La reventa digital alcanza a la clásica
El Palau de la Música presenta denuncia en la oficina de consumo de la Generalitat
Si usted oye hablar de que el contratenor Philippe Jaroussky va a dar un concierto en Barcelona y no está muy familiarizado con la programación de las salas de música clásica de la ciudad, es posible que entre en internet y le pida a Google que le guíe. Si escribe “Jaroussky entradas” o “Jaroussky Barcelona”, la primera web que se le ofrece, la mejor posicionada, es siempre Viagogo, portal de reventa de entradas que está haciendo su agosto a costa de la buena fe de la ciudadanía.
El usuario puede estar pagando en este tipo de webs el doble, el triple, o incluso diez veces más por una entrada. Cosa de la que no se va a percatar hasta que tenga en su poder los tickets y vea impreso su precio real, de ahí que los faciliten pocas fechas antes del espectáculo, cuando ya no es posible retirar el cargo de la visa ni reclamar por haber obtenido una localidad con, por ejemplo, menor visibilidad.
El vacío legal en la ley de reventa está causando estragos en la industria del directo. En España la ley es previa al Mundial de 1982, por lo que sólo castiga la reventa física en un mundo regido por la tecnología. De ello se vienen lamentando promotoras de conciertos como The Project, vinculada al ámbito de la música popular y el jazz. El Ministerio de Cultura lleva año y medio diciendo que abordará el tema. Pero mientras eso no sucede, el problema se extiende incluso a ámbitos como el de la clásica, que en principio cuenta con un público fiel a las propias salas de música. Sucedió este lunes en el recital de Philippe Jaroussky.
Una pareja se quejaba al jefe de sala del Palau de la Música de haber pagado el triple por sus localidades en Viagogo.
Esta queja sumada a las más de sesenta que ha recibido el Palau por el concierto Homenaje a Tina Turner, organizado por NK Prodarte, ha hecho saltar las alarmas en la sala modernista, que ve su imagen cuestionada. La entrada más cara de este concierto de homenaje a la diva del soul era de 66 euros, pero llegó a adquirirse por 414 en Viagogo. Y también hay quejas por no dejar claro que se trataba de un homenaje, pues parecía que se ofrecía una actuación de la propia Turner. Reclamar ante Viagogo es inútil, dicen.
“Ya nos había sucedido con Raimon en el 2017 –doce Joan Oller, director general del Palau–. En sus conciertos de despedida el cantautor quiso mantener precios populares, pero la reventa multiplicó por tres y por cuatro el coste. Estamos hablando de cuatro empresas que gracias a la nuevas tecnologías te ofrecen un servicio: el de revender la entrada que no podrás utilizar. Y lo que acaba sucediendo es que es la propia empresa la que compra entradas para revenderlas. Si entras en Viagogo encuentras todos los conciertos relevantes en Barcelona, partidos de fútbol... Pero se trata de un portal intermedio, que presume de tener 8 millones de direcciones de usuarios de todo el mundo”.
En el caso del homenaje a Turner, el Palau vio que se habían vendido de golpe muchas entradas y se temió lo peor. “Hemos puesto una denuncia a la administración de consumo de la Generalitat, y nos dijeron que no había representante legal de Viagogo ni en España ni en toda Europa”. El Palau se está ahora armando de argumentos y mecanismos legales para hacer frente a este abuso. Y trabaja en distintas líneas: informando a su público de que utilice las webs oficiales o de partners autorizados en donde aparece el logo del Palau; haciendo lobby para conseguir que se regule la reventa por internet, y exigiendo un DNI por la compra de máximo cuatro entradas, a la vez que se abre un canal aparte para ventas grupales.
Una pareja dice haber pagado el triple por ver a Jaroussky y hay 60 quejas por la reventa del homenaje a Turner
“Es una vergüenza cómo se tolera este negocio y el Gobierno no hace nada por adaptar la ley”, dice Tito Ramoneda, presidente de The Project. “Ya hacemos lobby, y nada cambia. Atañe a Cultura, Interior, Agencia Tributaria... y afecta a espectadores y artistas, cuya imagen está en juego. Lo que hay que hacer es cortarle las alas a Google y no permitir que una empresa saque beneficios gracias a unas webs de reventa que se está demostrando sobradamente que son fraudulentas”.