Cine que sale del armario
Solo nos queda bailar
Dirección y guión: Levan Akin Intérpretes: Levan Gelbakhiani, Bachi Valishvili, Ana Javakishvili, Giorgi Tsereteli
Producción: Suecia, Francia y Georgia, 2019
106 min. Drama
Sobre su tercer largometraje como director, Levan Akin, nacido en Suecia pero hijo de turcos que primero se establecieron en Georgia, afirma que deseaba “contar una historia sincera sobre la importancia de ser libre”. Lo ha llevado a cabo sin camuflar realidades y sentimientos que en algunas sociedades, en este caso la georgiana, pueden sobrepasar los estrechos límites impuestos por las viejas tradiciones, creencias y credos políticos. En su apuesta nada sencilla de filmar un musical que quiere aportar realismo, reivindicación de las opciones sexuales y un relato a veces áspero de crónica social, Levan Akin arriesga aún más utilizando intérpretes debutantes. Por encima de todos resalta poderosamente Levan Gelbakhiani, que ha acaparado premios como mejor actor en diversos festivales. Su personaje de Merab constituye el motor de la película. Se trata de un joven obsesionado en perfeccionar hasta el límite la condición de bailarín y aunque su profesor es excesivamente severo, parece aguardarle un buen futuro en el ámbito profesional de la danza georgiana. Su compañera de baile lo es también en la vida real, pero no vive tan entregada como él a un incierto porvenir artístico. Todo parece cambiar bruscamente con la llegada de otro joven y ambicioso competidor, que puede arrebatarle a Merab su ansiado éxito artístico.
Entre el veterano y el recién llegado surge al principio una relación de odio que pronto se transforma en casi amorosa. El profesor sentencia que “la danza georgiana se basa en la masculinidad”, algo que va desapareciendo entre ambos alumnos. El lenguaje corporal cobra gran importancia en una película que sin duda suscitará opiniones antagónicas. En el aspecto erótico hay excesos innecesarios y reiteraciones un tanto agobiantes. Quien en definitiva salva la película del naufragio es el protagonista, Levan Gelbakhiani, un debutante que aparte de sus prácticas en el baile posee un enorme poder comunicativo. Todo hace presagiar que le aguarda una prometedora carrera. Él es, cabe repetirlo, lo mejor de una película no carente de algunos baches narrativos.