tan importantes las pruebas de detección programadas”.
Es recomendable la realización de autoexploraciones: la mayoría de las veces los cambios detectados no tienen importancia, ya que más del 80% de los nódulos que la propia mujer se detecta en las mamas son benignos. Sin embargo, las palpaciones no deberían ser el único método de detección. La mamografía es la técnica utilizada más eficaz para detectar anomalías hasta dos años antes de que sean palpables. Y, además, es una prueba periódica que en España cubre la Seguridad Social. Según la Asociación Española contra el Cáncer, no existe evidencia para recomendar otros métodos diagnósticos distintos a la mamografía. Se estima que esta permite detectar el 90% de los tumores, mientras que el examen físico detecta menos de un 50%.
El número de casos y el modo en que afectan al entorno familiar y social propicia la investigación en nuevos fármacos
y tratamientos
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La implantación, en 1990, de los Programas de Detección Precoz de Cáncer de Mama supuso un hito, ya que, con ellos, se consiguieron detectar casos en fases iniciales. Actualmente, todas las comunidades autónomas los ofertan, con una cobertura superior al 90% de la población objetivo. Está demostrado que el riesgo aumenta con la edad, por lo que la mayoría de campañas de detección precoz están dirigidas a mujeres de entre 50 y 65 años.