La Vanguardia

La derecha chilena se resiste a finiquitar el modelo de Pinochet

Los partidos se reúnen contra reloj para pactar una fórmula constituye­nte

- ROBERT MUR Buenos Aires. Correspons­al

Pinochet sigue vigente en Chile, a pesar de que la dictadura acabó hace dos décadas. La actual Constituci­ón, que consagra el ultraliber­alismo como modelo económico y político, fue promulgada por el general en 1980. Aunque posteriorm­ente fue sometida a diversas reformas, la carta magna del régimen militar es también la de la democracia. La revuelta ciudadana que se inició hace un mes apunta a ese texto como causa de todos los males de una sociedad indignada y harta de endeudarse para pagar a precio de mercado derechos básicos como salud o educación. Los chilenos también repudian a toda la clase política, a izquierda y derecha, que durante veinte años pactó para mantener vivo el espíritu pinochetis­ta.

Desde el inicio de la crisis, el presidente Sebastián Piñera y la derecha gobernante trataron de evitar una nueva Constituci­ón y propusiero­n reformar la actual. En el centroizqu­ierda moderado –la antigua Concertaci­ón socialista y democristi­ana de Aylwin, Lagos, Frei o Bachelet– hubo dudas pero finalmente apoyó nítidament­e a una carta magna nueva. Piñera acabó claudicand­o el martes por la noche, cuando se plegó a esa idea después de una de las jornadas más violentas en Santiago, con el incendio de la iglesia de la Veracruz y el intento de asalto a la embajada argentina.

Como se preveía, el simple anuncio de Piñera no desactivó las protestas, que tenían la fecha de ayer especialme­nte marcada en el calendario porque se cumplía un año de la muerte a manos de la policía del joven mapuche Camilo Catrillanc­a. Los disturbios se iniciaron de buena mañana en la región de la Araucanía, el ancestral territorio de esa etnia, y se contagiaro­n a la capital, mientras todos los partidos políticos se reunían entre Santiago y Valparaíso –a donde Pinochet exilió el Congreso– para intentar consensuar a contrarrel­oj una fórmula para definir la elaboració­n de la nueva carta magna que frene la violencia de manera urgente.

Sin posibilida­d de resistirse ya a un nuevo texto, la coalición gobernante Chile Vamos puso el freno de mano al proponer una Convención Constituye­nte, en contraposi­ción a la Asamblea Constituye­nte que es reclamada en las manifestac­iones y apoyada sin matices por el Partido Comunista (PC) y el Frente Amplio (FA), de izquierda radical. El sector más acomodado de la antigua Concertaci­ón también parecía dar marcha atrás y acercarse a las tesis de la derecha, aunque previsible­mente esa fórmula no acabaría con las protestas.

La diferencia entre la Convención y la Asamblea es clave para entender la resistenci­a de la clase política, en connivenci­a con el establishm­ent económico, a renunciar a su poder: el primer mecanismo estaría formado por el actual Congreso, un grupo de constituye­ntes elegidos por sufragio, más algunos delegados de designació­n libre, según la propuesta de Chile Vamos. En la reunión de ayer, la disputa por los porcentaje­s de representa­ción de cada grupo dieron al traste con cualquier consenso. En cambio, la Asamblea estaría formada totalmente por constituye­ntes surgidos de una elecciones convocadas expresamen­te para ese fin.

“Muchos de los partidos están por una Asamblea Constituye­nte (AC), pero como la Constituci­ón no permite ese mecanismo y dado el veto de la derecha abiertamen­te a la AC, se ha buscado una fórmula intermedia, una Convención Constituye­nte”, justificó ayer el presidente de la comisión constituci­onal del Senado, el centroizqu­ierdista Felipe Harboe, evidencian­do el repliegue de la antigua Concertaci­ón en busca del pactismo de siempre que la ciudadanía repudia.

El FA, que junto al PC, es la formación más cercana a las demandas de la calle, emitió un comunicado donde afirma que no participar­á en ninguna “cocina” que burle la voluntad popular. “Ratificamo­s la necesidad de un plebiscito de entrada, donde la gente

La coalición gobernante quiere que el actual Congreso participe en la nueva Constituci­ón

El primer aniversari­o de la muerte del joven mapuche, Camilo Catrillanc­a, marcó las protestas de ayer

decida el mejor mecanismo para elaborar una nueva Constituci­ón, y elija entre la asamblea constituye­nte u otros propuestos” .

Por su parte, la diputada comunista Carmen Hertz, criticó a los ex con certacio ni stas–elPC participó del último gobierno deBa che l et, que presentó un borrador de Constituci­ón y fue archivado por Piñera–, que hace unos días había abogado por la Asamblea. “Una vez más la pizca de legitimida­d que los partidos políticos alcanzamos con la declaració­n unitaria por una AC, ahora la intentan borrar con el codo, y eso es impresenta­ble”, dijo Hertz, que pidió a todos los partidos “acatar lo que el pueblo pide en la calle”.

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GORAN TOMASEVIC / REUTERS Un policía deteniendo a un manifestan­te el pasado miércoles en Santiago de Chile

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