La Vanguardia

LOS MEJORES MÉTODOS DE COCCIÓN PARA CONSERVAR NUTRIENTES

El soporte nutriciona­l forma parte del tratamient­o multidisci­plinar del cáncer. Hacemos un repaso de las técnicas de cocción más aconsejabl­es para conservar los nutrientes y contribuir, así, a asegurar una alimentaci­ón nutritiva y saludable. Iris Estapé

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COCCIÓN AL VAPOR

En general, los métodos que implican poca transferen­cia de calor, poco contacto con agua y que no precisan cortar los alimentos en trozos pequeños son los que mejor mantienen el valor nutriciona­l. Por eso la cocción al vapor es una técnica más respetuosa con los nutrientes que sumergir los alimentos en agua, ya que evita cocciones innecesari­amente prolongada­s y el uso de grandes cantidades de agua. La explicació­n es sencilla: algunos nutrientes son solubles en agua y sensibles a la temperatur­a, como las vitaminas del grupo B, el ácido fólico, la vitamina C y minerales como potasio, cloro y sodio, así que cuanto menos tiempo estén sometidos a altas temperatur­as y menor sea su contacto con el agua, mejor será su conservaci­ón. Además de ser una de las técnicas culinarias más respetuosa­s con el aporte nutriciona­l de los alimentos, facilita su digestión.

MICROONDAS

Junto con la cocción al vapor, la cocción con microondas es una de las que ofrece una mejor retención de nutrientes. Los microondas funcionan con radiacione­s que hacen vibrar a moléculas polares pequeñas, como las moléculas de agua, lo que produce un aumento de la temperatur­a en el alimento. En función de la frecuencia y la potencia utilizadas, se puede emplear con distintos fines: atemperar, deshidrata­r, secar, cocinar, precocinar e, incluso, pasteuriza­r y esteriliza­r. Al no precisar agua para cocinar y permitir reducir los tiempos de cocción, la cocción con microondas puede resultar una opción más respetuosa con la calidad de los alimentos que otras técnicas culinarias tradiciona­les.

WOK

Originaria de China, la cocción en wok es otra de las técnicas culinarias más respetuosa­s con las propiedade­s de los nutrientes, ya que la cocción se realiza a temperatur­as muy elevadas durante un corto periodo de tiempo. Además, la exposición del alimento a esas altas temperatur­a favorece que el agua que este contiene se evapore en unos segundos, provocando que el exterior del alimento se dore y su interior se caliente, pero sin terminar de cocinarse por completo, lo que contribuye a que conserve sus propiedade­s y su sabor. El utensilio en el que se cocina es fundamenta­l para lograr este tipo de cocción: una sartén cóncava y profunda, con las paredes altas, que posibilita alcanzar temperatur­as mucho más elevadas que una convencion­al y distribuye el calor de forma homogénea durante la cocción. Ligera y con asas, la sartén tipo wok suele incluir una tapa y una rejilla en la que se pueden realizar un buen número de preparacio­nes culinarias que tienen un denominado­r común: la escasa presencia de grasas.

OLLA A PRESIÓN

El hervido resulta una opción saludable para cocinar alimentos (no suma calorías), pero conlleva un gran inconvenie­nte: la pérdida de nutrientes que se quedan en el agua de cocción. Para minimizar dichas pérdidas se

aconseja introducir los alimentos en la olla cuando el agua esté hirviendo (así se reduce el tiempo de contacto con el agua) y procurar que estén poco troceados (cuanto más pequeños son, mayor es la pérdida potencial de nutrientes al aumentar la superficie en contacto con el agua). También es importante no utilizar más agua

de la necesaria (es suficiente con cubrir apenas los alimentos) y tapar la olla durante la cocción. Las cosas cambian si se usa una olla a presión. Cuando se aplica correctame­nte la técnica de cocinado a presión, en olla exprés o rápida, la pérdida de nutrientes es mucho menor ya que se reduce el tiempo de exposición al agua y al calor.

PLANCHA

La plancha es, quizás, el método de cocción más utilizado para cocinar de forma saludable, pues requiere muy poco aceite y no suma calorías al resultado. Aunque la exposición al calor supone pérdida de nutrientes, cocinar a la plancha requiere poco tiempo de exposición de los alimentos a las altas temperatur­as. Lo más recomendab­le es cocinar a temperatur­as muy elevadas las piezas pequeñas, preparar las grandes con un calor más moderado y colocar los alimentos en la plancha cuando esté muy caliente para minimizar la pérdida de nutrientes.

HORNO Y PAPILLOTE

Para que los alimentos no pierdan nutrientes en el horno, las temperatur­as han de ser elevadas y los tiempos,

cortos. Además, como en la cocción, es recomendab­le que los alimentos no se corten en trozo pequeños. Un sistema de cocción sano y exquisito asociado a la cocción al horno es el “papillote”. Ideal para carnes, verduras o pescados, que se sazonan y se cuecen al horno envueltos en papel de aluminio, esta técnica permite conservar el sabor y aroma de los alimentos y sus propiedade­s nutritivas sin apenas aporte de grasas.

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