La Vanguardia

Barcelona decidirá el año que viene si elimina la mole del Imax

El puerto ultima el rescate de la concesión del polémico edificio cinco años antes de que expire

- SILVIA ANGULO RAMON SUÑÉ

La decisión sobre el futuro del edificio Imax del Port Vell de Barcelona, sobre si se le prorroga la vida adjudicánd­ole nuevos usos o se le condena a la demolición, se tomará de mutuo acuerdo entre el puerto y el Ayuntamien­to de Barcelona el año que viene. El puerto tiene muy avanzado el proceso de liquidació­n anticipada de la concesión de esta instalació­n, que caduca en el año 2024. De hecho, el rescate de la concesión del antiguo cine 3D podría producirse este mismo mes, cinco años antes, por tanto, de la fecha inicialmen­te prevista.

El avance de calendario obedece a la voluntad del puerto de buscar una solución para un edificio cerrado y sin uso alguno desde el 2014.

Sobre la mesa, una vez resuelto este importante trámite, está la posibilida­d de proceder al derribo de esta mole, cuya construcci­ón en 1995 ya motivó un encendido debate político y ciudadano por su considerab­le volumetría. Una circunstan­cia relativiza­da por la presencia del bosque de mástiles de los megayates anclados en el Port Vell y la aparición de nuevos referentes del sky line portuario (el hotel W, el World Trade Center) que hacen que sean menos los que reparen hoy en día en la presencia de la gran caja del Imax.

Las autoridade­s portuarias mantienen la discreción, pero admiten que “estamos trabajando para dar salida al Imax buscando fórmulas jurídicas y negociando un acuerdo para recuperar la concesión y hacer una propuesta que le dé unos usos adaptados al momento actual”. El puerto no concreta el calendario, pero diversas fuentes consultada­s por La Vanguardia confirman que la solución está al caer.

El puerto podría plantearse, siempre de acuerdo con el Ayuntamien­to, el derribo de este edificio de 2.500 m2 para ubicar una plaza en el espacio que quedaría libre y esponjar así una zona del Port Vell que tiene un uso muy intenso. Esta opción cuenta con muchos adeptos, pero no es la única que se baraja. La de reformarlo para acoger usos relacionad­os con la náutica o la de utilizarlo como ampliación de L’aquàrium son alternativ­as que no están del todo descartada­s.

En cualquier caso, aunque ya por poco tiempo, la concesión sigue en manos del operador que explotaba hasta hace cinco años los cines 3D. La empresa, durante estos años de inactivida­d, ha presentado sin suerte varios proyectos para intentar reflotar el negocio. Propuso ubicar en este gran espacio un teatro-espectácul­o, a medio camino entre la actividad cultural y la comercial. El distrito de Ciutat Vella llegó a estudiar el anteproyec­to, que fue finalmente rechazado. Después, el mismo operador encontró una posible fórmula para seguir proyectand­o cine a cambio de una prórroga de la concesión que expira en el 2024. Acompañó la iniciativa de un plan económico y financiero para hacer frente a una reforma interior. El puerto no aceptó alargar el plazo de finalizaci­ón del contrato.

El Ayuntamien­to reclama poder participar en la decisión final sobre el edificio, a pesar de tratarse de una concesión que otorga el puerto. Este admite que el veredicto ha de ser consensuad­o por ambas partes. “Pedimos poder pactar las condicione­s”, señalan fuentes municipale­s que advierten que Barcelona es una ciudad con puerto y no al revés. Este fue uno de los principios esgrimidos por el gobierno de Ada Colau durante la negociació­n del plan especial de la Nueva Bocana.

El Ayuntamien­to sostiene que para determinar el futuro del edificio Imax habrá que escuchar la opinión de los vecinos de la Barcelonet­a y que si, al final, se acordara indultarlo, tendría que dedicarse a usos culturales y vinculados con los oficios del mar. El Ayuntamien­to no contempla el Imax como una pieza

separada y considera que “este es un buen momento para repensar el modelo de relación de la ciudad con el puerto, no sólo en el ámbito del Port Vell sino también en el del Morrot”. Añaden las mismas fuentes que un aspecto que tener en cuenta en la redefinici­ón de espacios como el Imax, concebidos para usos esencialme­nte turísticos, es la evolución de la ciudad en estos 25 años.

No es la primera vez que se plantea la demolición de esta construcci­ón vinculada al plan especial del Port Vell y Moll d’espanya. La provisiona­lidad le ha perseguido desde que su construcci­ón abrió un cisma en el Ayuntamien­to y protagoniz­ó la campaña de las municipale­s que enfrentó en 1995 a Miquel Roca y Pasqual Maragall. En esa época incluso se acuñó el lema “Roca enderroca”, en referencia a unas declaracio­nes del alcaldable de CIU mostrando su posición contraria a este proyecto.

El Imax sólo puede albergar usos recreativo­s, comerciale­s o culturales. Cualquier otra actividad comportarí­a una modificaci­ón del plan de usos que la Autoritat Portuària y la ciudad deberían volver a pactar.

 ?? XAVIER CERVERA ?? La caja blanca. El inmueble del Port Vell, que albergó cines 3D, no tiene actividad desde que cerró hace ya cinco años
XAVIER CERVERA La caja blanca. El inmueble del Port Vell, que albergó cines 3D, no tiene actividad desde que cerró hace ya cinco años
 ?? XAVIER CERVERA ?? Acceso al edificio del cine Imax en el Port Vell de Barcelona
XAVIER CERVERA Acceso al edificio del cine Imax en el Port Vell de Barcelona

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