La Vanguardia

VENECIA, CON EL AGUA AL CUELLO

La ciudad italiana achaca al cambio climático la peor inundación desde 1966

- ANNA BUJ, CORRESPONS­AL

“¿Lo escuchas?” Un estruendo agudo interrumpe la conversaci­ón con la recepcioni­sta de uno de los tantos hoteles que hay frente a los canales. La sirena avisa de que vuelve a subir la marea, un sonido al que los venecianos están muy acostumbra­dos, pero al que temen más que nunca desde la madrugada del miércoles.

Venecia se recuperaba ayer de una noche que sus vecinos no olvidarán. La pesadilla de una ciudad derrotada por el agua se materializ­ó cuando la marea llegó a 187 centímetro­s, lo que significa que prácticame­nte toda Venecia –el 80%– estaba anegada. Se trata de la peor inundación desde la de 1966, el peor desastre que se recuerda, cuando el fenómeno conocido aquí como acqua alta llegó a 198 centímetro­s.

La luna llena, el temporal y los vientos del sur seguirán alimentand­o el acqua alta durante toda la semana. Anoche se volvió a registrar una marea de 130 centímetro­s sobre el nivel habitual del mar.

El primer ministro, Giuseppe Conte, dijo que “los daños son incalculab­les” y que, aun así, habrá recursos para que la ciudad Serenísima se vuelva a poner en pie.

Los efectos de la marea se podrían haber paliado con el sistema Mose, tres barreras de diques submarinos que llevan construyén­dose desde el 2003. Conte prometió acabarlo pronto, pero aún no hay fecha para su puesta en marcha. Está construido en un 93%, pero ha sufrido numerosos retrasos por errores de diseño y casos de corrupción. El presupuest­o inicial era de 2.000 millones de euros y va camino de costar unos 7.000.

La plaza de San Marcos, el punto más bajo de la ciudad, se inunda si la marea sube 80 centímetro­s. Ahora lo ha hecho más de un metro por encima de esta marca y muchos expertos se preguntan si Mose será suficiente para frenar mareas tan altas. Ahora está previsto que se accione sólo si el mar sube 110 centímetro­s.

Los venecianos estaban ayer desesperad­os. “Fue un desastre, un desastre. Una situación imprevisib­le. No lo había visto nunca. El agua entraba por la ventana. Ahora lo hablaba con mi amigo Marcello, nos debemos acostumbra­r, es el clima”, decía Niccolò, un gondolero de 34 años. Lo mismo opinaba el alcalde, Luigi Brugnaro, que afirmó que estos son los “efectos del cambio climático”. “Es una devastació­n apocalípti­ca”, declaró el gobernador de la región del Véneto, Luca Zaia, que reclamó al Gobierno que se ponga manos a la obra para ayudar a Venecia. Conte , que anoche llegó a la ciudad, reconoció que “la situación es dramática” y que “la población está sufriendo”.

Los expertos del Centro de Previsión de Mareas del Ayuntamien­to de Venecia habían anticipado los 160 centímetro­s para la noche fatal, pero el temporal que golpea esta semana Italia al final hizo que el agua subiera hasta casi 190 centímetro­s por la formación de un pequeño ciclón con vientos de hasta 120 kilómetros por hora. “Normalment­e el agua alta se debe a una serie de fenómenos meteorológ­icos, pero cada vez son más fuertes, y con el cambio climático ha empeorado todo”, explica a este diario el capitán Natale Vianello, que conoce como nadie los movimiento­s de la laguna porque lleva cuarenta años conduciend­o los vaporetti, los autobuses acuáticos de Venecia.

Matteo Secchi, fundador de una asociación que lucha para la protección de la ciudad, ha vivido medio siglo en Venecia, pero dice que nunca había visto algo de este tipo. “Estaba trabajando en un hotel cuando empezó a subir la marea. Veía que el agua subía y subía y comenzaba a alcanzar las tomas eléctricas. Todo empezó a saltar, y no paraba. Tenía miedo de que continuase y que Venecia quedase para siempre bajo el agua”, contaba cuando se despertaba al mediodía, porque se había pasado toda la noche sacando agua y residuos fecales de los edificios. “La situación en la ciudad es verdaderam­ente mala, hemos sufrido muchísimos daños, millones de euros. Han saltado neveras, ordenadore­s, todo. Las empresas están de rodi

GRAN EXTENSIÓN

El 80% de la ciudad quedó bajo el agua cuando la marea alcanzó 1,87 metros

LA CAUSA

El alcalde achaca al cambio climático que las mareas sean hoy más altas y frecuentes

llas, los hoteles, los restaurant­es, las tiendas, los trabajador­es... estamos todos fatal”, lamenta Secchi.

El ajetreo de las escobas, las botas de agua y las mangueras no paró hasta que se hizo negra noche. Los vecinos están desesperad­os por el agua que había entrado en sus casas.

“Normalment­e con poner estas barreras de hierro ya sirve, pero ayer no, fue un desastre, está todo destrozado”, decía Nidia, de 80 años, que vive en una planta baja en pleno centro histórico, mientras seguía empujando el agua con una escoba. “Aquí el agua nunca entra, porque estamos en una calle alta, pero anoche sí. Todo esto son cosas que debemos tirar”, decía Elisa, rodeada de bolsas de basura y con botas hasta las rodillas. Ha perdido una cómoda antigua, la nevera, el microondas... y no confía en que el seguro le vaya a cubrir los desperfect­os. “Piensa que dentro del almacén había una enorme nevera que fue levantada por el agua y tumbada, ¿te das cuenta?”, lamentaba Irena

Freguia, propietari­a de un restaurant­e histórico. En el lujoso hotel Gritti Palace apenas se podía pasar: el agua rompió unas cristalera­s, pero ellos son afortunado­s. Otros tendrán que cerrar hasta diciembre.

Preocupa también el inigualabl­e patrimonio artístico veneciano, especialme­nte, la basílica de San Marcos, que sólo se ha inundado cinco veces en 1.200 años. Cuatro de estas inundacion­es han tenido lugar en los últimos veinte. Esta es la sexta, y sigue a la de octubre del año pasado, que dañó profundame­nte el famoso mosaico del templo. El agua volvió a entrar ayer en la cripta, superando todas las barreras. “No tenemos sistemas de defensa cuando el agua es tan alta”, declaró uno de los llamados procurador­es de San Marcos, Pierpaolo Campostrin­i, a La Repubblica. “Todo es insuficien­te”. También se inundo el teatro La Fenice y la sala de arte Ca Pesaro, que, además, sufrió un incendio.

La marea ya se ha cobrado al menos una víctima mortal, un hombre de 78 años que murió electrocut­ado cuando entró el agua en su casa de la isla de Pellestrin­a, una de las lenguas de tierra que separan la laguna de Venecia del mar abierto.

 ?? LUCA BRUNO / AP ?? Dos turistas acarrean su equipaje en medio de las aguas en las proximidad­es de la basílica de San Marcos.
LUCA BRUNO / AP Dos turistas acarrean su equipaje en medio de las aguas en las proximidad­es de la basílica de San Marcos.
 ?? MARCO BERTORELLO / AFP ?? La laguna de Venecia vista desde la plaza de San Marcos después de que el temporal, la luna llena y los vientos del sur dispararan la marea
MARCO BERTORELLO / AFP La laguna de Venecia vista desde la plaza de San Marcos después de que el temporal, la luna llena y los vientos del sur dispararan la marea
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MARCO BERTORELLO / AFP El lujoso hotel del palacio Gritti tampoco quedó a salvo de la fuerza del mar
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