El influjo de la tierra
La infancia de Margarit en Sanaüja: recuerdos tristes y silencios
Joan Margarit nació en Sanaüja en plena Guerra Civil, donde su familia se había trasladado desde Barcelona, buscando refugio en la casa materna. Lo cuenta con pelos y señales en su reciente libro autobiográfico, Per tenir casa, cal guanyar la guerra. El pequeño pueblo de La Segarra fue la primera etapa de una vida que le llevaría a Barcelona, Girona, Las Palmas para recalar en la capital catalana.
Una poesía como la de Margarit en la que el recuerdo es fundamental, bebe de la propia vida y la primera infancia es una de las muchas claves de su obra. “En casa no se hablaba del pasado. Todo lo que sé de aquellos antecesores que llegaron a Sanaüja empujados por el hambre se reduce a dos historias que me contó la abuela”, escribe. Margarit se confiesa afectado por aquellos tiempos. “La única suerte de los que nacimos en aquella época fue que, durante nuestra vida, ya nunca más conoceríamos un país más triste y lóbrego que aquel donde abrimos los ojos”.
Sanaüja no es ajena a la maestría poética de Margarit y hace dos años le rindió un homenaje nombrándolo hijo predilecto, un título que Margarit agradeció explicando que “recuerdo perfectamente el primer día que fui a la escuela. Aquí aprendí a leer”. El poeta cree que en la senectud se vuelve a la libertad que se ha experimentado en la primera infancia. La vinculación de la familia con Sanaüja se remonta al año 1623 y se refuerza en los años veinte, cuando el padre del poeta, diseñó el campanario de la iglesia. Según José Maria Rodríguez, profesor de la UDL, traductor de su autobiografía al castellano, “la poesía de Margarit se nutre de su propia vida, es una biografía que va avanzando”. Pero son numerosos los poemas con referencias al paisaje físico y humano de su infancia y primera juventud. En una reciente conversación con La Vanguardia en su casa de Forès, el hoy flamante premio Cervantes confesaba que sigue escribiendo como el primer día, observando lo que pasa a su alrededor. “Soy un poeta realista que va dando vueltas por la vida porque si hay alguna cosa trascendente, lo cierto es que no la pescaré en el cielo, sino más bien aquí, en la tierra”.
Los también poetas Jaume Pont y Jordi Pàmies incluyen a Margarit en la monumental antología Poetes de ponent, donde destacan los versos de Coneixement: “Todo ha de buscarse en tierra: cómo alzar una casa, o escribir poesía”. Margarit es un asiduo participante de la vida cultural de Lleida, con colaboraciones con el aula de poesía de la Universitat de Lleida, recitales poéticos o las colaboraciones a partir de su pasión por el jazz con su amigo, el poeta Pere Rovira y los músicos Perico Sambeat, Rai Ferrer y Xavier Monge con los que crearon el disco Paraula de Jazz.