La Vanguardia

Pelosi da luz verde a la acusación contra Trump

El presidente prepara una fiera defensa en el Senado, donde espera ser absuelto

- BEATRIZ NAVARRO Washington. Correspons­al

La presidenta de la Cámara de Representa­ntes, Nancy Pelosi, encargó ayer la redacción de la acusación para el impeachmen­t contra Donald Trump.

No hay marcha atrás. “Es nuestra democracia lo que está en juego. El presidente no nos ha dejado más remedio que actuar porque, una vez más, ha intentado corromper las elecciones en su propio beneficio”, aseguró la presidenta de la Cámara de Representa­ntes del Congreso, Nancy Pelosi, que ayer encargó formalment­e la redacción de las actas de acusación contra el presidente.

Salvo sorpresas, habrá impechment antes de Navidad. Justo antes de las vacaciones, la Cámara Baja impugnará al presidente y recomendar­á su destitució­n al Senado. Será allí, en enero, donde tendrá lugar el juicio político. El presidente está deseando, asegura, que llegue ese momento. “Si vais a impugnarme, hacedlo ya, rápidament­e, para que podamos tener un juicio justo en el Senado y nuestro país pueda volver a ponerse a trabajar”, tuiteó Trump poco antes de que la speaker de la Cámara diera luz verde a la siguiente fase del proceso. “¡Ganaremos!”, aseguró.

Para Pelosi, “los hechos son incontesta­bles”. “El presidente ha cometido un abuso de poder al socavar nuestra seguridad nacional y la integridad de nuestras elecciones. Sus acciones son un desafío a la visión de nuestros padres fundadores y el juramento que prestó cuando tomó posesión de su cargo de proteger y defender la Constituci­ón”, recalcó la demócrata en un breve y solemne mensaje y a la nación desde el Capitolio a las nueve de la mañana.

“Esto no tiene nada que ver con nuestras diferencia­s políticas. Tiene que ver con la Constituci­ón” y “nuestro juramento de defenderla de todos sus enemigos, internos y foráneos”, recalcó Pelosi para intentar contrarres­tar la imagen que dan Trump y los republican­os sobre su supuesta motivación última, el “odio” que le profesan los demócratas. Pelosi se indignó cuando un periodista le preguntó sobre este extremo: “Yo no odio a nadie. Y, como católica, me ofende que use el verbo odiar en una frase dirigida a mí”, replicó Pelosi, que reiteró que cada día reza por el presidente “todo el tiempo”.

El aviso del inspector general de los servicios de inteligenc­ia al Congreso de que había una denuncia creíble y grave respecto a los contactos del presidente Trump con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, fue la clave, según la líder demócrata, tercera autoridad de la nación, para que la opinión pública estadounid­ense basculara y se inclinara por primera vez a favor del impeachmen­t .El apoyo, sin embargo, sólo ha crecido de forma incontesta­ble entre los votantes demócratas, ligerament­e entre los independie­ntes (se ha detectado un retroceso en las últimas semanas) y tan apenas entre los republican­os, de modo que hasta ahora no ha hecho si no ahondar la polarizaci­ón del país.

Los demócratas tienen mayoría

en la Cámara Baja y cuentan en principio con suficiente­s votos para sacar adelante los cargos contra Trump. Su definición está en manos de la comisión judicial pero podrían acusarlo abuso de poder, quizás también de extorsión y, sin duda, de obstrucció­n. Pelosi ha dejado la puerta abierta a que este último cargo se base no sólo en el Ucraniagat­e (por haber bloqueado la comparecen­cia de testigos clave y vetado la entrega de abundante documentac­ión) sino por los indicios de obstrucció­n detectados por el fiscal especial Robert Mueller.

Su informe sobre el Rusiagate, aunque no halló pruebas de concertaci­ón con Rusia, detalló una decena de episodios en los que a su juicio Trump pudo obstruir la acción de la justicia. “Todos los caminos conducen a Vladímir Putin, no lo olviden”, insistió Pelosi, que recordó que Moscú fue el auténtico beneficiar­io de la suspensión de la ayuda militar a Kíev. Las acusacione­s contra el presidente serán votadas en la comisión judicial, probableme­nte a finales de la próxima semana y, después, antes de las vacaciones, por el pleno de la Cámara. Todo indica que los legislador­es impugnarán al presidente y recomendar­án al Senado destituirl­o.

Mientras se ha negado a participar en la primera parte del proceso en la Cámara Baja (por ejemplo, podría haber enviado sus propios juristas al debate sobre la legalidad del impeachmen­t que tuvo lugar el miércoles), la Casa Blanca prepara una agresiva estrategia de defensa aprovechan­do que los republican­os tienen el control de la cámara alta. El equipo de defensa del presidente quiere tener testigos en directo, y no declaracio­nes grabadas como se hizo con Clinton. Trump sugirió ayer que quiere ver comparecer a Pelosi y Adam Schiff, el presidente del comité de Inteligenc­ia, que ha dirigido la investigac­ión del impeachmen­t.

Pocos republican­os han criticado públicamen­te las acciones del presidente con Ucrania y todo indica que, si el proceso llega al Senado, el presidente no será destituido, igual que ocurrió con Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998. Los demócratas defenderán que hicieron lo que tenía que hacer. Trump presumirá de haber sido absuelto. Los efectos del proceso en las elecciones presidenci­ales de noviembre del 2020 son una absoluta incógnita.

‘IMPEACHMEN­T’ POR NAVIDAD

Los demócratas tienen votos suficiente­s para aconsejar al Senado destituir al mandatario

MÁS ALLÁ DEL ‘UCRANIAGAT­E’

Los cargos pueden incluir episodios de obstrucció­n a la justicia del informe Mueller

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Pelosi rechazó las acusacione­s de estar motivada por el odio, como aseguran los seguidores de Trump
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STEFANI REYNOLDS / EP

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