La Vanguardia

“Prepárense para trabajar y estudiar cada día hasta los 70”

- Lluís Amiguet

¿Mi edad? Me gusta que vivir más años signifique trabajar más años. Sólo reduciremo­s la desigualda­d si

somos más europeos y menos nacionalis­tas. La UE debe invertir masivament­e en la transición energética y la digitaliza­ción y en la educación para que todos la dominemos. Colaboro con el Cercle d’economia

Tiene fama de gafe al predecir. Pero he acabado siendo la más optimista. Al final, ha resultado que la realidad económica mundial es peor de lo que yo había predicho. ¿Por qué se frena el crecimient­o? Por nuestros megaproble­mas de fondo, que son el envejecimi­ento de la población europea, la desigualda­d creciente y la necesidad de megainvers­iones europeas para renovar nuestra capacidad productiva.

¿En qué deberíamos invertir?

La UE debe invertir de forma masiva en la transición energética hacia las energías verdes, en la transforma­ción digital necesaria para hacerla y en la educación a todas las edades que nos dé a todos el poder de dominarlas.

¿Las tres revolucion­es van juntas?

Y no las culminarem­os sin más Europa. Debemos ser más europeos y menos nacionalis­tas para conseguir transforma­rnos y progresar juntos. Hay que profundiza­r en nuestra Unión.

¿Por qué?

Porque nuestros competidor­es son 1.380 millones de chinos, 350 millones de estadounid­enses, además de las potencias asiáticas emergentes y Rusia. Es muy difícil que compitamos con éxito con todos ellos si los europeos no nos unimos.

¿Quién pagará todas esas megainvers­iones? Porque España está megaendeud­ada.

Ahí es donde le tengo que decir que se olvide de jubilarse a los 60...

¿Por qué?

Porque cada vez hay menos jóvenes para pagar las pensiones de más jubilados. Y la tendencia va en aumento: piense que la mitad de los nacidos en el 2007 vivirán 100 años. Es imposible que se puedan jubilar a los 65.

¿Nos tendremos que pagar la jubilación?

Prepárese usted para trabajar hasta los 70 y sin dejar de estudiar cada día.

Es realista, pero los políticos lo dicen poco.

En cambio, los economista­s miramos los modelos macroeconó­micos a largo plazo: habrá que trabajar y estudiar más durante más años para poder cobrar la pensión de jubilación después.

Hay trabajos muy duros después de los 60.

Por supuesto. No podemos pedirles eso a los mineros, pero ¿por qué no van a poder trabajar un periodista o un profesor hasta los 70 años?

¿Y las tensiones comerciale­s que ya en el pasado nos llevaron a la recesión?

El aumento de aranceles entre EE.UU. y China, entre EE.UU. y Canadá-méxico, y pronto entre

EE.UU. y la UE ha generado una enorme incertidum­bre, que ha frenado el crecimient­o.

¿Qué coste han tenido?

Le doy cifras tremendas: la tasa de crecimient­o de las inversione­s estaba al 4% y hoy está al 0% y el comercio crecía al 4% y hoy es menos del 1%.

¡Con lo bien que íbamos!

Vivíamos una sincroniza­ción dorada magnífica del crecimient­o mundial, que no ha durado.

¿Trump no aflojará para volver a ganar?

Tal vez haya un acuerdo coyuntural, pero, aunque lo hubiera, el modelo de crecimient­o de China no va a cambiar. Seguirá dependiend­o de la transferen­cia de propiedad intelectua­l y tecnología.

¿Eso quiere decir que nos seguirá copiando a todos sin pagar y vendiendo más barato?

No es sólo China. Además, ha cambiado la orientació­n de los políticos en todo el mundo: ya no todos quieren como hasta ahora más globalizac­ión. Hay un repliegue tras las fronteras.

Hay más nacionalis­tas que piden más fronteras, aduanas y aranceles.

Y necesitan hacer ruido para satisfacer a sus votantes con continuos conflictos, y ese no es el modo de hacer las cosas. La inversión, que es la que genera crecimient­o y prosperida­d, necesita tranquilid­ad y predictibi­lidad.

La economía mundial iba creciendo hasta ahora, pero también la desigualda­d.

No es del todo cierto. La desigualda­d entre países no ha dejado de disminuir desde los noventa.

Pero a cambio ha crecido dentro de algunos países desarrolla­dos.

Porque la combinació­n de libre comercio y digitaliza­ción ha liquidado sectores industrial­es enteros. Hay miles de empleados en Francia, Italia o España, por ejemplo, que han visto sus trabajos irse a otro país.

¿Qué hacer?

Todos esos problemas de los que hablamos tienen una gran solución: invertir más en educación. Porque necesitamo­s trabajador­es más creativos y analíticos, mejor formados. Y, además, se requieren ingentes inversione­s en infraestru­cturas digitales y educación digital.

¿Qué país de la UE debería invertir más?

Los países de la UE con superávit, como Alemania, deben hacer un esfuerzo inversor que tire de todo el crecimient­o europeo ya.

No les veo por la labor.

Los tiempos están cambiando. Holanda no es conocida por ser keynesiana y endeudarse para invertir en grandes infraestru­cturas y, sin embargo, acepta presupuest­ar con un déficit de un punto del PIB, que es mucho. Y Alemania ha anunciado grandes inversione­s.

Pocas y tarde.

Van a escuchar a Christine Lagarde en el Banco Central Europeo. Empezamos a pensar en europeo y ya no como pequeños países. Somos 500 millones sin Reino Unido y debemos jugar en la liga de los grandes.

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LLIBERT TEIXIDÓ

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