Federer bendice el n.º 1 de Nadal
El suizo, asombroso, arrolla a Djokovic, que se cae de la carrera por el liderato del año
Desde hace tiempo, Novak Djokovic (32) y Roger Federer (38) viven al límite de sí mismos.
Hay que retroceder, por ejemplo, al verano pasado. Final de Wimbledon. Van casi cinco horas de lucha cuando Federer se asoma al cielo. Tiene dos pelotas de partido. Djokovic parece vencido. Y malhumorado. Se encara con el público londinense, que ha tomado partido por el suizo. Sorpresa: el serbio renace. Djokovic salva aquellas dos pelotas, crece y se hace con el título.
Hereda el jardín de Federer, que se desespera.
¿Cómo pude dejarle la puerta al serbio?, se pregunta el genio suizo. No volverá a pasar, se conjura. Y ahora estamos en el O2 Arena. En metro, se encuentra a una hora de distancia de Wimbledon. Este es otro encuentro al límite. Es la última ronda del round robin, la liguilla de la Copa de Maestros. Quien pierde se va.
Se va Djokovic: Federer consuma su venganza. En apenas 1h13m, apea al serbio, que ya no peleará por el liderato del año: 6-4 y 6-3.
“No perder aquellas pelotas de partido, esa ha sido la clave”, dice el suizo a pie de pista, acaso lacónico.
Es cierto que Federer se juega algunas cosas en Londres. Hasta ahora, casi siempre ha sido semifinalista en el torneo de las ocho raquetas. Lo ha jugado en 17 ocasiones. Solo en una se ha perdido la semifinal.
En realidad, el peso recae sobre
Djokovic. Su épica va más allá de este torneo. Lleva dos semanas persiguiendo a Rafael Nadal, el líder del circuito ATP. Lo ve a 640 puntos de distancia. Necesita seguir adelante para mantener la presión sobre Nadal. En Londres, acaba el reparto de puntos en este 2019.
Djokovic se juega tantas cosas que parece superado por las circunstancias. No encuentra su servicio, acumula tres dobles faltas en los
dos primeros juegos al saque y se ve desamparado. Federer le rompe en el tercer juego.
Esta noche Federer es un avión, la mejor versión de sí mismo.
Ha ido a más día a día en Londres. Había transigido ante Dominic Thiem en su debut, había arrollado a Matteo Berrettini el martes y ahora atropella a Djokovic.
Su exhibición es asombrosa. Federer no deja vivir al serbio. Prohibe
los intercambios largos. Despacha el primer set en 35 minutos. Le endosa ocho aces al serbio, que no sabe hacia dónde mirar. Todo son momentos Federer. Parece que el suizo juegue solo: es un monólogo. ¿Qué va a pasar en el segundo set? ¿Reaccionará Djokovic? El decorado cambia algo, tampoco demasiado. El servicio de Federer decae ligeramente. Ya no hay tanto saque-volea, los intercambios se alargan. Djokovic pretende entrar en el partido.
Es un espejismo. La noche es de Federer, que alcanza los doce aces. Apenas comete cinco errores no forzados, por los trece de Djokovic.
El suizo le rompe en el quinto juego, y a partir de ahí ya se esfuma Djokovic, que se queda sin recursos. El castigo le supera.
El asombroso Federer le abre la puerta a Nadal, que ha seguido el partido desde su hotel en Londres. Hoy se mide a Tsitsipas. Ahora, el balear se juega su permanencia en el torneo. Pero ya se ha asegurado el número uno mundial en este 2019.
El balear cerrará cinco años como líder del circuito, tantos como Connors, Djokovic y Federer. Hasta ahora, lo había logrado en el 2008, 2010, 2013 y 2017. Solo le supera Sampras, con seis. Al filo de las once de la noche, se acuesta razonablemente reconfortado.
EXHIBICIÓN
El choque registra multitud de ‘momentos Federer’: el suizo suma doce aces y solo cinco errores no forzados