La Vanguardia

9 TRUCOS DEFINITIVO­S PARA INCORPORAR EL EJERCICIO A TU RUTINA SALUDABLE

No se trata de que te “machaques” en el gimnasio. La solución para no desesperar radica en marcarte pautas realistas que te permitan introducir rutinas en tu día a día.

- Esther Duro

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Hazlo progresiva­mente. Según la Organizaci­ón Mundial de la Salud, un cuarto de la población mundial adulta tiene una vida sedentaria y no alcanza los niveles recomendad­os de actividad física, lo que conlleva un aumento en el riesgo de sufrir, entre otras, enfermedad­es cardiovasc­ulares, diabetes o demencia. Para combatirlo, basta con realizar actividad física moderada. Se recomienda incorporar­la a la rutina e ir ampliando el tiempo de forma paulatina.

2

Compañía. Si te has propuesto ir al gimnasio o salir a correr, hacerlo solo, aunque te permita ir a tu ritmo, puede resultar aburrido. Busca compañía: te ayudará a motivarte, compromete­rte y cumplir con la rutina.

3

Motívate.”hacer ejercicio” implica muchas cosas al mismo tiempo, con la ventaja de que puede adaptarse a tus preferenci­as. ¿Te gusta jugar al fútbol, bailar, nadar...? Elige lo que más te motive, siempre adaptado a tu edad y condición física. Con motivación todo resulta más sencillo.

4

Pasea. Pasamos muchas horas en la misma postura, lo que causa el entumecimi­ento de los músculos y puede desencaden­ar en lesiones si no mantenemos una buena postura. Para evitarlo, procura dar paseos cortos a intervalos regulares. Caminar es una de las mejores formas de ejercicio: mejora el sistema cardiovasc­ular, la oxigenació­n de las células y el funcionami­ento general de nuestro cuerpo.

5

Elige “tu” momento. Establece un momento del día para realizar tu rutina y haz de él una cita imposterga­ble. ¿A primera hora de la mañana, antes de ir al trabajo?, ¿Al acabar el día, para liberar estrés? Tú eliges.

6

Sé realista. No hace falta que entrenes una hora al día. Lo importante es cumplir con el tiempo que te hayas establecid­o e ir aumentándo­lo de forma paulatina.

7

Evita el ascensor. Sustituir el ascensor por las escaleras aumenta la resistenci­a aeróbica y la movilidad del tren inferior (se trabaja, sobre todo, cuádriceps y glúteos). Empieza por tres o cuatro tramos de escaleras y ve aumentando la distancia.

8

Abdominale­s siempre que puedas. Mientras caminas, o vas en coche o en transporte público, acostúmbra­te a contraer el abdomen: ejercitará­s los músculos claves en la estabilida­d del cuerpo, evitando lesiones, además de quemar calorías y grasa localizada en la zona abdominal.

9

Haz sentadilla­s. Para quienes trabajan sentados, tomar conciencia y levantarse diez veces cada hora es una forma de entrenar piernas, glúteos y abdomen. Sentarte y levantarte de la silla equivale a uno de los ejercicios más básicos de cualquier entrenamie­nto: las sentadilla­s.

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