La opción de elegir una vida sin dolor
Hace unos años que el Dr. Adán participa activamente en la Unidad de Medicina del Dolor de Policlínic Torreblanca, en Sant Cugat del Vallés, donde es responsable del servicio de urgencias médicas desde hace más de 20 años. Desde su experiencia nos explica que las personas cada vez somos más conscientes de lo importante que es la “calidad de vida”. Las personas que se ven limitadas para realizar acciones tan cotidianas como hacer deporte, o subir y bajar escaleras, ahora pueden elegir una vida sin dolor.
¿Qué es para usted el dolor?
Todo aquello que representa que alguien no puede dar ni un paso sin notar dolor y hace que toda su vida se vea condicionada por eso.
¿Por qué es tan difícil tratar los dolores articulares?
Cuando se sufre un dolor generalizado o de órganos internos, las terapias farmacológicas vía oral acostumbran a ser bastante efectivas. En el caso del dolor articular la dificultad la pone la anatomía. Si no tratamos el dolor en el punto localizado exacto, a menudo no lo mejoramos. Tenemos que tratar la causa que provoca ese dolor.
¿Qué es lo que añade la terapia PRP a los pacientes que sufren dolor?
La idea nos la da la misma naturaleza. Utilizamos las propiedades que todos tenemos en nuestra sangre para poder mejorar la calidad de vida.
Ya hace muchos años que conocemos que la propia sangre tiene un potencial reparativo. Lo que sabemos hoy en día es que son las plaquetas, ese elemento que siempre hemos sabido que era el responsable
de taponar las heridas, las que esconden el “factor de crecimiento”. Y es este el que muestra un importante potencial reparativo cuando somos capaces de aprovecharlo adecuadamente.
¿Qué consejo darías a un paciente con dolor?
Lo primero que tenemos que tener claro, es que cada uno de nosotros es diferente. Como tal, las lesiones también lo son.
Hace falta primero ver cuál es la causa del dolor y a partir de ahí, trazar una estrategia a medida para cada persona.
El dolor es muy particular y se manifiesta de maneras diferentes en cada persona. Nunca podemos pretender tratarlo de forma igual a todo el mundo.
¿Cuál es tu experiencia con las terapias de PRP?
Ciertamente, nos encontramos con la sensación de ser “niños con zapatos nuevos”. Satisface poder poner nuestro pequeño grano de arena para mejorar este enigma que representa el dolor. Cuando tratamos de cerca a los pacientes y vemos que su dolor ha mejorado es una sensación indescriptible. Yo siempre comento, en broma, que la mejor manera de ver la efectividad del tratamiento, que aquel paciente que venía por un dolor en la rodilla que no lo dejaba andar, cuando has podido eliminar ese dolor, ya no recuerda el malestar en su rodilla y, en su lugar, te explica cómo ha sido su fin de semana.
Cuando somos capaces de olvidar el sufrimiento, es que el tratamiento funciona.