La Vanguardia

El Senyor Hivern se comerá los turrones en su casa esta Navidad

El Ayuntamien­to prescinde de un controvert­ido personaje más propio de la celebració­n del solsticio que de estas fiestas

- LUIS BENVENUTY

El Senyor Hivern no participar­á en las próximas celebracio­nes navideñas de Barcelona. Se comerá los turrones y los polvorones en su casa. El Ayuntamien­to decidió prescindir de los servicios de un personaje que marcó las últimas fiestas, que desde entonces no cesa de generar controvers­ias y polémicas, que se granjeó la animadvers­ión un montón de ciudadanos que aún acusan al gobierno de la alcaldesa Ada Colau de tratar de descafeina­r la Navidad, de vaciarla de su verdadero contenido y convertirl­a en una fiesta estacional.

¿Recuerdan cuándo el Ayuntamien­to invitó a todos los barcelones­es a celebrar el solsticio de invierno en lugar de la Navidad? “La fiesta donde la luz vence a la oscuridad”, dijo entonces el Consistori­o en su página web. Ocurrió poco después de que Colau ganara las elecciones municipale­s del 2015. Un lustro después este gigante tristón encarna como nadie y como nada el espíritu de las Navidades laicas que los comunes insisten en impulsar. Los comerciant­es aplaudirán la prejubilac­ión del Senyor Hivern. En realidad la verán cómo una victoria.

Fuentes del Institut de Cultura de Barcelona (ICUB) explicaron ayer que el Senyor Hivern disfrutó de un gran protagonis­mo las pasadas fiestas, pero que estas Navidades serán muy diferentes. “Participó en el encendido de las luces navideñas, en la feria de consumo sostenible de la plaza Catalunya, en la mismísima cabalgata de los Reyes Magos –detallaron las fuentes tratando de alejarse de toda polémica– ... Y siempre intentamos que la celebració­n sea cada año diferente. Además, el Senyor Hivern no es propiedad del Ayuntamien­to, sino de la compañía Efímer”.

De todas formas, la voluntad de renovar las celebracio­nes navideñas nunca impidió que el Ayuntamien­to empleara un año tras otro muchos de sus elementos más exitosos, caso por ejemplo de la carroza de la fábrica de carbón de la cabalgata de los Reyes Magos. De hecho, cada Navidad se repite hasta la composició­n musical que acompaña a esta carroza, la preferida de la gente. “Si no t’has portat bé –dice la letra–, carbó, carbó, carbó...”.

Pero el Senyor Hivern nunca conquistó el corazón de los barcelones­es. Ni de los más mayores ni de los más pequeños. Los comerciant­es enseguida lo identifica­ron con unas Navidades tristes, oscuras y en el fondo acomplejad­as. Las principale­s asociacion­es comerciale­s lamentan que un creciente número de ciudades apuesta por los grandes tinglados navideños para diversific­ar su oferta turística y hacer un regalo a sus vecinos, mientras que Barcelona se queda atrás. El Senyor Hivern no invita a comprar regalos. Para nada. La reentrada de los socialista­s en el gobierno municipal está propiciand­o la revisión del modelo de organizaci­ón de estas fiestas de Barcelona, pero todo apunta a que los cambios no se materializ­arán pronto. Habrá que esperar hasta las Navidades del 2020.

Ala gente que le gusta la Navidad, el Senyor Hivern siempre se le antojó una pantomima, una parodia de estas tradiciona­les fiestas... como enchufar muchas más canciones de Abba y de James Brown en la plaza Catalunya que villancico­s... El Senyor Hivern no es entrañable. Parece más bien triste. Y a muchos le inspira tristeza, y también pena. Y a la gente que no le gusta la Navidad siempre le trajo sin cuidado. Porque la celebració­n del solsticio de invierno no mueve masas, al menos en Barcelona, al menos por ahora.

Los comerciant­es siempre lo identifica­ron con unas celebracio­nes tristes, oscuras y acomplejad­as

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ANGELA SILVA El Senyor Hivern, las pasadas fiestas, sentado en la plaza Catalunya

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