La banca salva a Deoleo y se convertirá en accionista
La junta aprueba refinanciar 575 millones de deuda
La historia de Pescanova se repite en el sector de la distribución. El grupo aceitero Deoleo, que agrupa marcas como Carbonell, Koipe, Hojiblanca, Bertolli o Carapelli, aprobó ayer en junta que la banca rescate a la compañía para evitar la quiebra y dar continuidad al grupo industrial.
Tras años de pérdidas, la compañía aprobó ayer dos operaciones financieras. Por un lado, los acreedores han refinanciado y reestructurado la deuda del grupo, que se elevaba a 575 millones, lo que les llevará a convertirse en accionista. Además de los bancos, entre los acreedores figuran fondos como Avenue Capital, Angelo Gordon, Alchemy y Cheyne Capital. A través de una nueva sociedad tomarán el 49% de la compañía, acción que se hará efectiva justo dentro de un año. Con esta operación, el endeudamiento financiero se reducirá más de la mitad, a unos 240 millones. Además, para rebajar un poco la presión financiera, se alarga el vencimiento a largo plazo de los créditos.
Por otro lado, se ha reducido el capital a cero para compensar pérdidas y al mismo tiempo se propone hacer una ampliación de capital por un importe de hasta 50 millones, que se destinarán a pagar parte del endeudamiento. Es lo que se conoce en el argot financiero como operación acordeón. Todo lo que se obtenga en la ampliación se destinará a reducir la deuda.
El fondo de capital riesgo británico CVC, que entró en la compañía en junio del 2014 y posee el 56,4% del capital, se ha comprometido a desembolsar hasta 40 millones para garantizar la ampliación de capital. En el accionariado del grupo también figura Unicaja, con un 8,97%, entre otros accionistas más pequeños, según consta en la CNMV.
De esta forma, los acreedores controlarán un 49% de la nueva compañía, tras capitalizar hasta 283 millones; mientras que el resto de accionistas mantendrán un 51%. Tras esta reestructuración, entrará algún representante de los bancos y los fondos en el consejo.
Los pequeños accionistas aprovecharon la junta para criticar la controvertida operación, puesto que sus participaciones se quedarán casi a cero si no acuden a la ampliación. Pero el consejero delegado, Ignacio Silva, sostuvo que la situación era insostenible. En septiembre, había un vencimiento de 60 millones de deuda al que no se podía hacer frente. Incluso algunos accionistas pequeños han demandado judicialmente a Deoleo por la gestión de los últimos años. Para compensar en parte a los minoritarios se ha ideado la entrega gratuita de warrants (certificados de opción de compra) a los accionistas no profesionales independientemente de si acuden o no a la ampliación. Esos certificados otorgan el derecho a repartirse un 10% del valor de una futura venta de la firma si se cumplen algunas condiciones, como que el importe de la operación supere los 575 millones y se ejecute en un plazo de cinco años. Las dos operaciones financieras permiten recuperar el equilibrio patrimonial después de que se incurriera en septiembre –por segunda vez en el 2019– en quiebra técnica (causa de disolución), por lo que es necesario actuar sobre el capital para cumplir con la legislación.