La Vanguardia

No estaba acabada

La Supercopa se relanzó al pasar al verano y no era una competició­n finiquitad­a

- CARLES RUIPÉREZ

La final de la Supercopa no es la final de la Champions –y nunca lo será– pero era capaz de prácticame­nte llenar el Camp Nou. 92. 965 espectador­es en la grada en el 2011. 91.738 personas de público en el 2012. No son para nada cifras de una competició­n obsoleta ni que agoniza. La Supercopa de España no necesitaba trasladars­e a Arabia Saudí ni moverse en el calendario para resurgir ni tampoco cambiar el formato a final four sumando dos equipos más. Ya interesaba. En agosto. Antes de empezar la Liga. A modo de pistoletaz­o de salida.

Desde que en 1994 el torneo se situó en verano la Supercopa se revitalizó. Hasta entonces, se jugaba ya con la temporada iniciada, casi siempre en noviembre o diciembre. Hubo un año, en 1982, que entre el partido de ida en el Bernabeu (13 de octubre) hasta la vuelta en Anoeta (28 de diciembre) transcurri­eron 76 días.

De hecho, incluso la UEFA vio el filón y a partir de 1998 también situó la Supercopa de Europa en agosto y a partido único. Al principio con sede en Mónaco, ahora con campo itinerante, a poder ser un destino exótico como Georgia, Noruega, Macedonia

o Estonia. Sin embargo, la Federación Española ha tomado el camino a la inversa y será la única Supercopa, junto a la italiana –en diciembre también en Arabia–, que no se juegue en verano. Es más, el campeón de la Supercopa del 2019 se sabrá el 12 de enero... del 2020. España es diferente.

Ya era un rara avis por disputarse a doble partido. La inglesa es la única que tiene casa fija: desde 1994 –con contadas excepcione­s– tiene su cita en Wembley. En Alemania,

la Supercopa se reinstauró en el 2010 y para darle emoción se juega en casa del campeón de Copa. En Portugal desde el 2001 se elige un campo neutral.

Mientras que Italia fue pionero en el apartado de llevar su Supercopa al extranjero. Se adelantó al negocio que vendría después. Ya en 1993 Milan y Torino se desplazaro­n a Washington para dirimir el título. Desde entonces se ha jugado en lugares tan dispares como Libia, China, Qatar y Arabia Saudí. Algo parecido sucede con el

Trophée des Champions en Francia que ha pasado por Canadá, Marruecos, Austria, Gabón y China, donde se han jugado las dos últimas ediciones.

España, con Luis Rubiales ya al frente de la RFEF, probó el año pasado las mieles del exilio dorado al optar por Tánger pese a que la directiva del Barça se hartó de repetir que prefería disputar el título contra el Sevilla a doble partido.

¿Una final en la que el club puede embolsarse toda la taquilla a la vez que su equipo suma un trofeo más a sus vitrinas? Parece el negocio ideal para cualquier entidad deportiva. Era lo que sucedía aquí hasta 2018.

Sin ir más lejos, el Barcelona en la última década consiguió reunir a 90.000 personas en el Camp Nou cuatro veces (tres contra el Madrid y una ante el Athletic). La Supercopa, como el trofeo Joan Gamper, no estaba incluida en el carnet de abonado, por lo que todas las localidade­s del recinto estaban a la venta. Además, por fechas, en la segunda quincena de agosto, el partido era un reclamo perfecto para los turistas.

El club superó los 6 millones en recaudació­n. Aunque a veces el rival (40.000 contra el Mallorca en 1998), el resultado de la ida (48.000 frente al Betis en 2005 después de un 0-3) o tener que jugar en Montjuïc por obras (como en 1996 con apenas 25.000 espectador­es) terminaban afectando a la caja. Desde 2009 con Guardiola, nunca se ha bajado de las 60.000 almas.

CASI LLENO EN EL CAMP NOU

En la última década, el Barça reunió en cuatro ocasiones a 90.000 espectador­es en el torneo

Ni TVE, Telecinco ni Antena 3

Ese es el aforo del estadio King Abdullah de Yeda, en la playa saudí, que tiene que acoger ahora las dos semifinale­s (Barcelona-atlético y Valencia-real Madrid) y la final del 12 de enero. Justo después de los partidos de la jornada 19, los cuatro equipos aparcarán la Liga y se marcharán a jugar la primera Supercopa para cuatro. Televisión Española ya ha anunciado que renuncia a pujar por retransmit­ir los tres encuentros por “razones humanitari­as”. Telecinco y Antena 3 también se han autodescar­tado ya para hacerse con los derechos televisivo­s del trofeo.

 ?? JOSE MANUEL VIDAL / EFE ?? Leo Messi levanta la Supercopa del 2018, la primera que se jugó en el extranjero, en Tánger (Marruecos)
JOSE MANUEL VIDAL / EFE Leo Messi levanta la Supercopa del 2018, la primera que se jugó en el extranjero, en Tánger (Marruecos)

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