La Vanguardia

Brahim ben Ouiguename

Modelo

- MARGARITA PUIG

Brahim ben Ouiguename es un joven bereber llegado a España, después de múltiples dificultad­es y de cruzar el Mediterrán­eo en patera, que vive en Barcelona y que ha logrado trabajar como modelo para salir de la calle.

En su último cumpleaños, Brahim Ben Ouiguename no abrió ni un solo regalo. En lugar de eso recibió una patada. Se había hecho mayor (legalmente) así que el mismo día en que cumplía los 18 le echaron de la casa de acogida donde había dormido durante los últimos dos años. No tuvo opción. Volvió a la calle para malvivir con tantos otros (“hay mucha gente ahí fuera”, dice en un susurro herido), pero sobre todo con marroquíes que, como él, escaparon de la desesperan­za en patera.

Cansado de ir de parque en parque e incapaz de engañar por más tiempo al frío y al hambre (difícil frenarlo en un adolescent­e), siguió el consejo de una amiga y pidió asilo en Casa Cádiz. Y en ese edificio okupado (adonde dicen que hace poco también ha llegado Pedro, de 81 años, que hizo famosos su apodo y sus paellas en el restaurant­e Cheriff de la Barcelonet­a) no sólo consiguió su nuevo techo, sino que ha aprendido a volver a andar erguido y a desarmar hasta al más descreído con la mejor de sus armas: su sonrisa. Franca. Pura luz. Una muestra sincera del agradecimi­ento que siente por todo lo que tantos están haciendo por él. Desinteres­adamente. Sólo a cambio de esa sonrisa.

Precisamen­te esa luz que desarma es lo que despertó el interés de Berta Pons. La fundadora y propietari­a de la agencia de modelos Berta Models (que ya hace décadas que trabaja por la integració­n de todo tipo de tallas, géneros, procedenci­as y diferencia­s en el mundo de la moda) estaba viendo un reportaje sobre Casa Cádiz cuando de repente fue atrapada por la fuerza de Brahim. Le contactó y le ofreció cuanto podía: trabajo todavía no, porque lo del papeleo es sagrado (los papeles están ya por llegar, dice Brahim en su castellano más que aceptable), pero sí facilidade­s para comenzar a descubrir un mundo con el que nunca soñó pero que parece hecho a medida para esa sonrisa suya. Y para sus uno ochenta y muchos centímetro­s de altura que todavía no parecen definitivo­s.

“Soy un joven migrante que vino en patera a Barcelona en busca de la libertad. Viví en la calle y Sensesostr­ebcn me acogió. La agencia de

En diciembre recibió una oferta para fichar por Berta Models y el jueves Frank Díaz disparó su primer book

modelos de Barcelona, Berta Models se interesó por mí y esto me abre la puerta para seguir soñando. ¿Pueden hacer visible mi perfil? Gracias”. Brahim aceptó en plena Navidad con este tuit desatando una respuesta inesperada. Multitudin­aria. Calurosa. Monumental. Ha recibido casi 80 mil muestras de apoyo desde que lo colgó además de su primera gran oportunida­d: Una cita para disparar su primer book.

Llegado el día (fue este jueves), el modelo debutante llega al estudio preso de los nervios, pero con una puntualida­d inusual, al menos para quienes le esperan. La finca es antigua, de doble escalera ancha y empinada... segurament­e una vieja fábrica de un Poblenou que Brahim dice conocerse muy bien, de tanto que lo ha callejeado. Hay ascensor pero la novedad le apremia y sube en tres zancadas al segundo piso para plantarse ante The loft studio.

Es el mismo Frank Díaz quien le abre y, como era de esperar, Brahim no lo reconoce. No tiene ni edad ni manera de hacerlo. Pero el resto de la comitiva sabemos muy bien que quien se ha ofrecido (junto con su equipo) a Berta Models para hacer las primeras fotografía­s profesiona­les de este chico con suerte también sabe lo que es perder la infancia de golpe y despertar en el mundo adulto antes de lo que toca.

Se reconocen enseguida como las dos caras de una misma moneda, porque a Frank Díaz más que faltarle como a Brahim le sobró cuando, con 14 años, se convirtió en una de las fichas del grupo Parchís de la mejor época. Sí, él fue, en los ochenta, uno de esos cinco niños que vendieron 25 millones de discos, viajaron en coches blindados, durmieron en hoteles de ricos y llegaron a creer que vivir era correr. Estar siempre rodeados de fans pero lejos de todo. Casi sin familia ni casa.

Desde el minuto cero se nota que fotógrafo y modelo han conectado. Que va a salir un buen trabajo. Alrededor del debutante se despliega el equipo de estilistas descargand­o los conjuntos cedidos por los diseñadore­s Llamazares y de Delgado y la maquillado­ra decide no esconder las pequeñas cicatrices que Brahim achica cuando dispara con su sonrisa. Además le crespa el pelo y parece aún más alto. Frank Díaz, por su parte, se funde con su Canon y decide que el primer cambio merece luz natural. Así que salimos a las escaleras a cielo abierto del edificio donde Brahim por fin se relaja. Es un niño desinhibid­o. Mirar a cámara no le avergüenza.

Es justo tras el siguiente cambio (ahora, con el pelo engominado y raya al lado y un traje de cuadros de colores alborotado­s, asume aires de marajá indio) cuando Brahim se ve, por fin, con ánimo de hablar de lo que no quiere. Entonces abandona su saltarina voz de adolescent­e y se agarra al susurro roto con el que hablan sus recuerdo.

Rememora el accidente que sufrió saltando desde un acantilado a la lancha que lo llevó hasta Algeciras: le dejó unas feas marcas en la espalda. Dice que es bereber. Que sus tres hermanos sueñan con huir del triste pueblo donde todos se desloman extrayendo diamantes de las minas. Que su padre, de 54 años, es un viejito jubilado... Y, desconocid­o sin su sonrisa, sigue hablando del horror que es vivir al raso (no debes fiarte de nadie, sugiere) hasta que vuelve Frank con su coleta naranja y su cámara. Entonces este aspirante a modelo que pronto se buscará un equipo para volver a jugar a fútbol, recupera el tono entero y remata su discurso enumerando una pequeña lista de buenos amigos; su amor infinito por la casa temporal y la nueva familia que lo acogen y la fe que ha depositado en esos papeles que están llegando. Con ellos podrá aceptar sus primeros trabajos.

Y ahora, ¿qué? Quién sabe...pero todos aquí creemos que seguirá su buena estrella: la 080 ya está aquí. La suerte a la vuelta de la esquina.

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 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Brahim, que en Navidad fue fichado por la agencia de modelos Berta Models, el jueves debutó al fin ante el objetivo de Frank Díaz, una de las fichas de Parchís en los 80
ANA JIMÉNEZ Brahim, que en Navidad fue fichado por la agencia de modelos Berta Models, el jueves debutó al fin ante el objetivo de Frank Díaz, una de las fichas de Parchís en los 80

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