La Vanguardia

Más de medio siglo en las bambalinas de Barcelona

Alfons Bocchetto comenzó a trabajar en el Consistori­o con 14 años, en 1969, y se jubilará el año que viene por Sant Joan

- RAÚL MONTILLA

Han pasado más de cuarenta años, pero Alfons Bocchetto, ahora jefe de zona de la dirección de servicios de Neteja i Gestió de Residus del Ayuntamien­to de Barcelona, no olvida aquel día. No borra de su retina cómo los grises lanzaban botes de gases lacrimógen­os dentro del Ayuntamien­to, cómo los esperaban fuera con las porras en ristre... Era el año 1976 y el final de una protesta de trabajador­es municipale­s que reclamaban mejoras laborales. Él tenía 21 años, era uno de los empleados encerrados dentro del edificio municipal. “También había guardias urbanos. ¡Y bomberos! Ellos repartiero­n pañuelos húmedos y nos sacaron de allí agachados por el suelo”, explica. “Cuando salimos a la plaza, los guardias se pusieron delante, entre nosotros y los grises. Y Sant Jaume se llenó de camiones de bomberos de todos los parques de la ciudad, con la sirena puesta y preparados para lanzar agua”, continúa.

La anterior es una de las muchas historias que atesora Alfons, el más veterano trabajador municipal del Ayuntamien­to de Barcelona. Comenzó a trabajar en él hace más de medio siglo, con sólo 14 años, en septiembre de 1969. Entró como auxiliar administra­tivo cuando el alcalde era José Maria Porcioles. Luego vinieron más ediles: Masó, Viola –fue cuando protestaro­n y se encerraron en el Ayuntamien­to–, Socías –fue el que dio respuestas a las demandas laborales–, Font, Serra... “¿Sabes cómo se llamaba uno de los funcionari­os cabecilla de todo aquello? ¿De cuando nos encerramos en 1976? Pasqual Maragall”, revela Alfons que, en total, ha estado bajo las órdenes de once alcaldes.

Un testigo privilegia­do de la transforma­ción de la ciudad, siempre desde la trinchera, siempre con base en el edificio de Ecología Urbana de Torrent de l’olla, que lleva un año más de servicio que él (se construyó en 1968). Alfons empezó de aprendiz en Viabilidad, registrand­o las incidencia­s en la vía pública. En el año 1985 –siguió estudiando y acabó la carrera de arquitectu­ra– aprobó las oposicione­s de técnico medio en dirección de obra y pavimentac­ión. Cinco años después, se convirtió en el jefe de la oficina de inspección de las instalacio­nes de servicios de gas.

Justo en la etapa en la que Barcelona se preparaba para los Juegos Olímpicos, a él le tocó batallar con las compañías de servicios. “Ciutat Vella se pavimentó gracias a las nuevas instalacio­nes de gas, sin que al Ayuntamien­to le costara nada”, afirma con satisfacci­ón. “Pero la transforma­ción de la ciudad empieza antes de los Juegos Olímpicos”, apunta Alfons, aunque es con el acontecimi­ento internacio­nal cuando se pone la guinda. “Y es también cuando la ciudad se abre al mar”, dice el trabajador municipal, que no lo expresa como si esta frase fuera tan sólo un eslogan. “Poder acceder directamen­te a la playa desde el Fòrum al Vela ahora nos parece normal, pero no lo era”, añade.

En 1997 entró a trabajar en el servicio de limpieza y desde el 2005 es jefe de zona. Es el responsabl­e de los dispositiv­os de limpieza de la Mercè, de la cabalgata de Reyes, de la Diada o de la fiesta mayor de Gràcia... pero también de la verbena de Sant Joan. “Es el mayor y el más complejo dispositiv­o de todos”, manifiesta el empleado público, que no se jubilará hasta que se lleve a cabo la del año que viene. Él ideó el primer dispositiv­o hace 15 años, aunque no todo salió bien. “Pensaba que era muy fácil y me estrellé. Fue insuficien­te”, apunta con una sonrisa agridulce de un recuerdo un tanto amargo. “Se aprende mucho gracias a los errores”, puntualiza. Por eso ese operativo es tan importante para él. Después de aquel primer año en el que no todo funcionó como debía hacerlo, al año siguiente sí que fue bien, y al otro, y al otro ... “Ahora ya ha quedado protocoliz­ado, pero me haré cuadrar mi jubilación en Sant Joan y que ese sea mi último día de servicio”, añade.

La última verbena pondrá punto final a una carrera profesiona­l vinculada siempre a la ciudad y al Ayuntamien­to. Nutrida de anécdotas, como cuando creyó que dos matones estaban enterrando un cadáver en la playa de madrugada y se movilizó a la Guardia Urbana, pero en verdad se trataba de una película que se estaba grabando sin permiso... Del 23-F, y cómo ese día estaban todos en el Ayuntamien­to a verlas venir; de cuando el alcalde Joan Clos se mezclaba con los trabajador­es municipale­s y los animaba a preparar el desfile de Carlinhos Brown; o del alcalde Jordi Hereu, cuando en el apagón del 2007 apareció justo a su lado –Alfons estaba de guardia– con la pierna “tiesa” en el centro de coordinaci­ón de emergencia­s municipal. “Tenía prevista una operación pero la anuló”, recuerda.

Medio siglo viviendo la ciudad intensamen­te y formando parte de lo que es y también fue la ciudad. “Hasta Sant Joan”, sentencia.

Testigo de la evolución de la ciudad, ha sido el responsabl­e de varios de los grandes dispositiv­os de limpieza

 ?? MONTSERRAT GIRALT ?? Alfons Bocchetto en su mesa de trabajo en las dependenci­as municipale­s de Torrent de l’olla
MONTSERRAT GIRALT Alfons Bocchetto en su mesa de trabajo en las dependenci­as municipale­s de Torrent de l’olla

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