Todas las calles de la red secundaria de Barcelona pasan a ser zona 30
Las principales arterias de Barcelona mantienen su velocidad máxima a 50 km/h, pero el resto de las calles de la ciudad son consideradas zona 30 desde hoy, 1 de marzo. La alcaldesa ha firmado esta semana el decreto en el que se establece el límite de velocidad máximo a 30 km/h en todas las vías de la red secundaria, incluyendo aquellas que tengan más de un carril. Esto se traduce en 112 kilómetros más que, como por arte de magia, han reducido oficialmente de la noche a la mañana la velocidad a la que se puede circular, aunque aún no haya ninguna señal que lo explicite.
El decreto se acompañará a lo largo de los próximos meses con la señalización correspondiente, que es lo que de verdad hará visible y efectivo el cambio. Pese a ello, la instalación de una señal o la pintura de la calzada está demostrado que no es suficiente para que haya conductores que incumplan el límite de velocidad establecido. Por eso, el gobierno municipal ha licitado la compra de una veintena de radares que se instalarán a principios del año que viene en diversas calles. Antes, se construirán pasos de peatones elevados y se instalarán cojines berlineses para forzar a usar el freno a los que pisan el acelerador más de la cuenta.
La reducción de la velocidad en la ciudad se ha convertido en la nueva cruzada del Ayuntamiento de Barcelona y la concejal de Movilidad, Rosa Alarcón. Los efectos de un accidente a 30 km/h en lugar de a 50 km/h son muy diferentes. A ello se suman los planes de reducir el número de coches y hacer una ciudad pensando más en el peatón. Por eso, si en el anterior mandato el principal objetivo parecía ser sumar kilómetros de carriles bici al contador, ahora han cambiado las prioridades y se ha trasladado ese espíritu a las zonas 30. Con el decreto que ha entrado en vigor hoy, el 68% de la longitud total de las calzadas existentes en Barcelona tiene 30 km/h como velocidad máxima. La intención del gobierno municipal es alcanzar el 75% a finales del 2021, con la reducción de la velocidad también en calles y ejes considerados principales.
El primero de ellos ha sido el de Sants-creu Coberta, con la velocidad limitada también desde esta semana a 30 km/h para los más de 15.000 vehículos que lo recorren a diario. Será el banco de pruebas de aspectos como los cambios en la regulación semafórica para reducir la velocidad media y los elementos para dar prioridad a los autobuses. Los resultados que funcionen en Sants se pretende replicarlos durante los próximos meses en otras calles que soportan importantes volúmenes de circulación y forman parte de la red viaria principal de la ciudad como Diputació, Consell de Cent, Mandri, Travessera de Gràcia y Taulat, así como en la polémica reforma de la Via Laietana.