Confinamiento exprés si existe el mínimo riesgo
El nuevo plan de emergencias de la petroquímica de Tarragona hará sonar las sirenas si existe un mínimo peligro para la población
Seis semanas después de la descomunal explosión en el polígono petroquímico sud de Tarragona, con tres fallecidos, siete heridos y una caótica respuesta pública ante el accidente, el Departament d’interior ha devuelto la gestión de las emergencias a Tarragona, trece años después de trasladarla a Barcelona. El plan, que da total autonomía al área de influencia de los dos polígonos químicos, con el delegado del Govern como primera autoridad competente, introduce un principio de máxima prudencia. Ante el más mínimo indicio de riesgo para la población, se ordenará su confinamiento preventivo.
Se quiere evitar así la criticada situación de angustiante espera vivida después de la explosión en Iqoxe, el 14 de enero, sin dar ninguna orden concreta a la población durante casi una hora ante la nula información dada por la empresa y el desconocimiento de los equipos de emergencia de qué sucedía en la planta ni qué producto había originado la devastadora deflagración, con la lluvia de piezas metálicas a tres kilómetros a la redonda.
La evidencia era que se había producido un accidente muy grave, con las imágenes de la enorme bola de fuego en el polígono petroquímico sud volando también por las redes sociales, desde La Canonja (Tarragonès). Pero ni sonaron las sirenas de emergencia ni se ordenó el confinamiento de ninguno de los municipios del área más cercana a Iqoxe.
La constatación de que fue un fiasco la gestión del peor accidente de la historia de la petroquímica (el primero con un fallecido fuera del polígono) ha provocado la aprobación exprés de este nuevo plan de emergencia exterior del sector químico de Tarragona (Plaseqta 2020). Vigente a partir del miércoles, con un período de adaptación de seis meses, tiene una dotación de casi siete millones para sufragar los cambios, a ejecutar en cuatro años. Se incluye la red de sensores en el perímetro de los dos polígonos para detectar fugas, sustancias explosivas y nubes tóxicas.
Mucho antes de poder aplicar todas las medidas de protección, el primer gran cambio para mejorar sobretodo la seguridad de los 102.256 vecinos que viven más cerca de la industria, pivotará sobre la respuesta inmediata ante el riesgo por accidente químico. “No requerirá de un proceso de evaluación y decisión. Si es un accidente que puede afectar al exterior, y no se puede descartar que pone en riesgo a la población, con los datos que se tengan en aquel momento, se ordenará el confinamiento”, destacó ayer Sergio Delgado (Protecció Civil). “Con este plan, tras Iqoxe sí habríamos confinado”, añade.
Toda el área de influencia de la química incumbe a 29 municipios (370.000 vecinos). El plan incide en la autonomía de los ayuntamientos para activar sirenas y ordenar que la gente se encierre en casa o donde esté cuando haya un accidente. “Queremos empoderar al territorio, damos las herramientas para que pueda tomar decisiones ante un incidente como Iqoxe, pero también si son menores”, razonó el conseller Miquel Buch.
“No requerirá de un proceso de evaluación y decisión; si es un accidente que puede afectar al exterior, se confinará”