La Vanguardia

Operación Libia

La UE desplegará barcos y aviones para asegurar el embargo de armas

- JAUME MASDEU Bruselas. Correspons­al

Se busca nombre para la nueva operación naval y aérea que lanza la Unión Europea en el Mediterrán­eo oriental para evitar que las armas lleguen a las facciones que se enfrentan en Libia. Se busca la denominaci­ón, y quedan pendientes los detalles de la aplicación, pero ayer se consiguió lo más importante, un paso determinad­o para aplicar el embargo de armas a Libia que, hasta el momento, sólo existe sobre el papel. El acuerdo llega después de semanas de negociacio­nes frustrante­s y del aviso del alto representa­nte, Josep Borrell, de que la Unión Europea corre el riesgo de convertirs­e en irrelevant­e si no es capaz de actuar, dejando a Libia bajo la influencia de Turquía y Rusia.

Lo que aprobaron los ministros europeos de Asuntos Exteriores es el despliegue de aviones y buques militares para evitar que las armas sigan llegando e inflamando la guerra en Libia. Es el apoyo militar que requieren los acuerdos de Berlín de enero en que las potencias se comprometi­eron a no interferir en la guerra y a respetar el embargo impuesto en el 2011. Participar­on la Unión Europea, Francia, el Reino Unido, Estados Unidos, Rusia, Turquía y Egipto, pero las buenas intencione­s tenían que venir respaldada­s por medidas militares, actuacione­s creíbles de que se iba realmente a actuar para cortar el suministro de armamento.

En Libia, el débil Gobierno –reconocido por las Naciones Unidas– controla la capital, Trípoli, y partes occidental­es del país, y cuenta con el apoyo de Turquía, que ha enviado hace poco miles de soldados a la zona. En el otro bando, el general Jalifa Hafter, que ha lanzado una ofensiva para hacerse con la capital, en el este, cuenta con el apoyo de Francia y Rusia, entre otros. Un rompecabez­as que la Unión Europea teme que explosione provocando un país aún más ingobernab­le con crisis migratoria añadida.

“Tras muchas discusione­s, logramos alcanzar un acuerdo político que esta mañana, antes de empezar el Consejo de Ministros, pensé que era imposible, pero eso es una prueba de que cuando hay voluntad política todo es posible”, dijo Josep Borrell al informar de las decisiones tomadas. Repasando sus declaracio­nes a primera hora de la mañana de ayer salta a la vista que, efectivame­nte, no esperaba el desenlace positivo, ya que destilaban pesimismo sobre las opciones de avanzar a 27. Borrell citó una carta del enviado especial de la ONU en Libia, Ghassan Salamé, en que informaba que “el alto el fuego aún no está, la tregua es violada, el embargo de armas también y los combates continúan”, para añadir que el proceso político de Berlín aún funciona, aunque la situación sobre el terreno es muy mala. El alto representa­nte entró a la reunión pesimista, pero al final logró superar la resistenci­a de los tres países más opuestos a esta operación, Italia, Hungría y muy especialme­nte Austria.

¿Qué los convenció? Pues básicament­e tres cambios fundamenta­les entre la operación Sophia –actualment­e en vigor aunque casi paralizada desde que hace un año le retiraron los barcos– y la nueva, aún sin nombre. De entrada, la zona de patrullaje. Los buques sólo se moverán por el Mediterrán­eo oriental, que es donde coinciden el mayor tráfico de armas con la menor presencia de migrantes que intentan entrar a Europa. Con ello, los países que temen que la operación provoque un efecto llamada se han tranquiliz­ado. Además, como precaución añadida, si hay indicios de que se produce ese efecto llamada, la operación podrá interrumpi­rse. Un tercer cambio respecto a Sophia es el mandato. Si en la operación actual la prioridad es el tráfico de migrantes, en la nueva lo será la del embargo de armas.

La decisión llega al día siguiente de que el alto representa­nte, Josep Borrell, advirtiera que la UE debe estar dispuesta a intervenir en las crisis internacio­nales o se arriesga a provocar la parálisis en la política exterior. “Europa tiene que desarrolla­r un apetito por el poder”, dijo Borrell en la conferenci­a de seguridad de Munich.

Ayer, la UE dio un paso en esa dirección cuya solidez aún está por demostrar. En todo caso, un avance positivo para la ministra española de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya. “La UE quiere mostrar liderazgo en una situación en la frontera de la UE. Es una señal que damos, que asumimos nuestra responsabi­lidad en lo que se refiere a asegurar la paz en el vecindario”, dijo la ministra, que expresó la disposició­n española a participar en la operación.

OPERACIÓN SIN NOMBRE Sustituye a la operación Sophia, con cambio de mandato y de zona de patrullaje

CONSECUENC­IA NO DESEADA Si la iniciativa provoca un efecto llamada entre los migrantes, podrá interrumpi­rse

 ?? ISMAIL ZITOUNY / REUTERS ?? Fuerzas de seguridad en el noveno aniversari­o, ayer en Trípoli, de la revolución que tumbó a Gadafi
ISMAIL ZITOUNY / REUTERS Fuerzas de seguridad en el noveno aniversari­o, ayer en Trípoli, de la revolución que tumbó a Gadafi

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