Pelosi da luz verde a la acusación contra Trump
El presidente prepara una fiera defensa en el Senado, donde espera ser absuelto
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, encargó ayer la redacción de la acusación para el impeachment contra Donald Trump.
No hay marcha atrás. “Es nuestra democracia lo que está en juego. El presidente no nos ha dejado más remedio que actuar porque, una vez más, ha intentado corromper las elecciones en su propio beneficio”, aseguró la presidenta de la Cámara de Representantes del Congreso, Nancy Pelosi, que ayer encargó formalmente la redacción de las actas de acusación contra el presidente.
Salvo sorpresas, habrá impechment antes de Navidad. Justo antes de las vacaciones, la Cámara Baja impugnará al presidente y recomendará su destitución al Senado. Será allí, en enero, donde tendrá lugar el juicio político. El presidente está deseando, asegura, que llegue ese momento. “Si vais a impugnarme, hacedlo ya, rápidamente, para que podamos tener un juicio justo en el Senado y nuestro país pueda volver a ponerse a trabajar”, tuiteó Trump poco antes de que la speaker de la Cámara diera luz verde a la siguiente fase del proceso. “¡Ganaremos!”, aseguró.
Para Pelosi, “los hechos son incontestables”. “El presidente ha cometido un abuso de poder al socavar nuestra seguridad nacional y la integridad de nuestras elecciones. Sus acciones son un desafío a la visión de nuestros padres fundadores y el juramento que prestó cuando tomó posesión de su cargo de proteger y defender la Constitución”, recalcó la demócrata en un breve y solemne mensaje y a la nación desde el Capitolio a las nueve de la mañana.
“Esto no tiene nada que ver con nuestras diferencias políticas. Tiene que ver con la Constitución” y “nuestro juramento de defenderla de todos sus enemigos, internos y foráneos”, recalcó Pelosi para intentar contrarrestar la imagen que dan Trump y los republicanos sobre su supuesta motivación última, el “odio” que le profesan los demócratas. Pelosi se indignó cuando un periodista le preguntó sobre este extremo: “Yo no odio a nadie. Y, como católica, me ofende que use el verbo odiar en una frase dirigida a mí”, replicó Pelosi, que reiteró que cada día reza por el presidente “todo el tiempo”.
El aviso del inspector general de los servicios de inteligencia al Congreso de que había una denuncia creíble y grave respecto a los contactos del presidente Trump con su homólogo ucraniano, Volodímir Zelenski, fue la clave, según la líder demócrata, tercera autoridad de la nación, para que la opinión pública estadounidense basculara y se inclinara por primera vez a favor del impeachment .El apoyo, sin embargo, sólo ha crecido de forma incontestable entre los votantes demócratas, ligeramente entre los independientes (se ha detectado un retroceso en las últimas semanas) y tan apenas entre los republicanos, de modo que hasta ahora no ha hecho si no ahondar la polarización del país.
Los demócratas tienen mayoría
en la Cámara Baja y cuentan en principio con suficientes votos para sacar adelante los cargos contra Trump. Su definición está en manos de la comisión judicial pero podrían acusarlo abuso de poder, quizás también de extorsión y, sin duda, de obstrucción. Pelosi ha dejado la puerta abierta a que este último cargo se base no sólo en el Ucraniagate (por haber bloqueado la comparecencia de testigos clave y vetado la entrega de abundante documentación) sino por los indicios de obstrucción detectados por el fiscal especial Robert Mueller.
Su informe sobre el Rusiagate, aunque no halló pruebas de concertación con Rusia, detalló una decena de episodios en los que a su juicio Trump pudo obstruir la acción de la justicia. “Todos los caminos conducen a Vladímir Putin, no lo olviden”, insistió Pelosi, que recordó que Moscú fue el auténtico beneficiario de la suspensión de la ayuda militar a Kíev. Las acusaciones contra el presidente serán votadas en la comisión judicial, probablemente a finales de la próxima semana y, después, antes de las vacaciones, por el pleno de la Cámara. Todo indica que los legisladores impugnarán al presidente y recomendarán al Senado destituirlo.
Mientras se ha negado a participar en la primera parte del proceso en la Cámara Baja (por ejemplo, podría haber enviado sus propios juristas al debate sobre la legalidad del impeachment que tuvo lugar el miércoles), la Casa Blanca prepara una agresiva estrategia de defensa aprovechando que los republicanos tienen el control de la cámara alta. El equipo de defensa del presidente quiere tener testigos en directo, y no declaraciones grabadas como se hizo con Clinton. Trump sugirió ayer que quiere ver comparecer a Pelosi y Adam Schiff, el presidente del comité de Inteligencia, que ha dirigido la investigación del impeachment.
Pocos republicanos han criticado públicamente las acciones del presidente con Ucrania y todo indica que, si el proceso llega al Senado, el presidente no será destituido, igual que ocurrió con Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton en 1998. Los demócratas defenderán que hicieron lo que tenía que hacer. Trump presumirá de haber sido absuelto. Los efectos del proceso en las elecciones presidenciales de noviembre del 2020 son una absoluta incógnita.
‘IMPEACHMENT’ POR NAVIDAD
Los demócratas tienen votos suficientes para aconsejar al Senado destituir al mandatario
MÁS ALLÁ DEL ‘UCRANIAGATE’
Los cargos pueden incluir episodios de obstrucción a la justicia del informe Mueller