El PNV pedirá a Sánchez los traspasos pactados
En Sabin Etxea preparan ya la negociación para la investidura de Pedro Sánchez. Los seis escaños del PNV vuelven a ser decisivos y en la sede jeltzale calibran el valor de su apoyo al Gobierno Psoe-podemos. La formación vasca es partidaria de facilitar la puesta en marcha del nuevo Ejecutivo, pero no a cualquier precio. Las competencias pendientes del Estatuto de Gernika, la fidelidad al autogobierno vasco y la culminación de la alta velocidad en Euskadi destacan entre las materias que el PNV pondrá sobre la mesa.
El Gobierno central y el vasco acordaron a finales del pasado año el traspaso de 33 competencias recogidas en el Estatuto. El pacto incluía un cronograma que las dividía en tres bloques y que contemplaba su finalización para comienzos del 2020. El panorama actual es muy diferente a la agenda marcada y, quitando algunos traspasos como el tramo vasco de la AP-68, las ayudas previas a la jubilación para trabajadores afectados por ERE, la legislación sobre productos farmacéuticos y los seguros escolares, el proceso está bloqueado. La última transferencia se produjo en abril, a las puertas de las elecciones.
“Es urgente e inaplazable retomarlo”, explican desde el Gobierno vasco, que ya ha anunciado que van a exigir que este asunto sea “prioritario”
en el programa del posible Ejecutivo de Sánchez. Entre las materias están por ejemplo la gestión del litoral, meteorología, asuntos de seguros y banca, salvamento marítimo o la competencia de prisiones, esta última capital para Ajuria Enea y que sin embargo fue colocada en el último bloque de cesiones.
El PP vio tras esta medida el “objetivo” de crear una política penitenciaria distinta para los presos de ETA, algo que rechazan de plano desde el equipo de Urkullu, que recuerdan que ese es un poder de Madrid. El traspaso implicaría, como en Catalunya, la gestión de edificios y funcionarios. La otra gran materia ansiada en Euskadi, la Seguridad Social, quedó fuera del acuerdo.
En un momento de auge del mensaje recentralizador, el PNV exigirá también “respeto” al autogobierno vasco, una “lealtad” que el lehendakari ha reclamado esta semana tras leer el punto 9 del preacuerdo entre PSOE y Unidas Podemos, en el que se alude al “fortalecimiento de las autonomías”. “Debe profundizarse”, indicó Urkullu.
Asimismo, el partido vasco ve vital dar un impulso a la llegada de la alta velocidad al territorio, prevista en principio para el 2023 pero cuyo escenario más optimista, tras numerosos retrasos, apunta al 2024 o 2025. La defensa del sector energético vasco será también clave, en una negociación en la que, a su vez, se abordará el tema territorial. “El nuevo Gobierno debería dar solución al encaje de las naciones catalana y vasca”, indicó el martes el portavoz jeltzale, Aitor Esteban.
Por otro lado, el coordinador general de EH Bildu, Arnaldo Otegi, criticó ayer la “absurda discriminación” del PSOE a la coalición abertzale en la ronda de contactos. El líder del partido vasco, cuyas cinco abstenciones son vitales, destacó que el escenario es “distinto” al de abril y “ahora ya no vale con lo de votos gratis para parar a la derecha”. En ese sentido, indicó a socialistas y morados que deben trabajar para “democratizar” el Estado y pidió que les digan “cómo ven el problema nacional vasco, catalán o gallego o la situación de los presos de ETA”. Desde la coalición aseguran que tratarán de mantener la unidad de voto tanto con sus socios de ERC como del BNG.
INCLINADOS AL SÍ
Los ‘jeltzales’ apoyarán al Gobierno sólo si se retoma la agenda vasca, bloqueada desde abril
POSIBLE ABSTENCIÓN
EH Bildu, con cinco escaños, critica que el PSOE les “discrimine” en la ronda de contactos